Experto dice que la libre expresión es clave para luchar contra la corrupción

Los medios de comunicación y defensores de derechos humanos no están para acomodarse, ni ser aduladores del gobierno de turno para sobrevivir, reflexiona el experto ecuatoriano.

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Por Luis Andrés Marroquín

2019-12-11 10:16:46

El abogado ecuatoriano Mauricio Alarcón fue ayer el principal ponente de la segunda jornada de la Semana de la Transparencia y se refirió al tema sobre la “Amenaza a la libertad de expresión y a la democracia”, una materia por demás difícil de tratar y entender, a su juicio.

Para él, la libertad de expresión es clave para la lucha “contra la corrupción”.

Alarcón tomó parte también de un conservatorio sobre “Libertad de prensa y libertad de expresión en la era de la desinformación”, junto a los periodistas Claudia Ramírez, de La Prensa Gráfica, y Sergio Arauz, de El Faro. Como moderador fungió el director de la escuela de comunicaciones de la UNASA, David Núnez.

En su análisis, dijo que no solo se trata de tener una Ley de Acceso a la Información Pública, se trata de que, además, “funcione”.

En ese sentido, dijo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomienda a los Estados por lo menos seis apartados para la lucha contra la corrupción y la libre expresión, y el primero es fortalecer sus capacidades para garantizar el acceso a la información.

Así, destacó entre esas recomendaciones la rendición de cuentas en materia de gastos públicos y financiamiento de partidos políticos. Continuar creando leyes que permitan el acceso a la información pública o crearlas, porque en países como Nicaragua y Venezuela no existe.

“Que no sea un secreto de Estado el gasto público”, dijo Alarcón.

También afirmó que los gobiernos deben garantizar la transparencia en tema de salarios y contrataciones en el aparato estatal, además que se debe promover la denuncia de actos de corrupción y el desarrollo del periodismo investigativo.

FRASE

El aplauso, la risa, el retuit le dieron la posibilidad a Rafael Correa de apoyo para demandar a un diario por $80 millones, pedir tres años de cárcel contra sus directivos.

Mauricio Alarcón, abogado ecuatoriano

“Es fundamental crear un ambiente libre de amenazas para el ejercicio de la libertad de expresión de quienes investigan, informan y denuncian actos de corrupción. Y esencial mantener su seguridad”, dijo.

“No dejemos que las autoridades, por muy populares que sean, nos digan qué ver, qué escuchar y qué leer.
Enfrentemos el poder. Los medios de comunicación y defensores de derechos humanos no están para acodarse, ni ser aduladores del gobierno de turno para sobrevivir”, agregó el ecuatoriano.

Urgió que, en temas de libertad de expresión, al igual que en temas de corrupción, no se debe permitir que se normalicen estos hechos, porque “son censura”.

La corrupción mata

En su intervención, el director ejecutivo de Fusades, José Ángel Quirós, fue tajante al afirmar que “la corrupción mata” y que frenar las garantías a la libre expresión es, efecto, un acto corrupto.

Quirós dijo que el consorcio del cual son parte han entendido este mensaje y que por eso no frenan su lucha por la transparencia.

Lo asintió Demian Regehr, representante para la región de la Fundación Hanns Seidel, que se ha subido al apoyo en la lucha contra la corrupción y especialmente a apoyar la libertad de expresión. Este ejecutivo trajo a cuenta El Salvador había caído en todos los niveles de estos rubros y teme que siga la tendencia a la baja.

“Este fenómeno frena el desarrollo”, reflexionó Regehr.

Mientras, los periodistas invitados hablaron de las amenazas y signos que existen en el país cuando se intenta ejercer el periodismo.

“Me enfocaría en dos cosas”, dice Claudia Ramírez. “Uno es el tema del acoso en redes sociales, el acoso que se vive es muy grande, ahora nos lo repensamos para tuitiar algo. Es penoso. Y cuando es mujer, es peor”, agrega.
“Y lo segundo, en el acceso a la información pública hemos retrocedido mucho”, continúa la comunicadora de La Prensa Gráfica.

Su colega Sergio Arauz cree que la primera amenaza que se da, y que no es nada nuevo, “es el acceso a las fuentes oficiales. (Solo) dar entrevistas a periodistas que no consideran incómodos”.

Alarcón tomó de ejemplo al expresidente de Ecuador, Rafael Correa, quien gobernó por una década entre 2007 y 2017 y del que contó una serie de anécdotas que, aclaró, cualquier parecido con otra administración de un gobierno “autoritario, totalitario, poco democrático” será la gente la que debe juzgar si hay o no similitudes.

De Correa dijo que no usó corbata cuando asumió la presidencia para enviar un mensaje “claro que él era del pueblo”. Dijo que gobernaba desde Twitter (“la gente le aplaudía cuando le contestaba un tuit”. Una señora le pregunta qué pasa con los tramites del ministerio de Educación y el presidente le contesta “ordenando” a una asesora que la atendiera de inmediato.

El expresidente ecuatoriano expulsó del Palacio de Gobierno a periodistas por preguntas “incomodas”, insultaba a comunicadores, cerró medios de prensa, recibió 15 doctorados honoris causa y una firma encuestadora le daba el 90 % de aprobación (el resto 10 % no estaba con él porque le era antipático). También recibió premios, como el de una universidad argentina que lo condecoró por su apoyo a la Libertad de Expresión.

“Gracias al periodismo valiente”, dijo Mauricio Alarcón, se descubrió que Correa actuó con nepotismo al otorgarle contratos públicos a un hermano por 700 millones de dólares y se le descubrió una máquina de trolls para que crearan tendencias a su favor, financiado con fondos de las partidas secretas.