Fundación Ayúdame a Vivir celebró a lo grande la Navidad

Todos los años la Fundación realiza esfuerzos para compartir momentos de amor y alegría con sus pequeños pacientes.

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Los pequeños guerreros disfrutaron de todas las atracciones con las que cuenta el Museo, bailaron, rieron y aprendieron junto al equipo de voluntarios de la institución. Foto EDH / Mauricio Cáceres.

Por Alejandra Campos

2018-12-12 6:21:48

Esta época se caracteriza por estar llena de amor, risas y diversión, todos estos sentimientos y emociones fueron transmitidos a los pequeños que luchan contra el cáncer y que apoya la Fundación Ayúdame a Vivir, con una increíble fiesta navideña que realizó en el Museo de los Niños Tín Marín.

Un recorrido por las distintas atracciones del Museo, entretenidas dinámicas, juegos, bailes, piñatas y golosinas, fueron parte de los atractivos que disfrutaron los niños en compañía de sus seres queridos.

“Sabemos que la experiencia de los chiquitos aquí es maravillosa, que los estamos impactando de una manera especial y que estamos sembrando en ellos una semilla que en el futuro va a generar frutos muy positivos ”, mencionó María Andrea García, directora Ejecutiva de la Fundación Ayúdame a Vivir.

El principal objetivo de la Fundación además de salvar la vida de los niños que padecen cáncer, es lograr que su experiencia enfrentando la dura enfermedad sea menos traumática.

Por ello, año tras año realiza distintas actividades en coordinación con otras instituciones para compartir momentos amenos con cada uno de sus pacientes y sus familias. En esta ocasión, los beneficiados fueron más de 500 personas.

“El 92% de los pacientes vive en pobreza y el 42% en pobreza extrema, lo que dificulta a sus familias brindarles este tipo de experiencias. Realizar estas actividades va más allá de un momento de diversión, es también un aprendizaje que le va a generar una alegría muy grande al niño y marcará su vida”, agregó.

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Por su parte, Juan Carlos Novoa, director Ejecutivo de Tín Marín manifestó sentirse complacido de ser parte de una causa tan noble y enfatizó que espera que esta no sea la última vez que ambas instituciones se unan para realizar estos eventos.

La Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC  por sus siglas en inglés) con el apoyo del Estado de Qatar también contribuyeron  con el festejo.  Los niños y sus familias pudieron conocer sobre la prevención del ciber delito y las exhibiciones del Museo.

“Este es un esfuerzo para la niñez salvadoreña y en específico para los que están sufriendo por la enfermedad. El propósito ha sido darles en esta Navidad un momento lindo y lleno de alegría”, señaló Novoa.

“Queremos que el Museo Tín Marín sea una motivación, una alegría, un retomar fuerzas para que los niños continúen en esta dura batalla contra el cáncer”, añadió.

Las familias de los pequeños también vivieron momentos increíbles al verlos disfrutar de todas las sorpresas que se prepararon para ellos.

Rosario Mejía, madre del pequeño Salvador Ruiz Mejía, quién fue diagnosticado con cáncer de riñón hace ocho meses se mostró agradecida por todo el esfuerzo que la Fundación realiza.

“Me siento feliz por todas estas cosas que hacen por los niños, mi hijo se siente alegre de vivir todas las fiestas que organiza la entidad. Siempre se lleva muchos premios y sonrisas a casa”, agregó.

Sobre la Fundación
Ayúdame a Vivir nació en 1991 con el objetivo de salvar la vida de los niños que padecen cáncer, tres años después realizó una alianza con el Hospital Nacional de Niños “Benjamín Bloom” y en la actualidad brinda apoyo tanto a pacientes de la Fundación como a los del hospital.

Cuando nació la fundación no existía en El Salvador un programa formal de oncología pediátrica y fue hasta su constitución que se empezó a dar una atención integral y personalizada a este sector de la sociedad.

La Fundación recibe a pacientes de 0 a 12 años y además de proporcionarles evaluación, diagnóstico y tratamiento; les brinda apoyo emocional, contribuye con su alimentación, transporte y les proporciona una escuela multinivel, todo esto sin ningún costo.

Año con año se suman más pacientes y la fecha son más de 800 niños los beneficiados. Para poder ejecutar esta noble labor, además del apoyo del Gobierno y la empresa privada, la organización recibe la contribución de personas altruistas que se incorporan a programas como “Plan Padrino”, en donde aportan cada mes dinero para costear los medicamentos de los pequeños.

 

 

La directora de la Fundación, tercera de la derecha, participó activamente junto a las voluntarias en el evento. Foto EDH / Mauricio Cáceres.

Importante apoyo
La labor que realiza la Fundación se realiza en gran medida gracias al aporte de los voluntarios. Estas personas comparten su tiempo, cariño y amor con los pacientes y son parte esencial de su recuperación.

María de los Ángeles de Gutiérrez es una de las voluntarias y colabora con ellos desde hace más de tres años.“Llegué por la invitación de una amiga, al principio pensé que no iba a poder porque fue sumamente doloroso y no podía mostrarme mal frente a los niños”, contó.

“Sé que Dios me quería ahí y lo sentí desde el primer momento, a la fecha sigo igual, comprometida. Los niños son angelitos que me enseñan muchas cosas y me hacen crecer. Más que ayudarlos yo a ellos, son ellos los que me ayudan a mi”, concluyó.