El juzgado Décimo Cuarto de San Salvador inició los trámites de extradicion de uno de los principales cabecillas de la mara Salvatrucha (MS), Elmer Canales Rivera, apodado Cruck, por estar reclamado por la justicia estadounidense por delitos relacionados con el narcoterrorismo.
Canales Rivera, quien cumple una condena de 16 años de prisión por secuestro de un matrimonio en el centro penal de máxima seguridad de Zacatecoluca conocido como Zacatraz, es uno de los tres principales cabecillas de la referida pandilla permanece en el país condenado por varios delitos.
En enero pasado, el gobierno de Estados Unidos acusó a Canales Rivera y a otros 13 cabecillas de la pandilla MS por conspiración para prestar y ocultar apoyo material a terroristas, conspiración para cometer actos de terrorismo que trascienden las fronteras nacionales, conspiración para financiar el terrorismo y conspiración de narcoterrorismo.
La acusación fue presentada por la Fiscalía estadounidense en una corte federal de Central Islip, Nueva York, Estados Unidos.
“La acusación anunciada hoy es la más amplia y de mayor alcance que se ha hecho en la historia de los EE.UU. contra la MS-13 y su estructura de mando y control", dijo el fiscal general en funciones, Jeffrey A. Rosen, en enero pasado.
Canales Rivera es reconocido por las autoridades estadounidenses como miembro de un grupo local de la MS creada en la década de los noventa en Los Ángeles, California, llamada “Hollywood Locos”.
En abril de 2015, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó a Canales en la lista de criminales transnacionales y le congeló todos sus bienes e inmuebles que podría tener en el país norteamericano.
El cabecilla pandilleril fue sacado ocho días de enero de 2018 para una diligencia solicitada por el Centro Transnacional Antipandillas. Las autoridades de Centros Penales confirmaron que el Cruck fue sacado con custodia policial el 12 de enero de ese año y lo llevaron el 19 de enero de ese mismo año a Zacatraz.
El entonces fiscal general, Douglas Meléndez se limitó a decir que un juez había autorizado su salida para ser interrogado como parte de un proceso de investigación, del cual no se supo más detalles.