La “hermana Pacita” desapareció y cerca de su champa hallaron un cadáver de mujer

Desapareció el viernes en la noche. Los vecinos avisaron a la Policía, pero no hicieron nada para buscarla. El lunes, a pocos metros de la champa de láminas donde vivía María Pastora, hallaron semienterrado el cadáver de una mujer mayor.

El hallazgo lo realizaron los mismos vecinos de la anciana. Video EDH.

Por Jorge Beltrán Luna

2022-02-01 6:34:59

A media mañana del lunes, la búsqueda de la “hermana Pacita” arrojó resultados. A unos 120 metros de la champa de donde ella desapareció el viernes anterior, los vecinos encontraron semienterrado un cadáver.

Sin contar con la ayuda de la Policía Nacional Civil (PNC) un grupo de vecinos y miembros comenzaron a buscarla. Una joven encontró a ras de suelo, una pierna, aparentemente de mujer. Luego dieron aviso a la policía.

La hermana Pacita, en realidad se llama María Pastora Vásquez de Espinoza y tiene aproximadamente 67 años; su vivienda, una champa de láminas viejas y sin agua ni energía eléctrica, está al final del Pasaje 2 de la colonia San Antonio, en el cantón Cuyagualo del municipio de Colón, en el departamento de La Libertad.

En el sector tiene presencia la clica Cinco Cedros de la Mara Salvatrucha (MS-13) misma que el 11 de diciembre de 2011 asesinó salvajemente al soldado Élder Arcadio Bautista Valenzuela, a quien le quitaban pedazos de piel para dárselos a un pitbull propiedad de uno de los pandilleros asesinos.

VER: “Nosotros la encontramos”: Hallan cuerpo semienterrado en Colón, La Libertad

Sin embargo, las sospechas de los vecinos y amigos de la hermana Pacita apuntan a una o dos personas que frecuentemente amenazaban a la señora; los informantes no los vinculan a grupos de pandillas pero sí al consumo de drogas.

Los problemas de esa gente con la hermana Pacita escalaron a tal grado que le quitaron la casa donde ella vivía. Ella no tuvo más opción que hacer una champa en un lote que no se sabe de quién es, aseguran las fuentes.

¿Quién es la hermana Pacita?

Ella tiene muchos años de vivir en la colonia San Antonio de Cuyagualo. Se congregaba en la Iglesia de Jesucristo la principal piedra del ángulo que está a unos 200 metros de donde vivía.

Pacita es viuda, no tuvo hijos. Para sobrevivir, vendía tortillas y las repartía en la colonia San Antonio y otras aledañas.

Los correligionarios de Pacita y vecinos le ayudan con víveres. Incluso le regalaron una plancha para que echara las tortillas que vendía. Algunos vecinos recuerdan que durante la cuarentena del 2020 por la pandemia de COVID-19, ella nunca dejó de echar tortillas y llevarlas a domicilio.

Ayer, la champa de lámina lucía abandonada, solo un gallo y un pollo rascaban y picoteaban el suelo en busca de comida.

Foto: Cortesía

La desaparición

La última vez que la hermana Pacita fue a media tarde del viernes. Eso dicen los vecinos. Vivía con una menor que había criado desde que ésta tenía unos cinco años.

Cuando la adolescente regresó de trabajar, como a las 7:00 p.m. del viernes no encontró a su mami (así le dice aunque en realidad entre ambas no hay lazos familiares), según vecinos.

Aparentemente, la menor esperó un rato en la champa a que su abuela llegara pero eso no sucedió. Entonces decidió preguntar a los vecinos si la habían visto. Pero la última vez que en el vecindario vieron a Pacita fue como a las 3:30 p.m.

Por temor, la menor de 15 años, pasó la noche donde unos vecinos. En la mañana siguiente cuando volvió a la champa, Pacita seguía ausente.

Ese mismo sábado decidió denunciar la desaparición pero los policías le dijeron que tenían que transcurrir 72 horas para considerarla desaparecida.

“La policía no le tomó importancia a la denuncia de la desaparición y tampoco ayudaron a buscarla”, afirmaron vecinos.

Pacita se congregaba en la Iglesia de Jesucristo. Foto EDH/ Jorge Beltrán

No se sabe aún si Pacita fue asesinada

El cadáver encontrado el pasado lunes estaba medio enterrado entre una arboleda y matorrales, distante a 120 metros, en línea recta, de la champa de Pacita.

Fue un grupo de vecinos quienes lo hallaron. Vieron la pierna humana que sobresalía de la tierra y llamaron a las autoridades. Entonces sí llegaron, acordonaron el lugar.

Pero los empleados del Instituto de Medicina Legal se demoraron en llegar porque primero fueron a recoger otro cadáver en el sector del municipio de Sacacoyo.

Fue hasta como a las 7:00 p.m. que recuperaron el cadáver. Pero a los vecinos les dijeron que tendrían que practicarle examen genético al cadáver para determinar la identidad. No permitieron que la menor conviviente de Pacita llegara a reconocerla. Dijeron que estaba irreconocible debido a los múltiples golpes en el rostro y cabeza, pero que el cuerpo correspondía a una mujer de unos 60 años.

A pesar de las dudas de las autoridades, vecinos consultados por este Diario creen que es el cadáver de la hermana Pacita. Hay muchas coincidencias, dicen, como para que sea el de otra mujer, afirman, mientras piden a las autoridades que este caso no quede impune.

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