“Mamá, mamá, allí hay un robot de tubos”, dice un emocionado niño de aproximados 8 años; luego su madre, quien viste jeans, blusa blanca y zapatos deportivos, responde “Sí, hijo, veamos de cerca si te podes subir”.
Es casi mediodía de domingo y unas cuantas decenas de personas asisten al Parque de la Familia, al sur de San Salvador.
El niño intenta subir en el estático juego mecánico, no lo logra, y emprende carrera hacia un pequeño deslizadero contiguo; la mujer trata de grabar con su celular la mayoría de las aventuras de su hijo. Al final, en su afán de no perderlo de vista, ella corre tras él, se pierden entre los árboles.
Los parques Saburo Hirao, Balboa y de La Familia resultan una opción para escapar del bullicio de San Salvador. Decenas de familias se concentran en esos espacios cada fin de semana.
En la base de ese robot hay una placa, en ella se lee un poco sobre su origen: Donado por El Mundo Feliz…
La brisa mueve algunos pinos, el zumbido recorre varios metros a la redonda.
En la zona de los juegos mecánicos hay varios columpios y otras estructuras para escalar o hacer piruetas. Unos diez adolescentes los usan.
Allí, también, dos hombres ofrecen paseos a caballos.
Algunos adultos aprovechan el clima y lo silencioso del lugar, amarran hamacas a los árboles y descansan muy placenteros.
Las canchas de básquetbol, rodeadas por mallas oxidadas, sirven como escenario para improvisados torneos familiares o simplemente para lanzar la pelota al tablero.
Por momentos se escucha el sonido de un motor, es un pequeño tren que pasea a niños en los alrededores del monumento dedicado a la familia.
A la hora del almuerzo los visitantes se acercan a los merenderos, las empleadas de ellos ofrecen a todo pulmón sopa de gallina y pupusas; los vendedores de frutas, algodón de azúcar, sorbete y coco, también tratan de comercializar sus productos.
El Parque de La Familia fue construido por la Secretaría Nacional de la Familia, durante la administración del expresidente de la República Armando Calderón Sol. Se encuentra ubicado a 12 de San Salvador, en los Planes de Renderos.
Un detalle que se debe destacar es la seguridad, el lugar es custodiado por agentes de la Policía de turismo.
A pocos metros, se encuentra el Parque Balboa, allí se concentra un mayor número de visitantes, con respecto al de La Familia.
En la calle principal de esas instalaciones varias señoras ofrecen artesanías, pequeños juguetes plásticos y diversos antojos, entre esos últimos destacan los elaborados a base de elote y las papas fritas.
En una de las canchas, en muy buen estado, jóvenes con edades entre 18 y 25 años, juegan un adormecedor partido de fútbol; mientras, una pareja de niños anda en bicicleta en la pista situada en el centro del parque.
Algunas personas aprovechan ese espacio para pasear con sus mascotas, o simplemente caminar mientras los troncos de los bambú característicos del lugar rechinan con el paso del viento.
Las canchas de básquetbol son usadas por dos grupos de jóvenes que ensayan coreografías.
El nombre de ese lugar, fundado en 1949, es en memoria del descubridor del Océano Pacífico, al español Vasco Núñez de Balboa.
La ruta lleva hasta el parque Saburo Hirao, ese lugar, de acuerdo a información oficial esta situado en 11 manzanas de terreno, cuenta con zonas verdes, áreas de descanso, toboganes, torre de viento, torre de agua y laberintos, entre otros juegos.
En el recorrido por ese espacio, que por momentos hace recordar las excursiones del colegio, es fácil observar como por instantes los adultos vuelven a ser niños y se deslizan en los toboganes; mientras, otros organizan días de campo en los jardines.
Los adolescentes aprovechan hacer algunos autoretratos al pie de figuras gigantes de animales prehistóricos y en el jardín japonés construido en honor a Saburo Hirao.
El laberinto que lanza agua desde el centro y el paso interior de la fuente empedrada representa un llamativo entretenimiento para los niños.
El Museo de Historia Natural de El Salvador, en el interior del parque Saburo Hirao, es otro atractivo.
Cuenta con tres salas permanentes de exhibición: Rocas y Minerales, Paleontología, y Ecosistemas. En ellas se muestra el patrimonio natural actual y pasado, mediante hallazgos hechos por biólogos y paleontólogos tanto salvadoreños como extranjeros.
El parque fue inaugurado el 12 de febrero de 1976, con la presencia del entonces presidente de la República, coronel Arturo Armando Molina, entre otras personalidades de aquel entonces.
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A partir de ese día todos los visitantes podrán disfrutar de los diferentes atractivos con los que el espacio público inicia su nueva etapa de vida.