Gobierno de Bukele prioriza su imagen sobre proyectos útiles a los salvadoreños, dice presidente de Fundación DTJ

José Marinero señala que la construcción del estadio, biblioteca y demás obras que se ejecutarán en el país con la cooperación China no son prioritarias frente a las grandes necesidades de la población.

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Imagen de cómo se vería el nuevo Estadio El Salvador que donará China. Imagen de carácter ilustrativo y no comercial / https://twitter.com/nayibbukele/status/1476738990850158614

Por Milton Rodríguez

2022-01-04 3:00:32

El presidente de fundación DTJ, José Marinero, señaló que el gobierno de Nayib Bukele prefiere tener una buena imagen, en lugar de ejecutar proyectos que realmente resuelvan las necesidades de la población salvadoreña.

Esto en relación a la construcción del estadio, la biblioteca y otras obras que se realizaran como parte de una gigantesca “cooperación no reembolsable” a la que se comprometió el gobierno de la República China con El Salvador tras la firma de un convenio entre ambos países en diciembre 2019.

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“Asumiendo que fue el gobierno de Bukele el que decidió cuáles obras podía donar China, asunto que no es del todo claro, creo que es una selección perfectamente lógica pues son muy visibles, monumentales incluso, en consonancia con la altisonancia de este gobierno”, dijo Marinero.

Añadió: “Está claro que al gobierno le importa más (obras) que se vean y que la gente lo asocie a su nombre, que sean en verdad prioritarias o que vayan a resolver necesidades de la ciudadanía”.

Señaló que la duda principal es a qué costo está Bukele construyendo esta relación, de la cual el estadio y la biblioteca solo parecen ser “gestos” iniciales.

“Las obras con las que arranca esta relación, el estadio, la biblioteca y las mejoras al Puerto de la Libertad claramente no son prioritarias frente a la larga lista de necesidades en educación, salud, cultura y otros temas sociales y económicos”, razonó el presidente de Fundación DTJ.

A juicio del presidente de la organización Tracoda, Carlos Palomo, dado que los detalles del proceso de negociación de las donaciones con China no se han transparentado, no es posible conocer si fue el Gobierno quien solicitó el estadio o si fue la cooperación China quien ofreció directamente esa obra. Entonces, “es imposible asegurar si la donación intenta solventar problemas reales y prioritarios de la población pobre o si esta tiene otros fines”.

Sin embrago, Palomo subrayó que, en todo caso, “las diferentes encuestas de opinión señalan muy bien cuales son las prioridades que los salvadoreños quieren que sean atendidas: seguridad, educación, salud, vivienda; y no sé si un estadio ayudará a solventar eso”.

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Eduardo Escobar, director ejecutivo de Acción Ciudadana, enfatizó que precisamente esa es la lógica de cualquier político, en el sentido que prefieren ejecutar obras que puedan tener un gran impacto mediático, gusten a la población, sean mas sencillas realizar y que en apariencia muestren compromisos a corto plazo.

“Aunque habrá que ver si esta obra se realiza en realidad, lo del estadio, por ejemplo. Los políticos tienen preferencia por proyectos de corta ejecución, que puedan tener limitada capacidad de desarrollo al país, pero que política y electoralmente les puede rendir frutos por agraciarse con la ciudadanía”, concluyó Escobar.

Por su parte, para Wilson Sandoval, experto en temas de transparencia, desde una perspectiva de políticas públicas, el estadio no responde a ninguna demanda social, ni tampoco resuelve algún problema social. "Las políticas públicas buscan eso, entregar valor a la ciudadanía y ese valor, conlleva resolver problemas. El estadio por sí, no genera ningún valor a los salvadoreños ni salvadoreñas", planteó.

"Las donaciones que se reciben, deberían ser gestionadas en relación a la resoluciones de problemas sociales. De lo contrario, la administración pública simplemente ejecuta obras u acciones que lejos están de mejorar la calidad de vida de la gente", concluyó Sandoval.