Familia lamenta la muerte de José German, el hombre detrás del payaso “Chiflín” que se ganaba el sustento como “gestor de tráfico”

Chiflín murió atropellado luego de 20 años de dar vía en el difícil paso del desvío a Opico. Será recordado como el gestor de tráfico que recurría a disfraces de diversos personajes para ganar unas monedas. Así sacó adelante a sus hijos.

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José Alegría dirigía el tráfico de forma peculiar, vestido de Superman o del Hombre Araña. Murió atropellado el miércoles por la tarde. Foto EDH/Francisco Campos.

Por Gadiel Castillo

2019-01-10 9:54:29

Tras 20 años de dirigir de forma voluntaria el difícil tráfico en el desvío a San Juan Opico, en el kilómetro 29 de la carretera a Santa Ana, José German Alegría murió atropellado el miércoles en ese lugar.

Alegría se levantaba temprano en las mañanas y se iba a dar vía a ese lugar para facilitar el paso de los conductores y de esa manera ganarse unas monedas.

El payasito Chiflín, como muchos lo conocían, realizaba la función de un gestor de tráfico, aunque no estaba contratado.

A sus 54 años vivía de la caridad y hacía honor a su apellido, siempre tan jovial.

José German Alegría padecía diabetes, indicó su familia. Durante años dedicó su vida al circo, pues le gustaba aprender de artistas salvadoreños. Luego probó suerte como gestor de tráfico. Foto / Cortesía
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La víctima fue identificada como José Germán Alegría, de 54 años, dijeron sus amigos. Tenía más de cinco años de dar vía en el lugar.

La noticia fue lamentada en las redes sociales. Muchos automovilistas lo recordaron como un hombre muy servicial y muy colaborador con los demás.

A Chiflín lo recordarán como el gestor que para atraer la atención de las personas en la calle recurría a disfraces. Un día lucía el disfraz de Superman y al otro de Hombre Araña, así se rebuscaba y se metía de lleno en su labor.

Rosa Judith Escobar, compañera de vida de Chiflín por más de 25 años, contó que Alegría siempre tuvo vocación para el humor y se impulsó cuando comenzó a trabajar en circos. “Amaba la vida del circo, comenzó a trabajar con uno de mis hermanos y más se enamoraba de los personajes, es que era un cómico completo y siempre se le veía feliz, animado”, contó entre lágrimas, la señora cerca del féretro.

Trabajó con Serapio
La señora recordó que conforme Chiflín ganaba experiencia, pasó de circo en circo hasta llegar a trabajar con Serapio, El Dicharachero, reconocido artista circense y de la farándula nacional. “Con ese señor aprendió mucho, fíjese, me contaba de todas las aventuras que vivió con uno de los artistas más reconocidos de El Salvador”.

“Estoy segura que trabajar con él le ayudó para seguir en el mundo artístico”, agrega. Luego de muchos trabajos como cómico decidió retirarse para comenzar una nueva aventura que le hiciera apartarse del mundo de la risa y comenzó a laborar como vigilante; sin embargo solo trabajó un mes de guardia y a los pocos días anunció a su esposa que iba a comenzar como gestor de tráfico en el desvío de Opico.

La esposa e hija de Chiflín se quedan sin el aporte económico que a diario llevaba al hogar José German. En un día bueno, podía recolectar hasta $20. Foto EDH/Francisco Campos

“Me llegó contando que los policías y la gente de la alcaldía le dieron permiso para que diera vía a los conductores y que al día siguiente comenzaba. Le sirvió mucho eso de ser payaso porque alegraba a personas y le regalaban sus monedas”, dice la señora. Fue de esta forma en la que Chiflín sacó adelante a sus hijos y que hasta el día de su muerte hizo lo que más le entretenía, hacer reír.

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A veces recogía hasta 20 dólares
“Había días buenos en los que recogía hasta 20 dólares o más pero había otros en los que eran malos, pero como fuera, siempre llevaba algo para sustentar a sus hijos, servía para la educación y otros gastos “, manifiesta.

Por ahora, la señora lamentó que se queda sin ese ingreso diario para ella y su hija, de 15 años, que estudia octavo grado. Sobre el día del accidente Escobar contó que Chiflín ya había terminado su jornada laboral, a eso de las 3:00 de la tarde; había cruzado la calle para cambiar unas monedas y luego se iría a su casa.

“Ya andaba con su maleta para venir a casa cuando un hombre lo pasó arrollando, dicen que venía hablando por teléfono y lo agarró de espaldas. Era bien listo y si lo agarra de frente se tira a la cuneta y se salva, pero lamentablemente no fue así”, reflexionó. La menor de sus hijas lloraba encima del ataúd de su padre, lamentó no haber podido despedirse de su papito porque estaba dormida cuando salió de su casa.

El payasito será sepultado este viernes. Si tienes posibilidades de ayudar a esta familia, puedes contactarlos al 7043-8509.