Atilio Montalvo, conocido en la época de la guerra como “Salvador Guerra”, dimitió este domingo de pertenecer a la dirección nacional del partido FMLN. Montalvo fungía desde 2019 como miembro de ambas instancias tras las elecciones internas del partido efemelenista y a pocos meses de que el FMLN perdiera el poder del Ejecutivo en los comicios de ese año.
En una carta enviada al Consejo Nacional y a la Comisión Política del partido externa que “se incorporará de lleno a la batalla de las organizaciones populares, sociales y de los distintos sectores de la sociedad, contra la dictadura y por construir los cambios democráticos y revolucionarios, por un futuro mejor para nuestro querido país”.
Montalvo conocido en el conflicto armado como “Salvador Guerra” fue dirigente de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) desde 1972, una de las cinco organizaciones que conformaron el FMLN en 1980, también fue fundador del UR19 y del Bloque Popular Revolucionario (BPR).
El exdirigente farabundista reclama al partido que este dejó de enarbolar las aspiraciones históricas de justicia que el pueblo salvadoreño desea, de una “sociedad más justa, equitativa, inclusiva, que velara por los intereses de las mayorías, se fue desvaneciendo producto de sus propios errores políticos, incurriendo en los vicios de corrupción y nepotismo, abandonando paulatinamente los principios y valores con los que originalmente surgió, opacando el heroísmo de los héroes y mártires que derramaron su sangre por un futuro mejor para nuestra patria, convirtiéndose en un partido político más de este sistema tradicional”, refuta Montalvo.
Cuestiona que a tres años del gobierno del presidente Nayib Bukele los logros son pocos en cuanto a reducción de la pobreza y el desarrollo de políticas sociales.
“Hay un escandaloso aumento de la corrupción que supera las tres décadas anteriores; aventurando nuestra economía con proyectos imaginarios, mentiras, estafas y cortinas de humo. Además, esta dictadura se ha caracterizado por la permanente violación de la Constitución y las leyes que poco a poco van derivando en la violación de los derechos civiles, políticos y sociales de la población salvadoreña”, argumenta en su carta.
Señala que el FMLN olvidó sus principios y ha dado la retirada en luchar por todos esos aspectos por los que pelearon en la guerra, sumergiéndose en un ambiente arcaico de la realidad y se disputan el control burocrático del aparato partidario con un fin en sí mismo, “olvidándose de la realidad que vive nuestro pueblo y de nuestro proyecto político”.