Estudio revela cómo el virus COVID-19 ataca el organismo de nuevas formas

Científicos en EE. UU. ocuparon una supercomputadora Summit, la segunda más rápida del mundo, para analizar el virus con millones de combinaciones genéticas.

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La Organización Mundial de la Salud recomienda continuar cumpliendo los protocolos sanitarios. / Foto Por Pixabay

Por Susana Joma

2020-09-13 8:40:15

Una investigación realizada por científicos del Oak Ridge National Lab en Tennessee, Estados Unidos, logró identificar, a través del uso de una supercomputadora, una nueva teoría sobre cómo el SARS-CoV-2 impacta al hacer que se eleven los niveles de una sustancia química presente en el organismo y la cual es conocida como bradicinina.

El equipo liderado por el doctor Daniel Jacobson, quien es investigador y científico jefe de biología de sistemas computacionales del referido laboratorio, hizo que la computadora Summit, considerada la segunda más rápida del mundo, analizara 2,500 millones de combinaciones genéticas.

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Los hallazgos del grupo de Jacobson, publicados en la revista eLife y resaltados en una publicación de sitio Infobae, señalan que una vez que el virus ha ingresado al cuerpo, a través de unos receptores ACE2 presentes de forma abundante en la nariz, sigue avanzando hasta alcanzar las células de otros órganos como los riñones, intestinos y corazón, los cuales tienen esos receptores en menos cantidad.

Según los datos analizados por la computadora Summit, el nuevo coronavirus no solo infecta las células que ya tienen muchos receptores ACE2, sino que provoca que los niveles de estos se eleven en órganos en donde suelen tener menos presencia, como los pulmones.

La teoría surgida en esta investigación apunta que de igual manera el virus altera el sistema renina-angiotensina (RAS, por sus siglas en inglés), el cual controla muchos aspectos del sistema circulatorio, incluidos los niveles de bradicinina, sustancia que normalmente ayuda a regular la presión arterial.

De acuerdo con la hipótesis de los investigadores, al alterarse los niveles de la bradicinina el cuerpo pierde la capacidad de descomponerla, así es como esta se acumula en grandes cantidades y genera daños mortales.

En el artículo publicado por los científicos advierten que “la patología de COVID-19 es probablemente el resultado de tormentas de bradicinina en lugar de tormentas de citoquinas”. Estas últimas se identificaron de forma previa en los pacientes afectados por el virus.

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La acumulación de bradicinina sería la causante de que los vasos sanguíneos se hagan muy permeables, se generen fugas, algo que provoca la acumulación de líquidos en los pulmones, además que esto haga que se inflamen.

Los hallazgos de Jacobson y su equipo también indican que el SARS-CoV-2 aumenta la producción de ácido hialurónico en los pulmones, esto lleva a que se forme un hidrogel que en algunos pacientes provoca que dichos órganos se llenen.

La investigación arrojó luces sobre otros aspectos del COVID-19, y también planteó varias alternativas de tratamiento con fármacos.

Consultado sobre esta investigación, el médico salvadoreño Carlos Alexander Ortega Pérez destacó la relevancia que este tipo de investigaciones cobra en el contexto de entender y encontrar nuevas formas de combatir la acción del virus. “Es importante informarse a partir de este y otros trabajos con nivel científico acreditado”, subrayó.

Ortega Pérez, quien es profesor titular de la cátedra de Enfermedades Transmisibles de la Facultad de Medicina de la Universidad de El Salvador (UES), señala que a nivel mundial muchos grupos de investigación están desarrollando estudios sobre el papel de la respuesta inflamatoria que tiene el organismo ante el nuevo coronavirus, en particular los fenómenos conocidos como tormenta de citoquinas y de bradicininas.

El médico salvadoreño, también investigador encargado de la sección de virología del mencionado centro universitario, resalta el hecho de cómo la investigación de Jacobson hizo posible clasificar en forma rápida una lista de fármacos candidatos para tratar pacientes, esto gracias a simulaciones que antes tomaban mucho tiempo, incluso meses realizar.

Sobre el mismo estudio, el virólogo además hace notar como “los autores concluyen que según este modelo (teórico), los factores que afectan la regulación de la bradicinina deben investigarse más a fondo, en el marco del diagnóstico y el tratamiento para COVID-19”.

Al especialista le llamó la atención cómo estos resultados abren la pauta a la posibilidad de que, en futuros ensayos clínicos, se exploren otros productos farmacéuticos aprobados por la FDA, esto con la finalidad de aumentar la Enzima Convertidora de Angiotensina, disminuir la bradicinina o bloquear los receptores de bradicinina BK2.

“Mientras tanto (ellos) sugieren que la prevención y el tratamiento debería continuar centrándose en la hiperpermeabilidad vascular y la supresión del ácido hialuronico ya que pueden resultar beneficiosos para combatir la patogenia de COVID-19”, comenta.

El doctor Jaime Ungo, especialista salvadoreño que ejerce en Minessota, Estados Unidos, señala que la investigación es muy interesante y no está lejos de lo que ven durante la atención a los pacientes.

Sabemos que el problema básicamente es que el virus hace que el endotelio, que es el recubrimiento interno de los vasos sanguíneos haga disfunción, se vuelva permeable y poroso, por ende se llene de líquido en los tejidos y de trombos los (vasos) capilares)”, expresa.

Ungo detalla que si bien los pacientes desarrollan una actividad inmunológica llamada tormenta de citoquinas, también saben que la bradicinina es muy importante en la fisiopatología de la enfermedad.