LA UNIÓN. La madrugada del viernes, Brayan Odanis M., de 7 años, despertó al sentir su cama húmeda, pero fue algo a lo que no le dio importancia. Al amanecer, el niño notó que su pie izquierdo estaba cubierto de sangre; tras dar aviso a sus abuelos, estos notaron que se traba de una mordedura de murciélago.
La mordedura del animal causó heridas pequeñas en el talón y el dedo grueso del niño, pero tan precisas como para que hacer que perdiera sangre.
Brayan M. es una de las 27 personas que han sido víctimas de mordeduras de murciélagos en las últimas cuatro semanas, todos residentes de los caseríos Chagüite, Retirito y Honduritas, del cantón con este último nombre, del municipio de Nueva Esparta, La Unión.
La familia de Brayan M. tuvo que esperar cuatro días para que en el Hospital de Santa Rosa de Lima le inyectaran el suero y las vacunas antirrábicas, tras una ardua búsqueda en las unidades de salud de Nueva Esparta y Monteca.
El encargado del Equipo Comunitario de Salud (ECO) de cantón Honduritas, Benicio Estrada, reconoció que han tenido “problemas” con la existencia de vacunas y el suero antirrábico.
“No a todos se les ha aplicado (el suero) en el momento que consultan; nos hemos movilizado como unidad de salud y se solicitaron vacunas en diferentes unidades de salud y nos ayudaron con dos o tres de ellas, y se pudo cumplir con la segunda dosis para los primeros 15 pacientes que consultaron”, explicó Estrada.
La mañana del miércoles, la Oficina Regional de Salud informó que ya contaban con las vacunas necesarias para cumplir con el esquema de vacunación de los 27 pacientes.
“Hoy (miércoles) se mandó el pedido para la región, son cinco vacunas por cada persona; de los 27 pacientes, sólo a 18 se le ha cumplido la primera y segunda dosis, y a nueve se les cumplirá mañana (hoy). Quedarán algunas vacunas por si aparece otra persona”, indicó el profesional de la salud.
Ahuyentados por los incendios
El alcalde de Nueva Esparta, Manrique Villatoro, consideró que las quemas e incendios en los diferentes cerros que rodean al municipio son las principales causas para la migración de los “murciélagos vampiros” hacia las viviendas.
“Por tres días estuvimos apagando el fuego en el cerro de Las Marías, y se podían observar las manchas de murciélagos volando en el lugar; con el fuego se perdió mucha vegetación, entre ella el árbol conocido como “manzana pedorra”, que es parte de su alimento, y creemos que por eso han buscado refugio en las casas vecinas”, comentó el edil.
Blanca Celia Velis, de 63 años, abuela de Brayan M., manifestó que estos murciélagos no son del lugar, sino que “siempre han habido murciélagos. Por años se han visto unos pequeños, pero nunca han mordido a nadie. Estos son foráneos”, agregó.
Como medida preventiva, el esposo de Velis colocó sacos entre la solera y la pared, además de rociar las paredes de la casa con una mezcla de ajo y agua.
Otros han colocado mallas en las ventanas y cualquier hueco que pueda ser aprovechado por el animal para invadir las viviendas.