Esta mañana, durante la jornada de estudios electorales organizada por FUSADES, el secretario para el fortalecimiento democrático de la Organización de Estados Americanos (OEA), Francisco Guerrero, lanzó una fuerte advertencia a nuestros sistemas políticos.
Con el advenimiento de nuevas tecnologías de información, dice, “las redes han cambiado el relato político. Ahora hay un torbellino de información donde la realidad se delinea por agendas propias”. En ese sentido, el experto de la OEA previene que más que una búsqueda por la verdad y por propuestas de política pública serias, se construyen historias a partir de datos militantes y verdades paralelas que buscan adaptarse a cualquier circunstancia.
Parte de este fenómeno al que Guerrero hace referencia es el de las fake news, es decir historias falsas que buscan ganar réditos políticos. Este no es para nada un fenómeno nuevo, pero la tecnología lo ha magnificado y grandes campañas se han construido a partir de datos inexactos o mentiras abiertas.
A esto, el funcionario de la OEA llama “la edificación de iglesias ideológicas” que buscan ratificar relatos fantasiosos siempre que se apliquen a algún interés político particular. Para lograrlo en las redes, explica, ha surgido un “activismo de bots que dedican días completos a crear relatos fanáticos para su iglesia política”. A esto, en El Salvador se le conoce como troll centers, es decir ejército de cuentas falsas que se dedican a masificar mensajes, muchas veces falsos o calumniosos.
Esto, lamenta, afecta a la democracia, pues es cada vez menos importante resolver problemas y se opta simplemente por ganar más adeptos. “Las campañas parecen haber transformado su objetivo fundacional (de dar a conocer propuestas de política pública y programas de gobierno). El nuevo juego es polarizar e indignar”, sentencia.
En estos procesos y con el crecimiento de la redes, Francisco Guerrero señala que tiende a ganar el actor más extremo y “los buscadores de consensos parecieran no tener mucha oportunidad. Los extremos ganan los votos de la desilusión y de la desesperanza aunque no tengan propuestas de políticas razonables”.