Diego Jacobo: “El discurso anticorrupción del gobierno no corresponde en absoluto con sus acciones”

El vicepresidente de la organización Tracoda lamentó un cierre de espacios de transparencia y acoso a los ciudadanos que lo denuncian. Esta organización ganó la semana pasada el premio a la democracia de la prestigiosa National Endowment for Democracy (NED).

A pocos días de haber sido premiados por la National Endowment for Democracy, el vicepresidente de Tracoda, Diego Jacobo, explica cuáles son los retos actuales para la democracia en El Salvador.

Por Ricardo Avelar

2021-10-24 9:42:53

Pocos días después de ganar un galardón de democracia de la prestigiosa National Endowment for Democracy, con sede en Estados Unidos, el vicepresidente de Tracoda, Diego Jacobo, conversó con El Diario de Hoy. En la entrevista expresó sus temores por los golpes a la transparencia y la persecución de activistas y miembros de sociedad civil que exigen rendición de cuentas.

¿Qué es Tracoda?
Tracoda es una organización de jóvenes que trabaja desde hace años para promover la transparencia, la rendición de cuentas, la participación ciudadana en la fiscalización del ejercicio del gobierno y cómo se utilizan los recursos públicos, los datos abiertos y las tecnologías cívicas para este fin.

Cuéntame del premio que ganaron.
El premio a la democracia que nos ha dado NED se ha venido dando desde hace 29 años. Cada año ellos eligen algún socio estratégico, de cualquier parte del mundo, para resaltar su trabajo de promover la democracia, la transparencia y la rendición de cuentas y este año se quisieron enfocar particularmente en Centroamérica, una región que está viviendo un retroceso democrático y resaltar a la sociedad civil que está trabajando en el terreno, muchas veces con la amenazas, persecución dependiendo del contexto, pero en general en un ambiente hostil.

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En su estadía en EE. UU. hablaron con personajes importantes de gobierno y sociedad civil. ¿Cómo crees que mira a El Salvador esta parte de la comunidad internacional?
Hemos tenido varias discusiones de alto nivel, por ejemplo con asesores de seguridad de la vicepresidenta de Estados Unidos, reuniones con gente del congreso, con Ricardo Zúñiga, algunos senadores y la congresista Norma Torres, etc. En general hay una preocupación bastante manifiesta por el rumbo de erosión a la democracia que estamos viviendo en la región en general y en El Salvador en particular. Se ha hecho mucho énfasis en la falta de un sistema judicial independiente, hay mucha preocupación con sentencias como la de reelección que nuestra Constitución prohíbe, pero que la sala impuesta avaló. Hay una preocupación bastante grande por los peligros que puede enfrentar más adelante la sociedad civil.

¿Cuál es, a tu juicio, la situación de transparencia que vive El Salvador?
Es una situación bastante delicada, muy sensible y que va empeorando, especialmente desde que empezamos Tracoda hace cinco años.

Una herramienta que hemos tenido ha sido la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP), que en el papel es una herramienta tremenda pues en la medida en que personas puedan empoderarse para que los gobiernos les digan que están haciendo con su dinero, tenemos una democracia que funciona más allá de ir a votar.

Pero...
Habíamos tenido avances en acceso a la formación pública, con algunas resoluciones del IAIP en el sentido de conocer asesores, viajes, etc., pero en este nuevo gobierno hemos visto muchos retrocesos y muy marcados. Ya no te dan mucha información y han tratado de hacer reformas a la LAIP para declarar reservadas cosas tan básicas como las declaraciones patrimoniales de funcionarios, es decir con cuánto dinero entran a su puesto y con cuánto dinero salen. Es una deriva hacia la opacidad y lo menos que se puede decir es que nos preocupa muchísimo. Hay que pensar por qué se nos está escondiendo este dinero e información de cómo se utilizaron los recursos en la pandemia, etcétera.

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La CICIES era una de las ideas estrella en campaña de este gobierno, pero cuando empezó a dar resultados fue desmantelada. ¿Qué opinión te merece la desconexión entre el discurso y la realidad?
En materia de corrupción no tiene nada que ver lo que dice el discurso con las acciones del gobierno, no corresponden en lo absoluto. La CICIES y en general la plataforma de promover mayor transparencia y luchar contra la corrupción fueron de las principales promesas de Nuevas Ideas y Nayib Bukele en las elecciones, pero en el ejercicio del poder vemos cómo no se está dando cumplimiento a eso.

Pero ellos siguen hablando de ser el gobierno anticorrupción...
Hay que investigar la corrupción de las administraciones pasadas, definitivamente, pero ellos se hacen de la vista gorda ante los señalamientos de esta administración. La CICIES fue una de las grandes promesas de campaña. Al inicio no sabíamos cómo iba funcionar, luego se dice que se están haciendo investigaciones de la actual administración por posible mal uso de recursos para atacar a la pandemia y cuando parecía que esto iba a derivar en casos, todo eso se detiene. Se utiliza la excusa del nombramiento Ernesto Muyshondt (como asesor de la OEA) para expulsar a toda la comisión que si bien nunca tuvo las herramientas para hacer su trabajo, al menos hizo aportes sobre los cuales se puede trabajar. Todo esto se echa por la borda. Lo que vemos es que no hay un compromiso real con la rendición de cuentas y sigue quedándose en discurso.

El 1 de mayo se impone un fiscal general y posteriormente se remueve a cientos de jueces y fiscales. ¿Confías en que los casos de corrupción actuales puedan llegar a procesarse?
Francamente no. También hay que ser muy sinceros, nunca hemos tenido un sistema de justicia perfecto ni mucho menos. Había muchísimas cosas que no funcionaban y hay mucha razón por la cual sentir que el sistema no responde, pero si antes las instituciones como la Fiscalía le respondían a quien estuviera en el poder, por qué es mejor tener una Fiscalía que le responde al poder de este momento.

Yo no tengo ninguna esperanza en que se vaya a seguir con estas investigaciones, espero estar equivocado, pero todo lo que hemos visto hasta este momento muestra un nulo compromiso para investigar señalamientos contra esta administración. Hay que tener coherencia en el discurso e investigar los señalamientos de hoy. Si no, estaremos en un ciclo sin acabar en que cada vez que cambiemos de gobernante y de partidos políticos se va a investigar exclusivamente el pasado.

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¿Te sientes seguro de hacer tu trabajo y elevar tu voz?
No. Trabajar en temas de transparencia y control de corrupción es algo que no te va a producir seguridad, pero es muy marcado que el trabajo que hacemos ahora era más seguro hacerlo hace años que comenzamos. Creo que no hay nadie que se haya pronunciado en redes sociales a quien no le haya advertido algún ser querido que le baje a sus críticas. Eso tiene que ser una señal de alerta bien fuerte: por qué nos debería dar miedo criticar y alzar nuestra voz si vemos cosas que no están correctas y pedimos que sean de una forma distinta.

Pero ahora controlan todas las instituciones...
Actualmente, a cualquier persona le podrían fabricar fácilmente un caso. Eso es algo que podían hacer antes pero ahora vemos mucho más marcada esta hostilidad de los ataques hacia la sociedad civil. Nos tratan casi como enemigos públicos y eso no debería ser así. Para quienes creen que las cosas no están tan mal, les pido que piensen que si no costó absolutamente nada quitar magistrados, cuánto creen que costaría irrespetar los derechos a cualquier ciudadano. No es seguro, pero no nos vamos a detener y no vamos a quedarnos callados.

¿Tienes ejemplos de cómo cierran espacios?
No se trata de volver al sistema de antes ni por cerca, pero podemos partir de la base de que antes podíamos alzar nuestra voz y no nos iban a perseguir por ello. Y hemos visto casos como el de Mario Gómez, a quien se llevaron arrestado con base en mentiras, sin ninguna base legal. En el momento en que la gente empieza a tener miedo de que le va a pasar algo por no quedarse callada es donde vemos el cierre del espacio cívico. Absolutamente a todos los que tenemos demandas sociales o quienes han ido a marchar nos han dicho que nos cubramos o escondamos más por temor a consecuencias.

¿Ves que la gente está retrocediendo?
A pesar de que vemos riesgos, ha habido mucha expresión pública y eso es muy importante, las protestas son una forma de verlo pero también hay varios temas que salen a la palestra como la ley del agua, los derechos reproductivos, donde hay un importante clamor de la sociedad civil. Mientras esas voces no se queden calladas, el espacio cívico se va a abrir caminos, pues no se puede callar a todas las voces disonantes.

¿Por qué el gobierno está tan sensible a las críticas?
El ejercicio del gobierno debería funcionar con un poder diseminado, nadie debería tener el poder absoluto. Pero si todo responde a una visión absoluta hay problemas porque en el momento en que entran voces disonantes, no son toleradas.

No entiendo esa afición de criticar absolutamente todo lo que venga de la sociedad civil que no sea absoluta sumisión y ponerles cartel de los mismos de siempre o de criticarlo de ser los partidos del pasado, etc.

Este es un gobierno que se basa muchísimo en la opinión pública, en lo que es popular, pero no en la sustancia. Es decir, la gente empieza a exigir resultados reales y no solo espejismos, buscan algo real que se traduzca en bienestar a sus vidas.

Lastimosamente, cualquier cosa que sea contraria a visión de progreso total que está tratando de proyectar este gobierno le es dañina porque le bota esa imagen.