Fernando está ahorrando para tener su propia empresa

El hábito del ahorro es una de las cualidades del joven. Quiere tener su empresa y se enfoca a diario para conseguirlo.

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Foto EDH/Josué Parada

Por Rafael Mendoza

2019-03-20 9:02:46

A sus 23 años, Fernando Elías es el hombre del hogar. El año pasado murió su padre y ahora vive con su hermana, Mónica, y su madre, Linet Contreras.

Desde que nació, la familia del joven no hizo otra cosa que volcarse al desarrollo y la educación de Fernando. Hoy, ese esfuerzo se ve reflejado en una persona que trabaja, hace deporte, estudia e interactúa con todos.

En Fernando hay un factor que determinó lo que él muchacho es hoy en día: el estímulo. “Es muy cariñoso, solidario y buen amigo. Ha sido bien despierto y ha estado siempre en la jugada”, describe su madre.

Linet cuenta que al nacer Fernando ella no pudo asimilar del todo lo que los médicos le dijeron. Sitió que algo se le desmoronaba. “No me gustaba hablar del tema porque lloraba”, relata.

La primera persona que le habló del potencial de las personas con síndrome de Down no fue ni un médico ni los libros, sino una enfermera que la miró enjugarse las lágrimas.

“Me preguntó por qué lloraba. Me dijo que ‘esos niños son bien lindos’. Y fue a traerlo y me lo llevó hasta la cama para que estuviera con él”, recuerda Linet, emocionada.

Según la progenitora, Fernando comenzó a recibir sus terapias al año de nacido. Ingresó, luego, en la Asociación Síndrome de Down El Salvador (Asapaed).

Foto EDH/Josué Parada

También pasó por colegios de niños regulares, pero la experiencia no fue del todo satisfactoria y tuvo que salir. Fue recibido, entonces, en la asociación Paraíso Down, donde ha recibido una guía desde los 15 años.

Ahora, aunque se ha volcado a su trabajo, también recibe matemáticas y cálculo básicos, y es parte del club de lectura de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).

Fernando se la pasa feliz en su casa, ubicada en Santa Tecla. A diario lo acompañan, además de las mujeres de su vida, sus perros “Messi” y “Antonella”. Sus sobrinos lo visitan. Les habla como una persona mayor, con autoridad, pero siempre con una incansable sonrisa.

Entre sus aficiones está mirar en la televisión la serie Nicky Jam: el ganador. Pero, sus sueños son más altos: quiere tener un negocio.

Su madre cuenta que todo lo que hace está enfocado en su ideal: cualquier ingreso que obtiene lo guarda para “su negocio”, cuenta Linet.

Su hermana, Mónica, agrega que a jóvenes como su hermano no se les puede limitar ni esconder, aunque sea un trabajo titánico.

“Un error que se puede cometer con ellos es que se les limite a una burbuja. Es algo de constancia y se necesita tiempo”, comenta.

Fernando tiene novia. Se llama Kely. Y también nació con síndrome de Down.