Julián Centeno Fuentes, de 80 años, es un hombre de estatura pequeña, con su piel maltratada por los intensos rayos del sol que le quema al exponerse cada día a caminar por más de 8 horas para vender los helados en un carretón en la ciudad de San Miguel.
Nació el 6 de abril de 1941, en el municipio de Ciudad Barrios, viene de una familia disfuncional, solo conoció a su madre Josefa Centeno, pero se creció en el seno de otra familia particular, a los 20 años decidió irse y buscar trabajo en los cafetales en el departamento de San Salvador.
El longevo tiene alrededor de 30 años de dedicarse a la venta ambulante de helados, halando el carretón por los barrios y colonias de la cabecera departamental.
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Reside en un cuarto de un mesón en el barrio La Cruz, paga $50 dólares mensuales, el pequeño espacio solo lo ocupan para dormir, guardar sus escasas pertenencias, porque a las 6:00 de la mañana tiene que salir a buscar el desayuno.
Don Julián dice que hay días malos en la venta que solo le quedan 3 o 4 dólares, su jornada la inicia desde las 4:00 de la mañana a bañarse y alistarse, luego a las 8:00 anda con su carretón por todas las comunidades, y finaliza a las 4:30 de la tarde.
“Vendo por unidades, es decir que el producto nos ponen a un precio y nosotros lo damos en otro, le ganamos 0.10 o 0.25 centavos, lo poco que gano es para comprar mi comidita, y pagar la pieza en el mesón”, agregó Centeno Fuentes.
A Fuentes Centeno, dice que no le fue muy bien en cosas del amor, estuvo varias veces acompañado, de una de esas relaciones procreó una hija; de la cual no tienen ninguna comunicación.
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También comenta que hace varios años fue víctima de la delincuencia, en una de las colonias de la ciudad unos sujetos le salieron a las 6:00 de la tarde, lo registraron y amenazaron que si no les entregaba el dinero lo matarían con la pistola que portaban.
En varias ocasiones ha sido víctimas de atropellos por parte de conductores de vehículo, resultó con lesiones leves y logró recuperarse sin mayores complicaciones.
