En medio de la investigación de la Fiscalía que indica que en el Gobierno del expresidente de la República Mauricio Funes fueron saqueados del Estado $351 millones, con ayuda de funcionarios, entre ellos del exministro de Hacienda, Carlos Cáceres, él asumió como embajador de El Salvador en México.
El miércoles, Cáceres llegó a ese país y fue recibido por el Subsecretario para América Latina y el Caribe, Luis de Alba, publicó en su cuenta de Twitter.
Dos días antes, el Fiscal General, Douglas Meléndez, advirtió que el extitular de Hacienda es investigado por haberse negado cinco veces a dar información solicitada en este caso y se obtuvo mediante actividades de inteligencia dentro del Ministerio de Hacienda.
El drástico cambio del expresidente Mauricio Funes: de vivir en casa rentada a mansiones y ranchos
Antes de llegar a la Presidencia, Funes vivía con deudas, pero la Fiscalía dice que se apropió de dinero público, con el cual adquirió al menos 14 inmuebles.
Cáceres era un hombre de confianza de Funes y fue de los fundadores del movimiento “Amigos de Mauricio”, que catapultó a la Presidencia al hoy imputado prófugo.
En 2014, cuando Salvador Sánchez Cerén asumió la Presidencia, mantuvo a Cáceres al frente de Hacienda, pero tras la derrota del FMLN en las elecciones del pasado 4 de marzo hizo cambios en el gabinete y lo envió a engrosar el Servicio Exterior.
“Voy de embajador a México, lástima que solo por un año, pero será un bonito descanso”, dijo Cáceres tras conocer los cambios.
La Fiscalía reveló que Funes modificó a su antojo los presupuestos anuales para desviar dinero público hacia cuentas particulares.
La investigación apunta a que en los cinco años, Funes modificó a su antojo los presupuestos anuales con el objetivo de desviar dinero público
Las investigaciones han arrojado que el exministro de Hacienda y el exviceministro, Roberto Solórzano, autorizaron reforzar el presupuesto de la Presidencia por $54 millones 170 mil sin base legal, en los dos primeros años de la gestión del Funes. Cáceres hizo los refuerzos presupuestarios a través de 46 acuerdos ejecutivos y Solórzano, por otros cuatro, que no explicaban el fin del dinero que luego fue a parar a los “Gastos Reservados” de la Presidencia.
Los fondos provenían de la Unidad Presupuestaria 10 de Hacienda, denominada “Provisión para atender gastos imprevistos”. La Fiscalía dice que el objetivo de dar fondos a esa unidad fue para cubrir gastos corrientes y no previstos en las instituciones no financieras del Estado, según lo estableció la Ley de Presupuesto de los años 2009 y 2010.
En algunas ocasiones, la Asamblea Legislativa aprobaba préstamos, pero a los días Francisco Cáceres, el exsecretario privado de la Presidencia, solicitaba dinero a Hacienda y este era transferido a la partida secreta de Casa Presidencial.
La investigación da cuenta que, entre 2009 y 2010, Francisco Cáceres habría enviado 80 notas a Hacienda con diferentes justificaciones para solicitar el dinero.
Las peticiones eran dirigidas a Cáceres para que las analizara la Dirección General de Presupuesto y así verificar la existencia de la necesidad a cubrir, la cantidad solicitada y la disposición de dinero a emitir.
Usó mecanismos como las transferencias de ministerios, modificaciones a la programación presupuestaria y decretos legislativos para hacer llegar millones a Capres, según la Fiscalía