USULUTÁN. Walter Cortez Sigarán, de 13 años, asiste a séptimo grado, en el Complejo Educativo de Tecapán; donde según su padre Gerson Cortez, es un buen alumno y compañero.
El joven que residen en una colonia de un cantón de Santiago de María, cada día sale temprano de su casa a clases, a las 6:00 de la mañana, junto a tres compañeras de estudios que llegan por él para salir hacia el centro escolar.
Walter fue diagnosticado con Neurofibromatosis, un trastorno genético que afecta el sistema nervioso y causa tumores que pueden aparecer en muchas partes del cuerpo; en el caso de Walter con el tiempo, ha ido afectando su rostro, pero no le ha impedido llevar una vida como cualquier otro joven de su edad.
“El niño nació en el hospital de Santiago de María, pero a los ocho días de nacido me lo refirieron para el hospital Bloom, aunque cuando él nació el doctor me dijo que era normal, y le dejó solo unas gotas que yo le aplicaba como me indicó, pero ya cuando lo llevamos a la unidad de salud, sí ya nos dijo la doctora que teníamos que llevarlo al Bloom”, cuenta Gloria Alvarado, madre de Walter.
En el Bloom fue diagnosticado, en un inicio, con cataratas y lo mantenían ingresado por 22 días o un mes, cuenta Gloria. Y fue en ese hospital que, tras varios días de ingreso y de estudios, le diagnosticaron Neurofibromatosis, un tumor que le inició en el ojo.
TE PUEDE INTERESAR: Militares llevan jornada médica, tras reclamo de la comunidad
“Cuando el niño tenía siete meses nos dijeron que le iban a quitar el ojo, porque el tumor se lo había reventado. Lo operaron y le colocaron uno artificial. Después el tumor le fue creciendo y siempre lo manteníamos en control en el hospital Bloom, y solo me decían que lo iban a operar pero nunca lo operaron, solo me decían que no había UCI, ya tenía tres años el niño”, dice Gloria.
Agrega que la última ocasión que lo llevó al tratamiento en ese nosocomio fue cuando el menor tenía seis años de edad, pero luego perdieron los controles médicos, mientras, el tumor seguía creciendo.
“Después lo llevábamos a consultas a otros lugares y ahora que está en tratamiento en el hospital Rosales, ahí ya me lo operaron dos veces para reducirle lo que le ha crecido del tumor. El doctor nos ha dicho que va a ir paso a paso, que no lo puede quitar de un solo, pero que sí va a mejorar. La próxima operación está para abril”, explica Gloria.
Para poderle realizar las operaciones a Walter debe tener buen peso y estar en buena condición de salud, ya que el menor pierde mucha sangre con las cirugías. Por esta razón el joven necesita tomar PediaSure o Ensure, para recuperar peso y estar saludable, suplementos alimenticios que en muchas ocasiones no están al alcance de su economía.
“Nosotros somos de escasos recursos, y en el hospital (Rosales) a veces no atienden al niño porque no hay camas. Para nosotros ir a San Salvador es gastar entre $30 ó $40 diarios, a veces nos toca prestar el dinero, y llegar hasta el hospital para que nos digan que no hay camas, y que solo nos dejen otra cita, para nosotros no es fácil”, expresa Gloria.
Además, para poder llevar a Walter a una consulta, tienen que salir de su casa a las 4:00 de la madrugada, para poder llegar a San Salvador entre 7:00 y 8:00 de la mañana.
Gerson cuenta que a esa hora, y por la zona donde viven, es difícil el encontrar transporte, y que tienen que contratar un pick up que los lleve hasta Santiago de María, Usulután, quien les cobra $15.
En Santiago de María abordan un bus que los lleva hasta San Salvador, pero tienen que ser puntuales, y llegar a las 4:40 a.m. a la terminal.
“Nosotros lo hacemos porque lo queremos y queremos verlo mejor, no podemos perder las citas de cada dos meses para los controles. Tenemos que ir en marzo a que lo evalúe y en abril ya los tres para ver si lo puede operar. Todo el esfuerzo que hacemos es de todo corazón”, dice Gerson.
Esperanza en el exterior
Gerson comenta que llevaron a su hijo a una convocatoria que realizó el Hospital Militar junto a la Fundación Austin Smiles, ya que tenían la esperanza de que el niño fuera elegido para una cirugía estética, ya que les dijeron que con dicha ONG viaja un médico que es especialista en casos de tumores como el de Walter.