Señora que murió en el Hospital Saldaña: “Viejo, yo quizá de esta no voy a salir; aquí no hay nadie que me ayude”

María Marta era diabética y le hacía daño el frío. Cuando de la Villa Olímpica la trasladaron a Apaneca comenzó a resfriarse y le dio gripe, por eso la llevaron al Saldaña a pesar de que la prueba de COVID-19 le salió negativa. El Estado no le quiere permitir al esposo asistir al sepelio.

Sufrió en soledad los últimos días quejándose de un dolor en el pecho y dificultad para respirar; murió abandonada, dice la familia

Por Jorge Beltrán Luna

2020-03-30 5:30:56

María Marta Ramos, la señora que falleció el viernes pasado en el hospital Saldaña por problemas derivados de su padecimiento de diabetes, sufrió en soledad los últimos días quejándose de un dolor en el pecho y dificultad para respirar; murió abandonada, dice la familia, porque los funcionarios del hospital y del ministerio de Salud no les permitieron que fuera trasladada a un hospital privado.

Edwin Cornejo Ramos, uno de los hijos, residente en Estados Unidos no oculta su malestar porque, según él, su madre estuviera viva si no hubiera sido abandonada en una camilla en la cual pasó sus últimos días, solo recibiendo palabras de consuelo a través de llamadas telefónicas tanto de sus hijos como de José Luis Cornejo, quien aún permanece en el hotel Alicante, de Apaneca, guardando la cuarentena a pesar de que 15 días después, no tiene ningún síntoma de COVID-19.

“En el hospital se me puso grave porque nunca me la atendieron. Yo le hacía videollamadas y me decía que le dolía el pecho y que nunca la iban a ver (médicos)”, afirmó Edwin, en entrevista telefónica con El Diario de Hoy.

De acuerdo con Edwin, a María Marta le hacía daño el frío y fue por eso que cuando del albergue de la Villa Olímpica la trasladaron al hotel Alicante en Apaneca, pronto comenzó a resfriarse y a toser. Eso hizo que dispara las alarmas de empleados del ministerio de Salud quienes la aislaron por unas horas y luego la llevaron al hospital Saldaña.

En el hotel Alicante quedó José Luis Cornejo, el esposo, quien pidió que también lo llevaran al mismo hospital para poder estar pendiente de su esposa; sin embargo, le negaron la petición. “De peores enfermedades la habíamos recuperado; yo quería estar con ella allá pero no pude estar cerca de ella cuando lo necesitaba”, dijo José Luis a El Diario de Hoy.

De acuerdo con el esposo de María Marta, ambos fueron a Colón, Honduras, a visitar a unos familiares que después de la Guerra de las 100 Horas se quedaron a vivir allá. El viaje había sido planeado para permanecer allá durante 15 días.

Pero cuando comenzaron a escuchar que iban El Salvador iba a decretar estado de emergencia, decidieron regresar ocho días antes. Fue por eso que el viernes 13 comenzaron el viaje de regreso. En Copán se quedaron la noche para pasar el sábado por la frontera.

Ese mismo día los llevaron a la Villa Centroamericana, pero dos días después los trasladaron. El martes en la madrugada llegaron al hotel Alicante.

“Cabal el sábado (21 de marzo) a la medianoche me quitaron a mi esposa de aquí, porque aquí estábamos juntos; por una simple infección de garganta y gripe que le dio se la llevaron”, afirmó José Luis.

La señora fue velada en Sonsonate el domingo. Foto EDH/ Gerardo Orellana

“De allá me hablaba ella que no la atendía. Ella murió de asfixia, podía respirar, me decía; primero me dijo que le agarró un dolor en el pecho pero no la atendían; ella salía a ver si había alguien que la ayudara. Entonces me dijo, mirá viejo, yo de esta quizá no voy a salir porque aquí no hay nadie que me ayude” cuenta José Luis que le comentaba su esposa.

“Hablamos por última vez como a la 1:00 de la tarde del viernes (27) y ya como a las 5:00 p.m. le estuve llamando y ya no me contestó, también los otros familiares le llamaban y no les contestaba”, afirma el hombre.

En la mañana del sábado anterior, empleados de una funeraria llegaron a Sonsonate, el domicilio de María Marta para avisarle al hijo que su madre estaba muerta. Él le llamó a su padre y éste no sabía.

“Ella murió el día viernes; ni siquiera me avisaron a mí, ni a mi hermano ni a mi papá; a mi hermano le llegaron a avisar unos de una funeraria”, comentó Edwin.

“Yo por eso me siento mal porque no me la trataron bien. Anoche me llevaron 20 minutos (a la velación) me tuvieron en la casa y me trajeron de vuelta; yo estoy desesperado. A mi no me han hecho la prueba. Pero si ella salió negativa estoy negativo yo”, comentó José Luis

“A mi mamá no la trataron bien. Yo estoy luchando porque a mi papá lo saquen de ese albergue para que vaya al entierro de mi mamá. Hoy en la madrugada solo 20 minutos le dieron para que fuera a la vela. Iba custodiado con policías, como si fuera delincuente y ni siquiera la prueba le han hecho”, dijo Edwin, quien no descarta demandar a las autoridades del hospital Saldaña porque, a su criterio, su madre murió por negligencia de no atenderla adecuadamente y por no permitirles llevarla a un centro de salud privado.