El diputado del partido GANA, Guillermo Gallegos, restó importancia a la agresión que el agente de la Policía Nacional Civil, Raúl Martínez Velásquez, realizó el miércoles al periodista de El Diario de Hoy, Jorge Beltrán Luna, mientras cubría la recuperación del cadáver de un estudiante asesinado en Apopa.
Ayer, el diputado Gallegos publicó mensajes en Twitter en los que consideró que "la cachetada está solo en tu imaginación", y minutos después escribió que a su juicio el hecho "fue cachetada de de payaso porque nadie la vio".
Además, el parlamentario consideró este jueves que el agente policial que realizó la agresión es un "héroe".
"Gracias Héroe no estás solo", publicó en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, dicha agresión ha sido criticada fuertemente por el gremio periodístico. Este jueves, la Mesa de Protección a Periodistas de El Salvador realizó una conferencia de prensa donde condenó el hecho y lo consideró que es consecuencia del discurso antiprensa del presidente Nayib Bukele.
“La agresión física en el caso del periodista del Diario de Hoy es consecuencia directa del discurso antiprensa, antimedios que ha venido institucionalizando la narrativa gubernamental, este policía que agrede a Jorge Beltrán seguramente se siente avalado, se siente autorizado por el discurso de su director, de su ministro y presidente”, dijo Leonel Herrera, miembro de la Mesa.
Por su parte, Beltrán Luna interpuso denuncias formales ante la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) y ante la Fiscalía General de la República (FGR) en contra de Martínez Velásquez por abuso de autoridad.
En un documento desclasificado el 4 de mayo de este año, considerado como el listado preliminar a la lista Engel y que fue remitido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, se señaló a Guillermo Gallegos, “involucrado en actos significativos de corrupción a lo largo de su periodo”.
VIDEO DE LA AGRESIÓN AL PERIODISTA JORGE BELTRÁN
El oficial lanzó una bofetada al comunicador quien realizaba su trabajo en el río Tomayate, en Apopa, donde se procesaba la escena