"Lo más cruel es que no tenemos una tumba donde poner una flor", familiares de desaparecidos en El Boquerón esperan resultado de ADN

Las autoridades investigan si unas osamentas encontradas corresponden a los jornaleros.

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Jorge Cisneros, Matías Palacios y Neftalí Castro Melgar, los tres trabajadores desaparecidos por una estructura de la mara Salvatrucha en la zona de El Boquerón. Foto EDH / Archivo

Por Lissette Lemus

2021-11-15 9:27:05

Después de dos años y medio, los familiares de los tres trabajadores desaparecidos en El Boquerón, ven una luz de esperanza para poder recibir, aunque sea las osamentas de ellos.

Cuatro días después de la captura de 24 personas sospechosas de la desaparición y asesinato de los jornaleros, los familiares fueron citados a Medicina Legal para tomarles muestra de sangre, la cual sería utilizada para la comparación del ADN de las osamentas encontradas, que se sospecha son de los jornaleros.

Sobre el hallazgo de las osamentas, las autoridades de seguridad se han mantenido en silencio, pero una fuente cercana al caso aseguró que es por eso que se citó a los familiares a la toma de muestras de sangre.

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La madre de Neftalí Castro relata que no ha pasado ni un solo día, en el cual no haya pensado en el menor de sus nueve hijos.

“Que sea lo que Dios quiera, pero si fuera él, eso me dará un descanso entre tanta angustia por no saber de su paradero” comenta.

María ha perdido el apetito y hay mañanas que no desea levantarse, los únicos días que se alegra son los fines de semana, cuando la exesposa de Neftalí le presta las hijas gemelas que procreó con el hijo de María.

“Las niñas aún me preguntan por su papá, no sé en qué momento les explicaré lo que ha pasado” comenta la angustiada madre.

Las niñas cumplirán cinco años el 16 de enero.

Por su parte la madre de Jorge Cisneros también espera encontrar una repuesta a la desaparición de su hijo tras las pruebas de sangre que le tomaron en Medicina Legal, según comentó el tío del joven.

“Quisiéramos encontrar aunque sea los restos. Lo más duro y lo más cruel para los familiares de los desaparecidos es que no tenemos una tumba donde llorar, a donde llevar una flor”, dice Jessica, la hermana de Matías Palacios.

Matías, de 40 años cuando desapareció, llevaba 15 años laborando como motorista de un camión en la empresa dedicada a la construcción y mantenimiento de piscinas.

La hermana del motorista relata que han sido más de dos años muy dolorosos para ella y su familia, pero ahora que les han tomado las muestras de sangre a las tres familias no pierde la esperanza de poder enterrar los restos de su hermano y de esa forma encontrar la resignación.

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Según les explicaron en Medicina Legal la respuesta podría tardar hasta cinco meses.

Organizaciones civiles han insistido en la importancia de la creación de un Banco de ADN para la identificación de personas desaparecidas, lo cual acortaría los tiempos en estos procesos.

Sin embargo, la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea, dominada por diputados oficialistas, envió al archivo tres anteproyectos de Ley relacionados a la desaparición de personas, por considerar que no estaban “acorde a la realidad”, entre ellas la Ley del Banco Nacional de perfiles genéticos, que tenía como finalidad crear un Banco Nacional de Datos Genéticos.

Proceso judicial

Por la desaparición de los tres trabajadores, el Juzgado 2º de Paz, de Santa Tecla envió a prisión, mientras sigue el proceso de investigación, a 22 supuestos integrantes y colaboradores de la mara Salvatrucha, acusados por el delito de privación de libertad agravada.

Uno más será procesado en un juzgado de menores, debido a que no había cumplido los 18 años cuando supuestamente cometió los delitos.

El fiscal del caso expresó durante la audiencia inicial que tienen suficientes indicios probatorios para sostener la acusación, entre ellos, análisis de bitácoras de llamadas telefónicas y la declaración de un testigo clave.

Según la acusación fiscal, el testigo reveló cómo los integrantes de la mara Salvatrucha que operaban en la zona del volcán de San Salvador, tenían como rutina interceptar e interrogar a toda persona que no fuera de la zona.

Si esa persona no era familiar o conocido de algún habitante era privada de libertad y luego desaparecida.

El viernes 24 de mayo de 2019 al mediodía, tres trabajadores de una empresa dedicada al mantenimiento y construcción de piscinas llegaron en un camión, por segundo día consecutivo, a botar ripio y tierra en un terreno en el cantón Álvarez, en el kilómetro 16 y medio de la calle a El Boquerón. Una colaboradora de la mara dio el aviso.

Cuando Neftalí Castro Melgar, Jorge Cisneros y Matías Palacios se encontraban descargando el camión, fueron raptados por un grupo de pandilleros y colaboradores de la MS, en primer lugar “para preguntarles de dónde eran”.

De forma anónima una persona informó al sistema del 911 de la Policía que sujetos de la mara se habían llevado a unos hombres que estaban botando ripio en la calle El Boquerón.

Después del mediodía, un grupo de policías hizo un rastreo en la zona, sin lograr localizar a las víctimas, a pesar de que el testigo narró que vio pasar a las patrullas policiales.

El marero encargado de estar pendiente de los “movimientos” de la policía junto a dos mujeres, siguieron informando hasta la madrugada del siguiente día, mientras los mareros realizaban lo que ellos denominan “la pegada”.

Horas más tarde, la Policía lo único que encontró fue el camión abandonado en el kilómetro 25 de la carretera que conduce de El Boquerón hacia Quezaltepeque.