Fabio Castillo: “No podrán usar nuestro estudio para tocar las cláusulas pétreas de la Constitución”

El excoordinador del FMLN es parte del equipo que estudiará posibles reformas a la Constitución. Si bien reclama los golpes que Nayib Bukele ha propinado a la democracia, considera que el equipo que integra no permitirá modificar cláusulas como la alternancia en el poder o la forma de gobierno.

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Fabio Castillo asegura que no se puede proponer una Constituyente, pero el Gobierno mencionó tal posibilidad en un comunicado reciente. Foto EDH / Archivo

Por Ricardo Avelar

2020-09-21 10:29:36

El anuncio de un equipo que estudiará posibles reformas a la Constitución ha despertado suspicacia entre los críticos de la gestión de Nayib Bukele, quienes ven sospechoso que un gobierno que ha desafiado la institucionalidad lidere un proceso de cambios a la ley máxima del país. Por ello, El Diario de Hoy abordó a Fabio Castillo, abogado, excoordinador del FMLN y quien forma parte del equipo ad-hoc para las reformas. A su juicio, no hay peligro de que esta iniciativa se manipule para consolidar el poder o debilitar los límites constitucionales, pero advierte que otra iniciativa de reforma sí podría hacerlo.

Hace unos meses, en una entrevista con este medio, usted calificó a Bukele de responsable del declive democrático. ¿Puede confiársele a su gobierno un tema tan sensible como una reforma a la Constitución?

No se le está confiando a él. Es al revés. Él ha delegado en Félix (Ulloa) hacer un estudio de reformas constitucionales y eso haremos. Para ello, hemos buscado recurrir a las mejores personas de idoneidad moral, conocimientos jurídicos y de sentido de entrega a la patria. Por eso, los nombres propuestos son de primer nivel.

¿Qué opinión le merece la preocupación de diversos sectores por esta iniciativa?

Yo estoy preocupado por los ataques a la idea de la reforma constitucional. Unos son incluso graciosos. No es el momento, dicen. Como si hubiera momentos buenos o malos para hacer cosas buenas o malas. Yo soy católico fanático y las obras de misericordia que señala la iglesia son mandatos de hacer. Yo digo un poco en broma, que el día del juicio si el señor me pregunta si promoví una buena reforma constitucional, sí señor, diré yo. Pero esta gente dirá, no señor, no era el momento ni de promover reformas constitucionales ni de denunciar la corrupción. Todo momento es bueno para hacer cosas buenas, y ninguno es bueno para hacer cosas malas. Eso me parece una excusa para no hacer cosas correctas. Yo estoy cada día cada vez más desencantado del ambiente.

Vea usted las declaraciones de hace poco de un país amigo que dijo que no nos fijemos en los métodos, veamos los resultados. Eso equivale al postulado maquiavélico de el fin justifica los medios. No se puede ocupar medios incorrectos aunque el fin sea correcto.

Me atreveré a hacer otra cita precisa, el presidente Bukele dice que si para salvar mil vidas hubiera necesitado matar a cinco, si fuera dictador los hubiera matado, refiriéndose a la Sala de lo Constitucional. Eso tampoco se puede. No se puede usar la pena de muerte, por orden ejecutiva y sumarias, aunque el fin sea correcto. Estoy preocupado de cómo se deteriora la moral.

Al inicio de la pandemia, al presidente lo acompañaron empresarios de prestigio para anunciar medidas económicas que no pasaron. Si extrapolamos, ¿no le da miedo que busquen instrumentalizar a abogados de prestigio para una reforma peligrosa?

No sé a qué empresarios se refiere al hablar del prestigio. Ahora, sobre la instrumentalización que ustedes previenen que se puede hacer a este equipo ad-hoc, pero si esto es algo que nosotros venimos proponiendo desde hace años. Hemos estado en esto desde hace 50 años, cuando ni había nacido la Constitución actual. ¿Cómo va a ser eso instrumentalización?

Podrías leer: Bukele contra la Sala: “Si fuera un dictador, los hubiera fusilado a todos. Salvas mil vidas a cambio de cinco”

Creo que si el presidente no lo hubiera apoyado, Félix como ciudadano habría trabajado en esto. Y la comisión no tiene facultad para promover ella la reforma. Esta presentará el resultado de un estudio y veremos en 2021, después de mayo, si hay 10 diputados que la apoyen. Nosotros no podemos garantizar que habrá 10 diputados que la apoyen, pero tampoco podemos garantizar que no haya otros diez diputados que la busquen modificar con otros fines.

Por cierto, vi un tuit de Mauricio Funes que dice que Casa Presidencial ha recibido $2 millones y dice que estoy chochando (actuando torpemente). Eso desde hace mucho tiempo. Desde que lo apoyé para ser presidente de la República, eso no termino de lamentarlo. Había perdido mis facultades, afortunadamente me he recuperado y quizá estoy chochando pero menos que cuando se me ocurrió el disparate de apoyarlo. Me da lástima, siento pesar y pena por él, que pudo haber sido el gran presidente centroamericano y está en el exilio, sin poder volver y rogando que Daniel Ortega no se muera ni pierda el poder. Hoy un alto porcentaje lo considera un vulgar ladrón.

Hay quienes trazan símiles entre el expresidente Funes y el presidente Bukele, por el entusiasmo de su proceso pero también en su giro a prácticas del pasado. Insisto: ¿no le produce un poco de miedo que se pueda instrumentalizar esto para el mal?

Esto no. Otras cosas sí, claro que me da miedo. Hay cosas que en este momento me dan miedo pero uno no debe actuar en función de miedo. Bukele, como cualquier presidente, puede hacer cosas malas y hay ejemplos de eso. Igual me da miedo que El Diario de Hoy publique una noticia falsa, pero no por eso dejaré de conversar con usted.

El equipo de Prensa de la Presidencia dejó abierta la posibilidad de una Asamblea Constituyente, algo que la ley no prevé. ¿Será esto una ligereza o malicia?

No me gusta hacer juicios de valor. No puedo decir que fue por malicia. Y entre la malicia y la ignorancia, prefiero moralmente la ignorancia. Y es claro que en el equipo del presidente ha habido mucha ignorancia. Asumo que del equipo de prensa, por ignorancia se ha dicho eso. No hay quien tenga facultades para convocar a una constituyente, eso es un absurdo pensar que el presidente convocará a una constituyente o que la Asamblea lo hará. Seguramente eso sería declarado inconstitucional inmediatamente.

Hay quienes califican a esto incluso de un golpe.

La gente puede opinar cualquier cosa y yo respeto sus opiniones. A mí me parecería un atropello al orden jurídico.

¿Es muy alejado a un golpe al orden constitucional, promover algo que la constitución no prevé y que la reemplazaría?

Yo le pregunto a usted. Si el presidente quisiera hacer eso, ¿para qué necesita una comisión que le diga que eso no se puede hacer?

Entre las voces de algunas instituciones de sociedad civil, se ha dicho que la Constitución debe cumplirse antes de reformarse. ¿Qué opina de estas opiniones?

Es un argumento al revés. Si ellos parten de que el presidente viola la Constitución y no pasa nada, deberían estar promoviendo una reforma constitucional para que eso no se repita. Dicen que vamos a trabajar en secreto, pero yo he propuesto que las sesiones sean abiertas a la prensa y el público, aunque habrá algún tipo de reglamento para las participaciones para evitar que alguien busque boicotear el proceso llevando a cientos de personas, cuando no hay local para albergarlas. Yo pienso decir que toda persona u organismo que quiera participar, debe presentar un documento breve con sus propuestas y se les dará la oportunidad de defenderla o, si quieren intervenir contra una propuesta, lo podrán hacer.

El gobierno utiliza el argumento de la popularidad, incluso para saltarse algunas normas. Disculpe la insistencia. ¿No le preocupa la retórica de popularidad versus legalidad?

Yo no he oído el argumento de que la popularidad le faculta a él para romper la legalidad. Eso sería la locura, eso no puede ser. Es un absurdo en sí. La popularidad no le quita la obligación de respetar la constitucionalidad y la legalidad.

¿No teme que esto se vaya a emplear como excusa para reformar cosas que la ley no prevé?

No. Esto no puede ser ocupado para eso. Pero diez diputados de GANA, Nuevas Ideas u otro partido podrían proponer reformas constitucionales. Cualquiera que no se trate de las normas pétreas. Por ahí hay un abogaducho que se pasa de vivo y dice que la norma que declara pétreas esas cláusulas no es pétrea en sí misma, por lo que sugiere reformarla. Esos son absurdos que buscan evadir el espíritu, la letra, la historia de la constitucionalidad en el país. Hay gente capaz de eso, claro. Lo que le garantizo es que no se podrán basar en nuestro estudio para tocar las cláusulas pétreas. Salió alguien diciendo que no se debería estudiar la Constitución, eso es una locura. Hay que estudiarla permanentemente.

¿Ve que es diferente cuando un estudio surge de un esfuerzo ciudadano versus de una designación del presidente?

No. Yo me angustio de esa psicosis que tiene la gente.

Después de un 9F y otros episodios, ¿qué tanto es psicosis?

Porque Nayib Bukele dice que hay que estudiar la Constitución, dicen que no se debe estudiar. A mí Nayib no me puede decir ni que estudie ni que no estudie la Constitución. Y de igual manera, ningún muchachito ni ningún periodista me lo puede decir.

No se le puede decir, pero se le puede preguntar si no le produce miedo, considerando sus actitudes poco democráticas…

Miedo me producen otras cosas, pero eso no. Lo que haremos no puede ser aprovechado para otros fines. Si no hiciéramos nada, diez diputados podrían proponer otra reforma constitucional. Algunos se oponen a que se toque la Constitución y ellos mismos han propuesto reformas.

El domingo en la entrevista Focos de Canal 33, Félix Ulloa volvió a habla de un tribunal constitucional separado de la Corte Suprema de justicia. ¿Qué opina de esto?

Yo no tengo una opinión firme al respecto. A mí el funcionamiento de la Sala me ha gustado más unas veces que otras, no he estado de acuerdo con algunas sentencias, pero la idea del tribunal constitucional como diferente de la corte no lo he valorado y no podría expresar una opinión en firme. Hay muchos lugares donde es así. Puede ser una buena idea, pero no le puedo dar una opinión en firme, pero habrá que estudiarse detenidamente.

Pero si lo contrastamos a la aparente alergia a la justicia constitucional, ¿no suena sospechoso?

Usted insiste en el mismo tema. A mí no me gusta discutir. Tiene razón, tiene razón…

Bueno, salgamos de la preocupación. ¿Cómo mira esa actitud de constante incumplimiento a sentencias de obligatorio cumplimiento?

Muy mal. Las sentencias no solo de la Sala, las sentencias definitivas de cualquier tribunal no se discuten, se cumplen. Hay muchas que no se cumplen, pero para mí deben cumplirse.

A su juicio, ¿las cláusulas sobre alternancia y sistema de gobierno de la Constitución están a salvo en este periodo presidencial?

Sí, a menos que ahora diez diputados propusieran una reforma constitucional en este momento, porque entonces la Asamblea 2021-2024 podría ratificarlo. Pero no creo que eso pase. Y el principal filtro es la ciudadanía. Las obligación que tenemos de cumplir es que se cumpla la Constitución y velar por que se cumpla la Constitución. Nosotros debemos organizarnos para defender que la Constitución vigente se cumpla. Se argumenta que el gobierno no la cumple, pero ¿qué hacen estas organizaciones de sociedad civil? Nada. Queremos que haya mecanismos para que, si no se cumple, algo los obligue a cumplir o retirarlos del cargo.

Algunas presentan recursos…

Sí. Pero hay algunas organizaciones que ponen los recursos por estorbar al gobierno. Eso ha pasado en los recientes tiempos con otras resoluciones, hemos abusado incluso de la justicia constitucional.

La gente interpone amparos con tal de retrasar el cumplimiento de la sentencia. ANEP fue famosa por eso, incluso cuando el ahora asesor de Casa Presidencial, Javier Argueta, era el asesor jurídico de ANEP para estorbar a Salvador Sánchez Cerén.

¿Qué tendría que pasar para que Fabio Castillo abandone esta iniciativa?

Por preocupación no me voy a salir, tenga usted la plena seguridad. Saldría, uno, si la chochera me lleva a decir incongruencias; o dos, porque Félix me destituyera. No veo otra causa. Nada de lo que haga el presidente, sus ministros, la Asamblea o la Corte Suprema puede provocar que yo deje de trabajar en esto.