Familiares de reos de Penalito se quejan por monopolio en negocio de paquetes de aseo

Agentes policiales que custodian las bartolinas sobre la Calle Concepción, en San Salvador, afirmaron que por orden de las jefaturas solo de una tienda permiten ingresar accesorios de aseo y alimentación.

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Los privados de libertad cuyos familiares compran el paquete de aseo (de $13 o $7.00) que no incluye yinas, van descalzos a las audiencias. Foto EDH / Jorge Beltrán Luna

Por El Diario de Hoy

2021-08-29 9:12:49

“Si yo estaba decepcionado del sistema, hoy estoy peor. Fíjese que ayer que estaba esperando a mi hermano ahí (fuera de las bartolinas conocidas como El Penalito), vi que estaban entregando los paquetes y no va a creer que en una bolsita de esas que hacen charamuscas, le echan un poquito de pasta de dientes…”, comentó Juan (nombre ficticio), con evidente disgusto sobre la compra de paquetes de aseo personal y comida que los familiares de los privados de libertad, en El Penalito, deben hacer en una tienda.

Como El Penalito se conoce a las bartolinas policiales que están sobre la calle Concepción de San Salvador, en el barrio del mismo nombre, en donde existe un local que tiene la exclusividad para vender la comida y los paquetes de ropa o limpieza.

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Una exclusividad que se da “por órdenes de las jefaturas”, según explicó un agente policial a un periodista que, de forma encubierta, indagó sobre las quejas de varios parientes de privados de libertad.

$7.00

El paquete más barato sólo lleva un rollo de papel higiénico, una pastilla de jabón de baño, cepillo y pasta dental, champú y jabón líquido. Esto último se los entregan en bolsas plásticas pequeñas y transparentes.

“No, eso es a través de los señores del comedor. No se puede así. Tiene que ser a través de ellos. Ellos traen los listados. Esos son los lineamientos que ha dado la jefatura, no porque de poder sí se puede”, respondió un agente policial cuando se le pidió de favor que pasara un paquete de implementos de aseo a un privado de libertad.

“¿Y la orden de quién es?”, se le cuestionó. “De la jefatura”, afirmó, antes de cerrar el portón de las instalaciones donde permanecen.

El negocio que posee el monopolio de vender los paquetes de aseo personal y alimentación está situado frente a las bartolinas policiales. Solo es cruzar la calle y ya está.

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Los paquetes cuestan $15.50, $13.00 y $7.00. El más caro lleva una calzoneta, una camiseta y un bóxer blancos; un par de sandalias de hule (yinas), un jabón de baño, champú, jabón líquido, pasta dental y un cepillo.

“Eso es a través de los señores del comedor. Tiene que ser a través de ellos. Ellos traen los listados. Esos son los lineamientos que ha dado la jefatura”

Agente policial de El penalito, .

El de 13 dólares no lleva yinas y el de siete no lleva ni las sandalias ni la ropa, únicamente la pasta y cepillo dental, el jabón líquido y el champú; todo dispuesto en bolsas transparentes.

“La única parte de donde sale todo es de acá”, dice una mujer que atiende el negocio, quien advirtió que sólo ellas están autorizadas para entregar los paquetes y la comida, que vale dos dólares cada tiempo.

El comentario de la mujer de aspecto joven lo hizo porque, de forma encubierta, se compró un paquete, el más completo, para un supuesto privado de libertad. Ella accedió a venderlo y entregarlo, no sin antes advertir que los policías no se los recibirían a los familiares porque solo ese negocio tiene la exclusividad de venta y entrega de los mismos.

Paquete de aseo de $15.50 y recibo (nombre ficticio) que el negocio entrega a familiares de privados de libertad de El Penalito. Foto EDH / Archivo

Es decir, los familiares de los privados de libertad pagan el paquete que eligen y la cantidad de tiempos de comida.

Como respaldo de ese pago, en el local solo se entrega un recibo siempre con un número correlativo; en el recibo no hay nombre de negocio ni otro dato que identifique a los propietarios.

Cuando se le consultó si se le podría pasar comida a un privado de libertad, el policía que estaba atendiendo en ese momento (tarde del 26 de agosto) dijo que tenía que saber en qué número de bartolina se encontraba el supuesto detenido.

“Tiene que saber en qué celda está, si no, no le puedo dar información”, indicó, sin desprender la vista de unos papeles y de la computadora.

Sin embargo, resulta contradictorio para algunos familiares que la policía no entregue ningún dato a parientes de los privados de libertad pero sí, al parecer, comparte datos de los mismos con los encargados del negocio de proveer los paquetes de limpieza y comida.

“Mire, él no ha comido porque no le han pagado ningún tiempo de comida”, dijo una de las dependientes de la tienda a una persona que llegó a preguntar cómo era el mecanismo de pago y entrega de los paquetes de aseo y de comida, mientras parecía ver los datos del privado de libertad en una computadora.

El Diario de Hoy gestionó ante la Policía Nacional Civil la información sobre la dinámica de entrega de los paquetes y la comida por un solo proveedor, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.

Detalle de los tres paquetes que familiares de detenidos en El Penalito deben cancelar. Cada tiempo de comida vale $2.00 Foto EDH / J. Beltrán

Las quejas de privados de libertad y de parientes de estos es que el precio de los paquetes de limpieza es demasiado elevado y que no hay más opciones. Por ejemplo, dijeron, cómo es posible que vendan en siete dólares un cepillo que en una tienda puede valer menos de un dólar, un rollo de papel higiénico, un jabón de baño que vale menos de un dólar y un poco de pasta, champú y jabón líquido que apenas alcanza para cuatro o cinco días.

“Nosotras entendemos que es un negocio y que algo tienen que ganar, pero no es para tanto; me parece que en esto también hay corrupción a nivel de jefaturas, porque los policías que están aquí solo cumplen las órdenes”, explicó Roxana N., cuya hermana fue capturada por amenazas a un vecino con quien tuvo problemas por un perro, según manifestó.

“Eso es para un aproximado de 15 días. Es bien poquita pasta la que le ponen, igual que el champú. Me parace bien injusto”, afirmó una mujer vendedora ambulante de un mercado capitalino cuyo hijo fue arrestado por resistencia, según dijo.

Basta con estar un momento ante la fachada de El Penalito para ver privados de libertad que son trasladados descalzos desde y hacia juzgados. Evidentemente, sus familiares no pudieron pagar el paquete de $15.50 que incluye las sandalias de hule.

Otro joven, quien no quiso revelar su identidad, pero que manifestó que no hace mucho estuvo en esas bartolinas, afirmó que cuando salen de El Penalito, no les permiten llevarse ni las yinas adquiridas.

“Cuando uno sale de allí no dejan que uno saque la camiseta, la calzoneta ni las yinas que uno paga. No dejan que uno se las lleve, allí quedan y a saber qué las hacen”, afirmó.

El kit no incluye mascarillas

Pero las quejas de familiares de privados de libertad van más allá del monopolio de venta de los paquetes de limpieza y comida, afirman.

El Diario de Hoy comprobó que ninguno de los paquetes incluye ni una mascarilla para prevenir el COVID-19. Los carteles pegados en la fachada de la tienda lo confirman.

De acuerdo con personas que han estado en El Penalito, que alberga aproximadamente unos 500 privados de libertad, según sus estimaciones, el Estado no entrega mascarillas a los reclusos ni para salir a las audiencias o a otras diligencias.

“Es más, cuando la persona va a audiencia no usa mascarillas nuevas, son recicladas. Allí las echan en una bolsa y cuando van a audiencia, cada quien toma una de allí. Es una insalubridad terrible”, afirmó una mujer que recuperó su libertad en la audiencia inicial.

De acuerdo con los denunciantes, la cantidad de personas que están en esas bartolinas vuelve el lugar un foco de contagio de covid-19 y un peligro de transmisión cuando van a las sedes judiciales a audiencias.