Escuelas unidocente son un reto educativo

En el Centro Escolar Caserío Pueblo Viejo, de La Unión, una profesora tiene que cubrir siete grados y fungir como directora.

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Foto Por Insy Mendoza

Por Insy Mendoza / Susana Joma

2018-03-15 9:57:17

Este año, Esmeralda Villatoro trabajar como maestra en una escuela del área rural, del oriente del país, lo que se ha convertido en un reto y una odisea profesional.

La profesora se desempeña en el Centro Escolar Caserío Pueblo Viejo, del cantón Agua Escondida, de La Unión, en donde atiende a 40 estudiantes que cursan desde parvularia hasta sexto grado de educación básica, y de paso funge además como directora del centro educativo.

En medio de esta situación diariamente tiene que preparar guiones acordes a la necesidad de cada uno de los siete grados, brindar la clase con sus estudiantes, tanto por la mañana como por la tarde, lidiar con el papeleo que requiere la administración de la escuela y además asistir a reuniones regularmente.

Escuelas unidocentes

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Escuelas públicas que tienen un docente, de estas 23 se encuentran en el área urbana.

Con un asomo de tristeza y preocupación en su semblante, la docente contó recientemente que hasta fines de 2017 esa institución educativa pública tenía los servicios de un director con el que se distribuían la atención de las secciones.

Sin embargo, la situación en la escuela se complicó, según manifestó, debido a que el docente se jubiló a finales del año pasado y hasta la fecha no ha sido sustituido.

“(Ahora) en la misma sección le doy clases a los de parvularia, primero y segundo grado, esto afecta en el aprendizaje de los párvulos”, lamentó la educadora.

El desgaste de la maestra es evidente y en la medida que siente que sus energías decaen no duda en lanzar un grito desesperado a las autoridades del Ministerio de Educación (Mined), con el fin de que nombren otro docente en la escuela para que le ayude a atender secciones.

Explicó que algunos días de la semana tiene que suspender las clases con sus alumnos para asistir a las reuniones que la convocan.

Más allá del déficit de personal el Centro Escolar Caserío Pueblo Viejo enfrenta otros problemas relacionados con la infraestructura, para ejemplo el techo de los servicios sanitarios está dañado y requiere que lo sustituyan.

Padres de familia que fueron consultados también lamentaron que solo una persona sea la asignada para hacer todas las funciones en la escuela.

Villatoro podría no ser la única profesora que enfrenta este drama, considerando que para 2016 de los 5 mil 135 centros educativos públicos que había en el país, 474 tenían un solo docente, tal como lo indica uno de los boletines estadísticos que el Mined ha hecho público en su sitio de Internet.

El 95 % de los centros de enseñanza que solo son atendidos por un docente se encuentran en la zona rural y 5% en la urbana.

De acuerdo con el mismo reporte, para ese año había 799 escuelas con dos profesores, y 615 con tres.

Con respecto a las instituciones educativas que estaban a cargo de dos docentes el 93 % correspondían al área urbana y el 7 % a la rural.

Mientras que las que contaban con tres profesores, el 92% son rurales y el 8 % urbanas.

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Si bien en el foro educativo “Los Desafíos de la Escuela Multigrado en El Salvador”, que el Mined y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) impulsaron, en octubre de 2017, se destacó que esta modalidad permite que niños del área rural tengan acceso a la educación, en un entorno de aprendizaje colaborativo, cooperativo, y de mayor convivencia, algunos especialistas y dirigentes de sindicatos docentes cuestionan el modelo.

En esa oportunidad el viceministro de Educación, Francisco Castaneda, manifestó que desde esa cartera de Estado trabajan para dar un salto de calidad y en ese contexto enfocar programas y proyectos para equiparar la enseñanza en el campo y la ciudad.

A finales de febrero pasado, Castaneda explicó que están tomando algunas medidas concretas que posibiliten la llegada de más personal y más recursos financieros a estas escuelas unidocentes y bidocentes.

El funcionario expuso que hasta la fecha, y atendiendo una antigua normativa, solo se asignaba profesores a las escuelas si las secciones tenían 22 estudiantes, de lo contrario no se abrían nuevas o se cerraban, y de esa forma se les negaba a los niños el derecho a la educación. Sin embargo, ya conversó con los directores de las oficinas departamentales del ministerio para que sean flexibles al respecto.

Según Castaneda la idea es que en adelante para asignar un docente se tomen en cuenta otros aspectos, como qué tan cerca están de los niños los centros educativos.

Señaló que están viendo la forma de que las escuelas unidocente cuenten con otra persona que atienda a los niños mientras el educador va a capacitaciones, y así evitar que la escuela cierre esos días.

“Lo otro es que estamos ahorrando lo más que sea posible … para reforzar el presupuesto de las escuelas unidocentes, bidocentes y espero que nos alcance para las tridocentes”, subrayó el viceministro, al tiempo de señalar que continuarán capacitando a los profesores de estos centros multigrados en administración escolar y gobernanza.

El especialista en educación, Óscar Picardo Joao, explicó que la existencia de escuelas con secciones multigrado en algunas localidades del país podría deberse a que hay baja población escolar.

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Sin embargo, Francisco Zelada, secretario de estadísticas de la gremial Simeduco, advierte que realmente no hay criterios definidos, considerando que a lo largo de los años ha conocido casos de escuelas que tienen infraestructura grande, matrícula escolar significativa y solo les han dado un docente.

Picardo Joao señala que los profesores que hoy en día trabajan con aulas multigrados realizan un esfuerzo titánico, que se traduce en un reto para ellos y en una debilidad para los niños que en esta forma reciben una educación fragmentada curricularmente hablando.

“Eso significa que el tiempo, dependiendo de la cantidad de grados por atender, se va a dividir en tres, cuatro, cinco fragmentos y eso afecta el rendimiento futuro, definitivamente. Es lo más dramático que hay de estas escuelas unidocentes”, señaló.

El pedagogo subrayó que en estas circunstancias, en la medida que los niños van creciendo, se genera en ellos un rezago de conocimientos acumulado: “Es como si a un niño le racionaran las proteínas, las vitaminas y minerales y su crecimiento no va a ser normal, va a ser débil”.

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Según indicó, es “crítico” el retraso académico en que caen los niños formados en escuelas unidocentes, y el que logren salir adelante en el sistema educativo solo dependerá de la suerte, de la disciplina que ellos tengan, y de si reciben ayuda de su familia.

Tanto desde Simeduco como de la gremial Bases Magisteriales señalan que el Mined debería tomar acción para evitar que se den estos casos.

Paz Zetino Gutiérrez, secretario general de Bases, expresó que ellos ya han expuesto al ministro Carlos Canjura que tener escuelas donde un solo maestro atiende varias secciones “es un fraude”, porque los niños y jóvenes no están recibiendo una buena formación y de esa forma se les está haciendo daño.

Zetino Gutiérrez pone como ejemplo que si un maestro atiende el 3o, 4o, 5o, y 6o grado, de forma simultánea, se verá en la necesidad de diseñar por cada materia un plan de clase que favorezca a los que van más avanzados y están a las puertas de cambiar de nivel educativo, lo cual suele acarrear a los escolares de los grados inferiores dificultades de aprendizaje de los contenidos.

“Usted sabe que los distintos niveles de aprendizaje dependen de la edad cronológica de la persona, entonces los de tercer grado se sienten totalmente abatidos porque se está desarrollando el currículum mayor, y entonces es así como se da el fracaso escolar, se frustran, se desesperan y se van”, precisa.

La misma situación se experimentaría en un salón en donde al mismo tiempo se tenga que atender primero, segundo y tercero grado.

“Esos maestros sufren, ya no digamos los alumnos. Yo no sé porque el Ministerio de Educación, teniendo tanto maestro desempleado, llega a esos niveles de descuido para con los jóvenes y especialmente en las zonas rurales”, agregó.

Según el dirigente sindical las autoridades educativas deberían de hacer una planificación específica para estas escuelas calificadas como unidocentes.

Francisco Zelada, secretario de estadísticas de Simeduco, advirtió que hoy en día los centros de este tipo enfrentan graves problemas de funcionamiento, ante el hecho de que Educación llama a constantes capacitaciones y el maestro o maestra que lo atiende tiene que suspender clases.

“(Los profesores) tienen problemas con los padres de familia, quienes se quejan de que las maestras no pasan en la escuela”, aseguró Zelada, quien además advierte que estos educadores además tienen que cumplir otras funciones como el de secretaria y ordenanza.

Subrayó que ante esta constante pérdida de clases muchos niños pierden el interés en ir a la escuela, y en el caso de que no deserten al final su formación académica resulta deficiente, y por ello enfrentan problemas cuando van a otros centros educativos.