Uno de los familiares cercanos de Jeremías relata que siempre aprovechaba la visita a otros puntos del país para dar seminarios de salud, conversar sobre diversas enfermedades e incluso dar pequeñas atenciones médicas sin ningún tipo de costo. “Ahora, siempre que entone una canción será para honrar la memoria de nuestro mentor”, dice Julio Marroquín, amigo y compañero de cuarteto de Jeremías.
Un anestesiólogo dispuesto a salvar vidas
“Siempre dependíamos del tempo de él”, dice Neftalí Ramos, hermano de Jeremías. Algunas veces se organizaban viajes familiares, recuerda y relata que minutos antes de disponerse a salir todos juntos, una llamada al celular de Jeremías cambiaba los planes. “Debo de atender a un paciente”, eran las palabras del anestesiólogo, quien sin importar que se encontraba descansando se trasladada al Hospital.
Los familiares comprendían la falta de tiempo de Jeremías y entendían que se trataba de una profesión que por años había deseado ejercer. “Era un medico increíble”, describe Neftalí, al recordar que su hermano siempre estaba pendiente de él cuando se enfermaba y así con el resto de su familia.
Neftalí describe a su hermano como una persona muy empática, solidaria y dispuesto a dar hasta de lo que no tenía. “Yo creo que por eso mi hermano eligió una carrera que le permitía estar cerca de la gente y atender sus necesidades”, reflexiona. “Su legado va a continuar y todo el tiempo que dedico no será en vano”, declara Julio Marroquín, amigo y compañero de música de Jeremías.
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