El Diario de Hoy realizó un recorrido para constatar lo difícil que se ha vuelto para la población salvadoreña comprar el estreno para celebrar Navidad y recibir Año Nuevo. Una de las principales causas que los comerciantes expresan como razón es la mala economía que atraviesa la población, y la segunda son los estragos de la covid-19.
“Por la economía está muy fregado esto y por la pandemia la gente no le ha de alegrar celebrar. Ha bajado bastante la ventas, está calmado, nada que ver como otros años”, comenta Andrea Hernández, empleada del bazar Conchita, ubicado sobre la calle Arce y 1a. Calle Poniente en el centro histórico de San Salvador, que ofrece diferentes prendas para mujeres.
“Ha estado calmado, no ha estado bien. La economía está mala, hay gente que no tiene ni para la comida, y ¿cómo van a comprar para el estreno? También por la pandemia a la gente les quitaron el trabajo”, afirma Concepción Quintanilla, propietaria del Bazar Conchita.
A pesar que en algunos pasillos y calles, donde radica el comercio en el centro, se observa por momentos con mucha afluencia de personas, estas solo van de paso.
“Para el 31 se mira que estará más solo porque no se ha vendido como se sabe vender todos los años. La situación que está pasando el país, la pandemia y la economía han afectado”, dice Harth Rodríguez, encargada de un comercio sobre el pasaje Montalvo.
Las prendas que se pueden encontrar en los comercios del centro oscilan entre 10 hasta 25 dólares. Pantalones, camisas, zapatos de todos los estilos, tallas, colores y para gustos exigentes. También se puede encontrar cadenas, relojes o aritos, entre otras cosas.
Rodríguez dice que todo depende del estilo que se elija así varía el precio, “si elige un tradicional, un pantalón de lona y una camisa formal, la mudada le sale en 30 dólares; ya si escoge entre los más caros le salen entre los 40 y 45 dólares”, afirmó.
Julia Cruz y Claudina Miranda aprovechan su visita al centro para comprar un vestido a Yanina Martínez, quien está próxima a hacer su confirma en la iglesia. Cruz dice que algunos comerciantes son conscientes con los precios, pues no todos tienen la posibilidad de comprar ropa en este tiempo. Ya es un lujo.