Poco después de que un grupo de influyentes congresistas demócratas emplazara al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, por su “creciente hostilidad” ante la prensa crítica e independiente, un alto representante del Ejecutivo de ese país se sumó a recordarle lo importante y fundamental que es el respeto al ejercicio periodístico.
Michael Kozak, subsecretario de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental del gobierno de Donald Trump, tuiteó el jueves: “Apoyamos el Estado de Derecho y las instituciones democráticas y trabajamos con todos los órganos del gobierno de El Salvador para reducir la violencia dentro de ese marco”.
En el mismo mensaje en Twitter, añadió que “los periodistas realizan un trabajo crucial en una democracia y su independencia debe ser respetada”.
Si bien el mensaje no tiene la contundencia que tuvo la carta de doce legisladores demócratas, las palabras de Kozak no son poca cosa. Él, siendo la máxima autoridad de su país para asuntos de las Américas, le reitera a Bukele lo importante del respeto a los medios de comunicación.
Esta no es la primera vez que desde la administración de Donald Trump se expresa una preocupación por el estilo de gobernar del presidente. El Departamento de Estado, equivalente a un ministerio de Relaciones Exteriores de EE. UU., ya dijo en su momento que si bien El Salvador puede seguir recibiendo cooperación estadounidense, hay temas que preocupan como el debilitamiento de instituciones democráticas o la libertad de expresión.
EE. UU. emplaza; Bukele y su gobierno persisten
Curiosamente, el mismo día que desde ambos bandos de la política estadounidense llegan recordatorios de lo fundamental y básico que es la libertad de prensa en una democracia, el gobierno de El Salvador volvió a enfilar sus ataques hacia periodistas críticos.
La mañana del jueves, al director de Centros Penales, Osiris Luna, se le preguntó si había sido contactado para dar su opinión en un reportaje de El Faro sobre supuestas negociaciones con pandillas, a lo que este respondió: “no hablo con criminales”.
En horas de la noche, el mismo presidente dejó entrever que sus críticos tienen como estrategia “comprar corresponsales” de medios internacionales. Esto, en relación a una nota de la Deutsche Welle de Alemania que hace referencia a los intentos del Ejecutivo de coartar al Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP).
“JAJAJAJAJA. Sí claro, a @DeutscheWelle le interesa el IAIP de El Salvador. Ya revelaron su técnica para publicar en medios extranjeros. Solo compran a los corresponsales locales. Buena jugada, nos tomo 5 días averiguar cómo lo hacen”, tuiteó Bukele.
Ese discurso de prensa vendida o corrupta es, a juicio de expertos en la libertad de expresión y defensa del ejercicio periodístico, uno de los primeros pasos en el ataque al acceso a la información y pilar esencial de ese libreto de pretender gobernar sin controles.
Mauricio Alarcón, abogado ecuatoriano y defensor de la libertad de expresión en su país, advirtió que en su país durante el gobierno de Rafael Correa esa fue la excusa para empezar a perseguir con más virulencia a medios, estigmatizarlos como “enemigos del país”, enjuiciar periodistas y, finalmente, silenciar las voces críticas.