“Hay una naturalización de la violencia sexual”: UNFPA

El informe de embarazos en niñas y adolescentes revela que uno de los principales factores de las gestaciones en esta población es debido a la violencia sexual, falta de educación integral y acceso a servicios de salud sexual y reproductiva.

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Cabañas y San Vicente son los departamentos con las tasas más altas de adolescentes usuarios de anticonceptivos. Foto EDH / Archivo

Por Gerardo Orellana

2021-10-07 9:00:35

Mientras las autoridades del Gobierno conocían los resultados del Mapa de Embarazos: Llegar a Cero embarazos en niñas adolescentes; en Sonsonate, José García, de 18 años, era detenido por la Policía Nacional Civil (PNC) en cumplimiento de una orden administrativa de la Fiscalía General de la República (FGR) que lo acusa del delito de violación en menor e incapaz, la víctima tiene 14 años de edad. Y la denuncia fue hecha por la madre de la menor.

La detención fue realizada en Sonsonate, uno de los departamentos con mayor tasa de embarazos en niñas y adolescentes, según el mapa de embarazos, realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en el se reporta un leve descenso en los embarazos en niñas y adolescentes, pero que evidencia un incremento de la violencia sexual en esta población.

“Efectivamente hay un descenso en los embarazos en adolescentes, pero en realidad seguimos teniendo un problema con el embarazo adolescente... En 2020 fueron más de 13, 000 niñas y adolescentes embarazadas ... Todavía uno de cada cuatro embarazos son en una niña y una adolescente”, acentúa, Neus Bernabéu, representante de UNFPA en El Salvador.

La representante del organismo internacional indicó que en términos de números el embarazo se han reducido en el 2020, pero advirtió que hay causales de estos como la violencia sexual, que aumentó.

Para los especialistas de las Naciones Unidas, los factores determinantes para los embarazos en niñas y adolescentes es multicausal y se deben a violencia sexual, la falta de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, falta de acceso a métodos anticonceptivos, falta de educación integral de la sexualidad, abandono de la escuela.

“El tema tiene que ver con la naturalización de la violencia. Cuando vemos datos estamos viendo datos de las niñas y adolescentes que llegan a denunciar, pero en realidad sabemos que esto es la punta del iceberg; en realidad hay muchas niñas que no se acercan a denunciar... muchas llegan porque tiene consecuencias de un embarazo, un embarazo es la muestra de violencia sexual”, acotó Bernabéu.

Según el mapa hay 89 municipios que desde el 2015 al 2019 han tenido tasas persistentes de embarazo adolescentes. Los departamentos de Ahuachapán, Sonsonate, y Cabañas registran las tasas más altas de embarazos en niñas y adolescentes, arriba del promedio nacional, que es de un aproximado de 26 embarazos por cada mil niñas entre los 10 a 19 años. Hay 9 departamentos que tienen una tasa más alta que el promedio nacional.

También hay registro de 82 municipios en los que en los años 2015, 2017 y 2019 han sobrepasado la tasa nacional, entre ellos se encuentran los municipios del sur de La Unión y de Usulután.

Las autoridades de los ministerios de Salud, Educación y la Dirección del Consejo Nacional de la Niñez y de la Adolescencia (Conna) informaron que tanto la Ley Nacer con Cariño y la Política Nacional al Desarrollo Infantil Temprano, Crecer junto 2020-2030 y las consejerías escolares abordan de una manera integral esta problemática.

Además de indicar que se están articulando esfuerzos interinstitucionales para no revictimizar a las niñas y adolescentes que sufren de violencia sexual.

“Muchas de estas niñas están inmersas en ciclos de violencia intrafamiliar y sexual, este es un complejo fenómeno social, cuyo origen es una cultura del abuso sexual, de la violación y el incesto que ocurre con mayor frecuencia en el seno del hogar”, dijo la ministra de Educación Carla Hananía de Varela

Incremento de la violencia sexual en niñas y adolescentes

A pesar que hay una reducción en las cifras de embarazo en niñas y adolescentes, para UNFPA, la reducción en embarazos de niñas de 10 a 14 años es más lenta que en la edad de las adolescentes, lo cual es preocupante porque detrás de estos embarazos hay situaciones de violencia sexual, que se generan en el seno de la familia.

En 2020, hubo 12,982 embarazos en adolescente de 10 a 19 años, de cuales 554 corresponden a violaciones en niñas y adolescentes de 10 a 14 años, el cual es una violación, según lo establece el Código Penal, “cuando hay embarazo en niñas hay violencia sexual, hay un delito”, sostiene Bernabéu.

La situación de la violencia sexual en niñas y adolescente constituye una atención especial detalla la representante de UNFPA. “Estamos viendo a nivel general que la violencia sexual tiene que ver sobre todo con personas conocidas del entorno de las niñas y adolescentes, por lo cual, es una situación de alerta tremenda, porque los lugares donde las niñas y adolescentes deberían estar más seguras es donde están más desprotegidas y tienen más riesgo de violencia sexual”, argumentó Bernabéu.

Agregó que de 1,400 casos de denuncia, “en el cual se conocía la relación con el agresor de la violencia sexual; 1,200 eran de personas conocidas, un tercio de esos eran familiares directos y eso fue en aumento de 2020, porque hubo una situación de confinamiento”.

Quien advierte que los números que revela el mapa de embarazos 2020 asustan, en cuanto a: “la cantidad que existen de violencia sexual en menores, es una etapa en la que las niñas están expuestas permanentemente fuera y dentro del hogar. Si no podemos protegerlas dentro del hogar, realmente esto es un problema grave”, lamenta Bernabéu.

Según los datos acumulados de 2015 a 2020 hay un registro de 13,097 peritajes en tres años, lo cual corresponde a seis reconocimientos diarios por violencia sexual entre los 10 a 19 años. De los cuales el 53 % son en violaciones de niñas de 10 a 14 años.

Mientras que los delitos de violencia en niñas y adolescentes registran un aumento en Violaciones en un 4 %, acoso sexual 19%, estupro 2%, otras agresiones sexuales en un 57%.

Los embarazos en esta población son un riesgo para la salud de esta niñas y adolescentes, reportando durante tres años 35 muertes maternas por embarazo en ese segmento de población.

Las atenciones por morbilidades de en niñas y adolescentes de 10 a 19 años, de 2019 advierten que hubo un total de 2,089 atenciones por riesgo de embarazo, de esos el 40 % fue por aborto y complicaciones, 21% por trastornos de hipertensión, 13 % por infecciones, 24 % por hemorragias durante el parto, post parto o durante el embarazo.

Las gestaciones en niñas y adolescentes sigue siendo uno de los principales factores de deserción, escolar y la educación sigue siendo fundamental para prevención de embarazos , según datos del informe 21,804 niñas desertaron entre 4° grado y Bachillerato, el 47 % abandonó el bachillerato.

“El embarazo adolescente es un elemento fundamental en el tema de pobreza multidimensional, si los padres tienen menos educación, los hijos tienen menos, los nietos menos”, expresó Bernabéu.

Lo que implica que si se encuentran fuera del sistema educativo tendrán menores oportunidades de desarrollo personal y profesional y, por lo tanto, mucho más riesgo de conformar familias en las que se perpetúe el ciclo de la pobreza.