Familiares lloran a sus víctimas y vecinos evalúan los daños un día después de la tragedia en la calle al Volcán, Mejicanos

Durante este sábado, tres familias velaban a sus seres queridos que murieron por la explosión de un negocio ilegal de gas. Entre las víctimas también está Katherine López, una joven universitaria que iba en el autobús que fue alcanzado por la onda expansiva.

La joven universitaria, junto a otra mujer vendedora de dulces, viajaba en un microbús de la Ruta 23 que circulaba frente a la venta de gas al momento de la tragedia.

Por Jaime López

2019-07-13 3:04:03

Un día después de la tragedia tras la explosión de un negocio ilegal de gas en Mejicanos, en la colonia San Antonio, al norponiente de San Salvador, varias familiares velaban a sus víctimas, mientras que los demás lugareños afectados evaluaban los daños del incidente, que causó tres muertos y al menos 12 lesionados el viernes 12 de julio entre las 7:50 y 8:30 de la mañana.

Durante este sábado, tres familias se despedían de sus seres queridos que murieron por la explosión ocurrida en la calle al Volcán. Los velorios se desarrollaban de forma individual, cada uno en la misma funeraria El Perdón, a menos de un kilómetro de donde ocurrió la tragedia.

Las familias están conmocionadas por la pérdida de sus parientes de un momento a otro y solo claman por justicia, piden que se determine las responsabilidad civil o económica en este hecho.

San Salvador 13 Julio de 2019. Varios lugareños consideran que se deben impulsar medidas de prevención para evitar que ocurra otra tragedia. Foto EDH/Yessica Hompanera

La vendedora de dulces Carolina Peña Hernández, de 29 años, es una de las víctimas cuyos restos fueron velados en dicha funeraria. En el momento de la tragedia, Carolina viajaba en un autobús de la Ruta 23, el cual fue alcanzado por la explosión y le causó la muerte.

“Imagínese que deja una niña de cuatro años y una de tres, además del dolor que deja a los familiares y amigos que la conocía”, expresó su hermano.

“Nosotros somos vendedores de dulces, personas pobres. Teníamos siete años de vender y con eso sosteníamos a la familia pagábamos agua, luz estudios, comida”, afirmó el pariente.

Carolina recién había dejado a su hija en la escuela cuando decidió abordar dicha unidad de transporte para vender su mercancía. De acuerdo a parientes que llegaron al lugar de la tragedia, ella se levantó temprano, como todos los días, preparó a su niña para acudir al kinder, alistó su venta de dulce y junto con su hija mayor iniciaron la jornada.

También perdió la vida en la tragedia Katherine Nicole López, una joven de 22 años estudiante de cuarto año de Diseño Gráfico, quien también iba en el autobús de la Ruta 23 que fue alcanzado por la onda expansiva. Katherine cursó su educación básica en el municipio de Mejicanos y se graduó de bachillerato del Instituto Técnico Ricaldone. A la hora de la tragedia, la joven se dirigía a su lugar de trabajo en el centro de San Salvador.

Otra de las víctimas mortales que fue velada este sábado es William Alexander López Valiente, de 43 años, quien pertenecía a un grupo de ciclistas y era pariente del propietario de la distribuidora que explotó.

San Salvador 13 Julio de 2019. Varios vecinos de la Mejicanos comenzaron las labores de limpieza y reconstrucción luego de la explosión de una venta de gas. Foto EDH/Yessica Hompanera

El vendedor de cocos que se salvó de milagro

Carmelo Martínez, vecino de la zona, es del criterio que “no nos queda más que lamentar, pero en prevención se deben impulsar medidas para evitar que sigan sucediendo; jamás permitir negocios que ocasionen daños por estar en un lugar inadecuado o residencial”.

“Yo sabía que teníamos una bomba de tiempo, creo que es parte de la negligencia de la alcaldía no percatarse de esa falla, pues ellos cobran sus impuestos y deben supervisar la legalización de estos negocios con tiempo estos casos”, expresó Martínez.

Los daños en la vivienda de este lugareño han sido calculados en más de $8,400, además, también la tragedia tocó a su familia. Su esposa resultó gravemente lesionada tras la explosión y ha quedado en silla de ruedas.

Pero también hay historias de esperanza y agradecimiento, de aquellos que se salvaron de milagro ese día.

Uno de esos testimonios es el de Marcos Ramos, quien en los últimos dos años ha trabajado como vendedor de cocos en la zona. Ramos suele promover su venta a escasos cinco metros del negocio que explotó. Siempre está ahí: de lunes a domingo de 7 de la mañana a 7 de la noche. Es por eso que, luego de lo sucedido, muchos lo daban por muerto.

Pero el día de la tragedia, para suerte de Ramos, su rutina cambió. Decidió irse de paseo con su familia. Alquiló un vehículo y junto a unas diez personas se fueron a Zacatecoluca, en La Paz, al balneario Ichanmichen.

Ahora él dice que “Diosito lo protegió”, al decidir no ir a trabajar ese día.

Por su parte, la alcaldía de Mejicanos ya comenzó a entregar láminas para la reparación de los techos daños en la zona. Entre tanto, la vida comercial y el tráfico vehicular volvió a la normalidad el sábado. Pero esa aparente calma contrasta con los rostros de los habitantes que se movilizan por la zona, pues aún no salen del asombro que significó esa tragedia que trastocó sus vidas.

Marcos Ramos acostumbra poner su venta de cocos a pocos metros del negocio de gas que explotó. Para su suerte, el día de la tragedia no llevó la venta, pues decidió irse a pasear con su familia.