Inicia la búsqueda de milagro que permita canonizar al beato Rutilio Grande   

Para que el sacerdote jesuita llegue a ser incluido en la lista de los santos de la iglesia católica se requiere de un segundo milagro comprobado  

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Tras la beatificaciòn del Padre Rutilio Grande, que se concreta este sàbado 22 de enero, la Iglesia Catòlica salvadoreña enfrenta el reto de encontrar, documentar y comprobar que el beato intercediò para que se diera un milagro. Esto permitirà que entre a la lista de los santos. FOTO EDH / Archivo

Por Susana Joma

2022-01-22 5:40:31

La Iglesia Católica salvadoreña, tras la ceremonia de beatificación del Padre Rutilio Grande, deberá trabajar para encontrar un segundo milagro que eleve a la calidad de santo al religioso salvadoreño, asesinado en El Paisnal, el 12 de marzo de 1977, en el contexto del conflicto del país.

Al ser consultado al respecto, el padre Edwin Alexander Henríquez Márquez, vicepostulador de la causa de canonización, afirmó que el proceso, que comenzó en 2015 por impulso del Arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, seguirá de forma automática el curso establecido.

El religioso explicó que cuando se comienza a correr el proceso de canonización de la persona propuesta primero es un candidato, pero cuando termina la fase diocesana y todo el material se manda a Roma y es aceptado pasa a ser un Siervo de Dios. Cuando ya se va a declarar que puede ser mártir se convierte en venerable y al final de la ceremonia de beatificación es beato.

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“El proceso (de canonización) sin que la iglesia haga nada tiene que continuar. Entonces ¿qué sucede? que a partir del 22 de enero comienza ya la búsqueda del milagro. Con Monseñor Romero el milagro se dio en el 2015 pero nosotros lo comenzamos a documentar en el 2017. Casi dos años llevó reunir los documentos, era todo un tocho, un directorio de teléfono de los de antes salió, muy grueso con los expedientes médicos y todo. La búsqueda del milagro justo empezará a las 9;00 p.m. del día de su beatificación”, indicó el religioso, quien está a cargo de la Parroquia El Divino Niño, además de haberse encargado del protocolo y comunicaciones de la beatificación.

Un artículo del sitio digital católico Aciprensa explica que para que una persona se convierta en santo se deben cumplir varias etapas: en la primera se tiene que dar la aprobación de un segundo milagro que haya sucedido posterior a la beatificación; durante la segunda fase la Congregación para las Causas de los Santos examina este nuevo milagro siguiendo los pasos que dio con el primero.

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En la tercera etapa el Santo Padre, tomando en cuenta todos los antecedentes presentados, aprueba el decreto de canonización; ya en la cuarta etapa se realiza un Consistorio Ordinario Público que es convocado por el Papa con la finalidad de informar a todos los cardenales de la iglesia y luego determina la fecha de la canonización; y la quinta y última etapa se cumple con la ceremonia de canonización.

El sacerdote Edwin Henríquez Márquez comentó que la causa de canonización del ahora beato Rutilio Grande en un momento dado fue paralela a la de Monseñor Romero, porque del 2015 al 2018 fue el proceso de canonización de Monseñor Romero, el milagro y la instrucción del Milagro, y el (proceso) del padre Rutilio Grande la causa concluyó previo a la pandemia.

Según lineamientos que el Vaticano estableció en 2005 las ceremonias de canonización tienen que ser presididas por el propio Papa y llevarse a cabo en Roma, tal como ocurrió con Monseñor Romero; a diferencia de las ceremonias de beatificación que deben ser presididas por un representante del Santo Padre y realizadas en la diócesis que ha promovido la causa del nuevo beato, o en otra localidad considerada idónea.

La Iglesia Católica ha canonizado o declarados Santos a alrededor de 10,000 personas, aunque los procesos tal como se conocen hoy empezaron a darse en el siglo XVIII.

Qué significa ser canonizado

Cuando una persona fallecida es canonizada su nombre pasa a ser incluido en el fiel canon (o lista de santos reconocidos) y se autorización rendirle culto público y universal; además se le asigna una fiesta litúrgica, le dedican iglesias, capillas o altares y se reconoce su poder de intercesión ante Dios.

Según expone la literatura católica, antes de que el fallecido sea canonizado se debe comprobar que ha realizado dos milagros con su intercesión ante Dios, que en la mayoría de los casos se trata de sanaciones y sobre los cuales los médicos o científicos deben haber atestiguado como hecho que va más allá de la ciencia.