Hospital presionó a familia de paciente con cáncer para que la sacara horas antes de morir

La señora de 65 años fue llevada en dos ocasiones al Hospital Nacional de la Mujer, pero solo le dejaron exámenes y dos citas a las que no logró asistir, porque falleció en el mismo cuando fue remitida de emergencia. Tenía cáncer de ovarios.

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Julia Asencio falleció el 13 de octubre a las 5:50 a.m. en el Hospital Nacional de la Mujer. Arriba, imagen del velatorio en Ahuachapán. Foto EDH / Cortesía la familia

Por Cristian Díaz/ Carlos López Vides

2021-10-26 10:00:24

La familia de Julia Asencio no sólo tuvo que enfrentar la angustia de observar cómo ella se quejaba y sufría por los intensos dolores que le provocaba un cáncer de ovarios; sino que pasó un calvario porque en el Hospital Nacional de la Mujer Dra. María Isabel Rodríguez le programaron dos citas a las que no pudo asistir porque falleció antes.

Además, se negaron a recibirla en un primer momento cuando fue referida de emergencia de un centro asistencial privado, y finalmente, le pidieron a una hija, un día antes de su muerte, que la sacaran de dicho hospital, sin darles mayores explicaciones.

“El martes (12 de octubre) fue un calvario ahí; empiezan a presionar a mi hermana desde la mañanita, ella llegó como a las 4:00 de la mañana a relevar a mi prima, y empiezan a presionar a buena mañana que sacáramos a mi mamá del hospital, que les firmáramos una acta, que la sacáramos y que fuéramos a buscar otro hospital para tenerla. O si no la opción que nos daban era que la lleváramos para la casa”, explicó uno de los tres hijos de la fallecida, quien tenía 65 años.

Su hija mayor, quien la acompañaba en el centro asistencial en ese momento, les explicó que no tenían las condiciones económicas para tenerla en casa, ya que eso implicaba que debían de comprar insumos médicos para su atención y que lo único que como familia deseaban era que “no sufriera en sus últimos momentos”.

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“Ese día martes, toda la mañana, hasta le llamaron de oncología para decirle a mi hermana que nos daban hasta miércoles para que nosotros hiciéramos ese traslado, que viéramos cómo hacíamos, pero ese día la teníamos que sacar”, contó el hijo a El Diario de Hoy.

La sexagenaria, originaria de San Lorenzo, Ahuachapán, falleció a las 5:50 de la mañana del día que, de acuerdo a la familia, el hospital les había dado de plazo para que la sacaran del mismo, debido a un cáncer de ovarios que, aparentemente, se había propagado a otras partes del cuerpo.

Doña Julia llegó al Hospital de la Mujer el 9 de octubre referida de un centro asistencial privado donde sus hijos la habían llevado, un día antes, no porque tuvieran posibilidades económicas, sino por la desesperación de observar cómo se quejaba intensamente de los dolores que le provocaba el cáncer de ovarios.

Además porque al hospital nacional ya la habían llevado el 24 y 30 de septiembre. En esas ocasiones no le dieron medicamentos y únicamente le dejaron que se practicara una serie de exámenes y le programaron citas para el 24 de noviembre y 7 de diciembre.

A pesar de la gravedad de su caso y el avance del cáncer en su cuerpo, a doña Julia solo le programaron nuevas citas para noviembre y diciembre. Antes, falleció. Foto EDH/ Cortesía

El hijo relató que los dolores de su madre eran intensos, por lo que como familia sabían que no podían esperar hasta el 24 de noviembre para que fuera vista por un médico.

El 8 de octubre la llevaron al Instituto del Cáncer de El Salvador Dr. Narciso Díaz Bazán, donde la examinaron y a petición de los hijos fue referida a un centro asistencial privado de la capital, donde la ingresaron a las 4:00 de la tarde.

En dicho nosocomio determinaron que tenía líquido en su pulmón izquierdo debido a que el mismo cáncer le estaba generando retención de líquidos.

Aunque fue tratada inicialmente en el centro privado, los médicos particulares la remitieron, el 9 de octubre, para el Hospital Nacional de la Mujer Dra. María Isabel Rodríguez, a donde ya había asistido pero sin recibir una atención oportuna.

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Los hijos tuvieron que cancelar $1,200 por la noche que la septuagenaria estuvo ingresada en el centro privado. Para cancelar dicho cobro, la familia tuvo que hacer un préstamo, ya que es de escasos recursos económicos.

“Cuando la trasladan no la querían agarrar otra vez (en el Hospital de la Mujer). Entre todos hablándose que nadie se quería hacer cargo y mi mamá en la ambulancia. Desconocemos por qué no la querían agarrar. Al fin de tanto, la agarraron y comenzaron a estabilizar; mi mamá ya se iba muriendo ese día y la estabilizaron. Ella se sintió bien contenta. Le dijo a mi hermana ‘gracias a Dios que nos venimos para acá, mirá cómo me han ayudado acá, ya no tengo dolor’”, recordó el hijo.

Pero tres días después del ingreso, repentinamente, el hospital pidió a la familia que sacara a la señora del mismo, sin darles mayores explicaciones.

Un día después falleció. Durante los días de ingreso estuvo con oxígeno, le colocaban medicamentos para controlar los dolores y le drenaban los líquidos en su pulmón izquierdo.

Sufrimiento para la familia

El calvario de doña Julia Asencio duró justo un mes. Sin tener síntomas previos, el 14 de septiembre comenzó a presentar un dolor abdominal que le provocó una inflamación en el estómago.

Los hijos la llevaron a pasar consulta a una clínica particular en Atiquizaya, donde, tras unos exámenes, le señalaron que tenía problemas de hígado graso; por lo que fue referida a la unidad de salud de la localidad, donde le practicaron nuevos estudios.

“En la unidad de salud, a la semana que ella fue (por los resultados), le dijeron que era insuficiencia renal”, expresó el hijo.

Como los dolores eran persistentes, fue llevada a un hospital privado de Ahuachapán, donde el médico que la atendió le dijo que la podía ingresar en su consultorio particular para la extracción de líquidos.

La familia vio a bien dicha recomendación porque así no estaría con personas sospechosas de covid-19 en el hospital privado de la cabecera departamental.

En la clínica le hicieron nuevos estudios, incluyendo una biopsia, donde el resultado fue que tenía cáncer de ovarios.
Fue el doctor particular quien le proporcionó la referencia para el Hospital Nacional de la Mujer Dra. María Isabel Rodríguez, por lo que el 24 de septiembre a las 3:00 de la madrugada, la fémina junto a familiares salieron para dicho nosocomio, donde únicamente le programaron una cita para el 30 de ese mes a las 12:30 del mediodía.

El hospital de Nacional de la Mujer. Foto EDH/ Archivo

Ese día “la ve el doctor y mi esposa, quien iba con mi mamá, cuenta que le dijo ‘uy estás bien fregada. Mirá, andá a sacar cita para que te hagan exámenes urgentes y programá cita (con él mismo) y con el internista’. Le dejan la primera cita con él para el 24 de noviembre y con el internista para el 7 de diciembre. Pero mi mamá andaba con unos dolores que no hallábamos qué hacer. Ya le había agarrado un dolor en la espalda y un medio cansancio”, recordó el hijo.

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Un día antes de cumplirse el mes del inicio de los dolores en la zona abdominal, falleció Julia Asencio, quien entre sus últimos deseos pidió que sus hijos vendieran unas cargas de maíz que antes ella había comprado, para ayudarles a pagar los gastos que su enfermedad había provocado.

Nota: para esta publicación, El Diario de Hoy pidió su postura al Ministerio de Salud, pero no hubo respuesta.

“La paciente llegó visiblemente mal, super cansada”.

El doctor Orlando Arévalo, quien es oncólogo, relató que a la oenegé Liga contra el cáncer de El Salvador, que trabaja a través del Instituto del Cáncer de El Salvador Dr. Narciso Díaz Bazán, llegó doña Julia Asencio en busca de ayuda, tras consultar inicialmente en otros lugares por una sensación de masa abdominal.

Así lo narra el especialista:
“la paciente llegó visiblemente mal, super cansada. Existía la sospecha de que tenía hidrotórax (líquido en el pulmón). No tenía antecedente de contacto con covid. Estaba saturando 85 de oxígeno, una persona tiene que saturar arriba de 90.

Como era la Liga, se le explicó que ella requería ingreso urgente, pero que solo se podía hacer en un hospital nacional o de forma particular (privada); pero el ingreso privado tenía que pagar los costos, y eso significaba estudios y tratamiento que probablemente iba a ser quimioterapia. La familia accedió al manejo privado.

Eran unos 3,500 a 5,000 dólares, más o menos. Cuando se empiezan a hacer los estudios, la situación de ella era bastante grave. Estaba hipotensa, tenía líquido en los pulmones, insuficiencia renal aguda, potasio disparadísimo, proteína en la sangre muy baja, los electrolitos disparados. Estaba muy comprometida la señora.

Se hicieron las interconsultas con un internista y un neumólogo, siempre de manera privada. Se resolvió que la señora necesitaba la extracción de líquido del pulmón, colocar medicamentos para mejorar la presión, y corregir la insuficiencia renal. Posterior a eso, tenía que recibir quimioterapia.

La paciente habló con los hermanos, y vieron que era algo que no podían costear. Pidió una referencia”, relató el profesional, y fue así que la envió de nuevo pero en estado de emergencia, al Hospital Nacional de la Mujer.

“Como estaba en un estado muy crítico, se envió en una ambulancia, con sirena abierta, oxígeno, con médico y todo, pero al llegar dijeron que no los iban a recibir, porque ellos en Emergencia no estaban enterados de que iba a llegar la paciente”, narró el médico sobre lo que pasó el 9 de octubre, cuando ni siquiera querían recibirla en ese centro médico, donde finalmente fue recibida y, horas después, perdió la vida.

Sobre el deceso

Julia Asencio falleció el 13 de octubre a las 5:50 de la mañana en el Hospital Nacional de la Mujer Dra. María Isabel Rodríguez. Sin embargo, el cuerpo fue entregado a los familiares a las 12:00 del mediodía debido a la tardanza del personal para elaborar los documentos respectivos. Finalmente uno de los documentos lo emitieron incorrecto ya que el apellido fue escrito inadecuadamente.