La tormenta Amanda destruyó la casa de Marta y su familia, pero ahora tienen esperanza de recuperar lo perdido

Marta vive en el caserío Potrerillo, en Alegría, Usulután, lugar donde Fundasal y la embajada de Francia ejecutarán un proyecto para reparar 12 viviendas que fueron afectadas durante la emergencia de las tormentas Cristóbal y Amanda.

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Marta y su familia viven en el caserío Potrerillo del municipio de Alegría, Usulután. Foto Fundasal

Por Nancy Hernández

2020-09-02 6:36:45

Marta Mejía tiene 37 años, vive en el caserío El Potrerillo, en Alegría, Usulután. Ella junto a sus cinco hijos, dos nietos y esposo viven a cinco metros de una quebrada, cada invierno es de zozobra para la familia pues el caudal crece y su casa se inunda.

Para las tormentas Amanda y Cristóbal, la cantidad de agua sobrepasó los límites y “la correntada” le destruyó parte de su casa: “La creciente es a ambos lados de mi casa, el terreno es bien disparejo y por detrás de la casa se metió el agua y rompió dos paredes, ahí fue cuando la casa se me inundó”, relató.

Aseguró que las paredes que fueron destruidas han sido sustituidas con lámina y cartón para evitar que alguien pueda entrar a la vivienda cuando no está, pues asegura que la zona es un poco insegura.

Sin embargo, Marta ahora tiene una esperanza porque su familia será una de las beneficiadas del “Proyecto de emergencia por Tormentas Amanda y Cristóbal en Caserío Potrerillos” que tiene por objetivo la reparación de 12 viviendas del lugar. La iniciativa es financiada por la embajada de Francia en El Salvador y coordinada con la Fundación Salvadoreña de Desarrollo y Vivienda Mínima (FUNDASAL), el valor de la ejecución es de $18,456.38.

La vivienda de marta está a 5 metros de distancia de la quebrada, cada vez que el caudal crece la casa se inunda. porque en época de lluvia siempre deben estar pendientes de los daños. Incluso teme que su nieta más pequeña caiga a la quebrada. Foto Fundasal

El proyecto pretende “reparar los daños ocasionados por las tormentas tropicales en las viviendas del caserío. Con la intervención de viviendas, se busca incrementar su capacidad para enfrentar futuros eventos climáticos extremos”, según el comunicado de prensa emitido por Fundasal.

También tienen planeado reactivar la economía a través de un fondo de semilla que será entregado a las familias que tengan comercios o “forman parar de la cadena de producción agropecuaria”. Además de capacitarlos en la administración de los fondos que obtengan de sus emprendimientos.

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Marta se suma a las familiar que perdieron sus cosechas a causa de las tormentas, pero ella no es comerciante, por tanto no sería beneficiada con el fondo de semilla. Ahora otra de las preocupaciones de Marta es que los cultivos que perdieron eran parte de su plan alimenticio, pues la subsistencia familiar dependía de ellos y desconoce de dónde obtendrá los recursos para cultivar o alimentar a sus hijos.

“Hemos perdido bastante, no vamos a sacar ni los cuatro sacos de maíz. Nosotros somos de escasos recursos y no alcanzamos para comprar abono y todo lo que se necesita para cultivar y vender, entonces cultivamos cabal lo que nosotros consumimos”, dijo.

Aseguró que sus únicos ingresos son las “lavaditas de ropa ajena” por las que le pagan $ 5.00 y eso lo invierten en sus alimentos.

Marta tiene 35 años y dice sentirse preocupada de vivir cerca de una quebrada porque en época de lluvia siempre deben estar pendientes de los daños. Foto Funsadal

Marta ha recibido capacitaciones con el equipo de Fundasal sobre construcción de vivienda, cocinas, semillas y letrinas aboneras, pero sus necesidades no terminan ahí porque incluso ahora que las clases están suspendidas su hija que cursa séptimo grado y su nieta que está en educación inicial, tienen dificultad para recibir clases, mandar tareas o consultar las guías de tareas porque para ello necesitan recargar sus teléfonos para tener acceso a WhatsApp y a veces no tiene dinero para la recarga.

“Hemos tenido bastantes dificultades porque a veces no tenemos al alcance del bolsillo para comprar la recarga y a veces no entendemos qué están pidiendo”, explicó.

Por las necesidades económicas, riesgo ambiental y falta de oportunidades Fundasal y la embajada de Francia han ejecutado diversos programas en el caserío.

“En 2018, la cooperación francesa tuvo su primera intervención en este asentamiento rural con el proyecto Acción por el Hábitat, ejecutado por FUNDASAL”, explica la institución en el comunicado de prensa.

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En el proyecto, que fue inaugurado el 18 de agosto, se espera que la intervención dure seis meses. En este periodo se van a reparar 12 viviendas y se formarán dos grupos SECOME (Semilla Comunitaria para el Mejoramiento Económico) de 10 personas cada uno.

Marta ha recibido varias capacitaciones que han sido impartidas por Fundasal, entre ellas cocinas ecológicas. Foto Fundasal

“De manera directa, 86 personas del caserío serán beneficiadas con la ejecución de este proyecto. Además, 258 habitantes participarán en las capacitaciones para reparación y mejora de viviendas”, informó Fundasal.

¿Por qué escoger al caserío Potrerillo para ayudar a su población?

“En el 2015, más de un centenar de familias de Potrerillos fueron afectadas por un enjambre sísmico. FUNDASAL levantó un diagnóstico de los daños ocasionados. Los resultados reflejaron la extrema pobreza del lugar y la imposibilidad de los pobladores para adquirir una vivienda nueva por sus propios medios”.

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