La zona de entierro de las víctimas del Covid-19 en el cementerio La Bermeja, en San Salvador, era visitada esta mañana por decenas de familiares en las vísperas del Día de los Difuntos.
En el lugar los parientes pedían información sobre la ubicación de su ser querido a los empleados municipales, luego entregan las flores a otros -equipado con traje de bioseguridad- y éstos las depositaban en las tumbas.
María Elizabeth Santos Guardado llegó cerca del mediodía a ese silencioso lugar, su intención era dejar un ramo de flores en la lápida de su hermano, Eduardo.
Él falleció el 5 de junio en el hospital Zacamil, tras ser ingresado por complicaciones con el azúcar en la sangre, tras cinco días en el centro asistencial murió y fue enterrado con protocolo Covid-19.
El protocolo Covid-19 ordena el inmediato entierro del paciente, sin espacio para la tradicional velación.
María trata de contener las lágrimas mientras orienta hacia la tumba al empleado municipal, por momentos no lo logra, sus ojos se aguan.
" A parte de la muerte del familiar, uno debe soportar que no se pudo despedir de él, no hubo velación ni nada de eso", dice María.
Agrega que también tiene el mal sabor de no haber visto a su hermano por última vez.
"Fue un empleado de la funeraria quien avisó. Ingresó jueves y el siguiente lunes ya había fallecido", relata María.
Ciudadanos podrán permanecer máximo una hora en los cementerios
La mala noticia fue acompañada por no poder ver a su hermano, el cadáver fue entregado embolsado a la funeraria y luego fue enterrado.
"Pues... queda la incertidumbre que no se vio por última vez, al de la funeraria se le dio una foto, pero igual, ni él lo pudo ver por qué estaba embolsado", concluye María, quien luego de dirigirá a otros cementerios a enflorar a otros parientes.
Su última despedida
Marina de Vásquez aún recuerda el "Ya me voy, te veré mañana" con el que se despidió por última vez de su esposo, Álvaro, él falleció el año anterior tras pasar incapacitado un mes por complicaciones respiratorias.
A él lo refirieron de la unidad médica del Seguro de la colonia Atlacatl, y tras permanecer hospitalizado no más de 12 horas murió.
"Él padecía de los bronquios y diabetes, tenía 40 años, ese día él fue por sus medicamentos, pero lo ingresaron, al día siguiente dijeron que había fallecido", recuerda Marina.
A Marina se le entrecorta la voz al habla de su esposo, y más cuando recuerda las últimas palabras que le dedicó. "Gordo, ya me voy, te veré mañana", le dijo en aquel momento.
El Salvador recibe el lote 42 de vacunas antiCovid, ya suman más de 13 millones de dosis
A la mujer le causa pesar que su esposo le había pedido ser velado y enterrado, y ninguna de las promesas pudo cumplir, pues él, como centenares de salvadoreños, fue sepultado con protocolo Covid-19.