En el hogar de María Pérez, consumen todo lo que se produce en su pequeño huerto familiar, y también los huevos de la crianza de aves de corral, en su pequeño patio la comunidad Santa Lucía, cantón La Leona, Intipucá, La Unión.
Son alrededor de 65 familias de las comunidades Santa Lucía y Nuevo Amanecer que aprendieron técnicas para el cultivo de hortalizas, frutales, la crianza de gallinas, de cabros, elaboración de abono orgánico, y la captación de agua.
Es un proyecto denominado Respuesta a los efectos de la sequía y las inundaciones en América Central, en los países de Honduras, Guatemala, Nicaragua, y El Salvador. Financiado por la fundación Bill & Medina Gates, con una inversión de $819,365.00 para los cuatro países de la región, con una duración de 18 meses.
En La Unión, es ejecutado por la Fundación Salvadoreña para la Promoción Social y el Desarrollo Económico (FUNSALPRODESE), dio inicio el año pasado. Las familias beneficiarias son de limitados recursos económicos y afectadas por los efectos de la sequía, o las inundaciones.
Para María Pérez, una madre de tres hijos, quien se dedica a los oficios domésticos, y su esposo a trabajar en la pequeña agricultura; asegura que ya se ahorra esos tres dólares que antes gastaba en comprar los huevos, el tomate, chile para preparar los alimentos.
“Nos enseñaron a la crianza de gallinas ponedoras, cómo alimentarlas para que nos de la producción del huevo, ya producimos los tomates, el chile, el rábano, el cilantro, eso ha disminuido mucho nuestros gastos”, agregó Pérez. Foto EDH Insy MendozaFrancisca Pérez es otra beneficiaria, dice que antes compraba a 0.25 centavos por cada tomate, era caro comerse un huevo con tomate; “estamos felices porque nos dieron las gallinas para la producción del huevo y pollos, así como cosechar las hortalizas”.
Alonso Gómez, técnico de Funsalprodese, manifestó que con el proyecto se busca generar un proceso de formación en conocimientos ancestrales y agroecológicos a manera de rescatar algunas técnicas que permitan producir sin exceso de agroquímicos y recuperar la condición de fertilidad de los suelos.
Gómez dijo que algunas familias optaron por la crianza de gallinas, otros pidieron cabros para la producción de leche, “algunas familias andan produciendo un promedio de 170 huevos mensual, ya no están comprando las hortalizas porque ellos lo están produciendo”, agregó.