El repunte de homicidios de los últimos tres días que desató la pandilla y que dejó 47 víctimas mortales, se detuvo este viernes, y aparentemente todo ha regresado a la tranquilidad, de acuerdo con las autoridades de Seguridad.
Para algunos, la efectividad de la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil que con salir a la calle a patrullar e intervenir a pandilleros controló el ambiente de inseguridad; para otros, existe algo más detrás de este repunte de asesinatos.
Para Jeannette Aguilar, investigadora en temas de seguridad, crimen organizado y pandillas, el alza de asesinatos en tres días podría interpretarse como una estrategia para demostrar efectividad de la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil con el Plan Control Territorial del Gobierno de Bukele.
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“Ofrece elementos para reforzar la hipótesis de que fue una fluctuación deliberada y controlada para mostrar efectivismo, especialmente de la Fuerza Armada”, afirmó Aguilar.
De acuerdo con la experta, el alza de violencia e inseguridad “buscaba también abonar a un clima de miedo e incertidumbre entre los que el gobierno considera oposición”.
El criminólogo Carlos Ponce ha advertido de dos posibles causas al repunte de homicidios: una de ellas es que el “incremento de los homicidios puede ser utilizado por las estructuras criminales para mejorar su posición en la negociación presionando a las autoridades”.
Una “segunda razón, y probablemente la más delicada, es que las estructuras criminales pueden subir los homicidios en contubernio con las autoridades persiguiendo objetivos políticos”, detalló Ponce.
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Lo que plantea Aguilar tiene que ver también con el clima de inseguridad que vivió la población desde el martes que subió estrepitosamente el número de homicidios y ataques, principalmente en el Área Metropolitana de San Salvador (ver mapa), que es donde se registró la mayor cantidad de asesinatos.
El clima de inseguridad causó incluso que instituciones de gobierno como la Corte Suprema de Justicia, por medio de su director de seguridad, advirtiera ayer a los empleados que debían tomar una serie de medidas de seguridad ante la ola de asesinatos promovida por las pandillas.
“Hay dos mensajes que me parece se quieren reforzar de cara a la opinión publica: las pandillas tienen un importante poder, pero el gobierno tiene la capacidad de controlarlas”, explica Aguilar.
Desde el jueves, el Gobierno de Bukele lanzó patrullajes en zonas supuestamente controladas por el Plan Control Territorial donde ejecuta la etapa denominada “Incursión”, además de otros lugares, con el fin de parar el accionar de las pandilla.
“Luego del #DespliegueNacional, El Salvador ya contabiliza 19 horas sin homicidios. Seguiremos trabajando sin confiarnos”, tuiteó Bukele para publicitar la efectividad.
Entre las primeras acciones, según ha informado la Policía, hay supuestos pandilleros detenidos, decomiso de dinero a la pandilla producto de supuestas actividades ilícitas, decomiso de granadas y explosivo C-4, un armamento de uso exclusivo de la Fuerza Armada.
De momento la violencia en las calles ha mermado, la pandilla aparentemente se ha desplegado, mientras la población sigue con zozobra por el clima de inseguridad que se vivió y dejó una cifra récord de 47 personas asesinadas en tres días, cuando el promedio era de cuatro y cinco.