Toda una comunidad está consternada por el asesinato de Yuri Molina, quien estaba desaparecida y fue hallada asesinada el domingo anterior. Además de la consternación, han expresado su indignación por este hecho a través de redes sociales y han exigido a las autoridades que arresten al o los responsables de haber cometido este homicidio.
Pero no solo eso, la madre de la víctima señaló a la Policía Nacional Civil de negarse a recibir la denuncia y de salir a buscar a la menor.
“Casi no tengo palabras para decirles porque este momento que estoy pasando es difícil, solo quiero y pido que se haga justicia para que otras personas no pasen lo que ha ocurrido esta vez”, expresó Juan Pablo Molina, padre de Yuri.
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Los restos de la menor fueron velados en la que fue su casa de habitación y luego llevados al templo de las Asambleas de Dios, donde se celebró un culto pidiendo la fortaleza y resignación para los familiares, luego la sepultaron en el cementerio del cantón La Paz.
Alumnos del centro educativo de Bolívar acompañaron el entierro portando carteles con mensajes pidiendo justicia para Yuri. Mientras que el alcalde Víctor García, a través de su cuenta de Facebook, se unió al clamor de la familia y de la comunidad que demandan se investigue el crimen y se haga justicia a Yuri.
De acuerdo con personas cercanas a la familia, es lamentable que no se tuvo una respuesta inmediata de los agentes del puesto policial de Bolívar, a quienes señalan de que no les tomaban en serio el aviso de que la niña estaba desaparecida y la respuesta que recibieron de agentes fue de que era posible que se hubiera fugado con un novio.
La madre de Yuri, Cecilia Fuentes, dijo ayer que hasta el lunes pasado, cuando la niña ya había sido hallada asesinada, le llamó un cabo de la PNC para pedirle que pusiera la denuncia cuando antes se habían negado a recibirla. Incluso los acusó de negarse a ir a buscar a la niña alegando que estaban desvelados.
El Diario de Hoy trató de obtener la versión de la Policía de Bolívar, sobre los señalamientos de la familia y allegados, pero dijeron que no se hallaba la persona encargada.
Fuentes policiales dijeron que hubo errores en la toma de decisiones de los policías del puesto de la localidad porque fue hasta el día que la encontraron que tomaron por escrito la denuncia de desaparecida.
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Ante la supuesta desidia de la Policía, miembros de la comunidad y familiares de Yuri formaron varios grupos de búsqueda en la zona donde fue vista por última vez.
La mamá asegura que fue esa misma tarde del 10 de diciembre, cuando la menor se bajó del autobús en el desvío El Jicarito, que la vio por última vez y que ella continúo el viaje al hospital de Santa Rosa de Lima para visitar a una familiar.
Yuri debía caminar unos dos kilómetros para llegar a su casa, en ese lapso se sospecha que el o los presuntos asesinos aprovecharon lo desolado de la zona y la nula presencia de patrullajes de los policías y soldados para hacerle daño.
Uno de los grupos de apoyo de la búsqueda encontró tirados en unos callejones los tamales que llevaba Yuri, y la caja de la computadora, no así la mochila ni el teléfono.
Los que la raptaron son personas que conocían bien la zona porque supieron por qué veredas llevarla hasta llegar al sitio donde fue hallada muerta y con lesiones de bala. El que no conoce esos sitios se pierde, asegura un vecino de la familia.
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Cecilia recuerda que ese viernes 10 de diciembre, cuando regresaba del municipio San José de la Fuente Yuri le dijo dentro del autobús que no se bajaría en la parada del chalet, sino en El Jicarito. “Le dije que cuidara el niño (el hermanito) porque yo iba para el hospital, le hablé como a las 7:00 de la noche, tenía apagado el teléfono”, recuerda.
Los familiares señalan como presunto sospechoso a un sujeto que tiene un mes de haber salido de un penal, porque le veían con frecuencia en esa calle vecinal, aparentemente ebrio y portando un arma corto punzante.