Con la voz rota y lágrimas en los ojos, Edgardo Dueñas, Médico General, llevó la tarde de este lunes el retrato de su mejor amigo, Eduardo Ramos, para que fuera parte de las decenas de fotografías que se colocaron en la Plaza Italia, de San Salvador, en homenaje a los médicos y profesionales de la salud que perdieron la batalla frente al COVID-19.
“Era una persona digna de admirar. Trabajaba y estudiaba a la vez”, intentaba relatar Eduardo, conmovido por el recuerdo de su amigo y de los días en que se conocieron en las aulas de la facultad de medicina de la Universidad de El Salvador. Fue en 2005, “éramos unos jóvenes estudiantes”, recuerda.
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Edgardo está convencido que su amigo fue un gran profesional de la salud, no solo por su práctica como médico sino porque considera que no se despegó de su trabajo a pesar que era consciente que estaba ofrendando su vida. “Él ha sido un ejemplo”, señala y casi no consigue contenerse.
“Compartimos clases en la universidad”, agrega y hace énfasis que, además de la medicina, fue la pasión por el fútbol la que fortaleció los lazos de su amistad. “En donde creció nuestra amistad fue en la cancha. A los dos nos encantaba el fútbol”, expresa Edgardo y no puede evitar el llanto cuando recuerda el tiempo que pasaron armando su equipo o jugando para dejar los problemas de lado. Guarda silencio y ya no le es posible continuar.
El homenaje
“Que se visibilice que han fallecido por no tener las condiciones necesarias para ejercer su profesión”, esa es, según Edgardo Dueñas, la intención detrás del homenaje que él y otro grupo de jóvenes practicantes de la medicina realizaron en la Plaza Italia, de San Salvador, para los profesionales de la salud que murieron a causa del COVID-19.
Llevaron las fotografías de decenas de sus compañeros y las colocaron sobre estacas de madera en toda la plaza, a la vista de peatones y conductores que transitan por la zona.
Edgardo califica de injusticia que las autoridades del Ministerio de Salud no quieran aceptar las cifras reales de profesionales de la Salud que murieron a causa del COVID-19 o que quieran, únicamente, contar a quienes estuvieron en primera línea, cuando todos se dedicaban al esfuerzo común de salvar vidas.
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Él considera que es necesario que estas actividades se realicen de manera constante para que la memoria de los profesionales fallecidos se preserve en el tiempo.
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