Henri Ernesto Pocasangre fue condenado a 25 años de cárcel por intentar asesinar a tres agentes de Policía Nacional Civil (PNC), informó este sábado la Fiscalía.
El sentenciado, del que se desconoce si es miembro o tiene relación con alguna pandilla, fue procesado por el delito de homicidio agravado tentado en perjuicio de los tres elementos de Seguridad.
El hecho que se le atribuye a Pocasangre fue perpetrado el pasado 27 de febrero en una populosa colonia del municipio de Apopa (norte), localidad fuertemente asediada por el accionar de las pandillas Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18, añadió la fuente.
En lo que va de 2019 al menos 26 policías ha sido asesinados en el país centroamericano, a los que se suman los homicidios de 13 miembros de la Fuerza Armada y un custodio penitenciario.
En 2018 se registraron los homicidios de 33 policías, 2 empleados administrativos de ese cuerpo de seguridad, 17 militares, 3 agentes de centros penales y un estudiante de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP).
Apopa | El trabajo fiscal dio como resultado una pena de 25 años de prisión contra Henri Ernesto Pocasangre Pocasangre, por el delito de Homicidio Agravado Tentado, en perjuicio de tres agentes de la PNC. Hecho sucedido el 27 de febrero de 2019. pic.twitter.com/edxgBdejGh
— Fiscalía El Salvador (@FGR_SV) September 14, 2019
El Salvador es considerado uno de los países más violentos del mundo por las tasas de homicidios por cada 100.000 habitantes de entre 103 y 50.3 registradas entre 2015 y 2018, índices atribuidos principalmente a las pandillas MS13, Barrio 18 y otras minoritarias.
Estos grupos criminales poseen unos 60,000 miembros en todo el país y también son acusados de cometer la mayoría de crímenes contra policías y militares.
El Ejecutivo de Nayib Bukele lanzó el pasado 20 de junio un plan de control territorial con el que se han concentrado a más 7,000 efectivos de la Policía y el Ejército en 22 localidades afectadas por el accionar de las violentas pandillas.
Estas bandas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a diferentes planes de seguridad de encarcelamiento masivo, confrontación directa y diálogo de los últimos cuatro Gobiernos.