La muerte de cinco presuntos pandilleros en una casa rural en Nueva Concepción, Chalatenango, se sumó al largo registro de homicidios: 5,278 al cierre de 2016, y que condujeron a El Salvador a estar entre los países más violentos del mundo según diversos organismos.
Con este dato de muertes violentas el país cerró su segundo peor año en cuanto a criminalidad, superado por 2015 cuando murieron de forma violenta 6,656 personas.
Director @PNC_SV dijo que 5,278 personas murieron a raíz de la violencia en 2016, con una reducción de 1,378 homicidios. #ElSalvador
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En una de las últimas escenas violentas del año pasado, la policía encontró cervezas, licor, drogas y hasta dos novillos listos para ser destazados en una fiesta de fin de año que pandilleros de la mara Salvatrucha (MS) había planeado hacer en una casa usurpada del caserío Las Lomitas, en ese municipio chalateco.
“La refrigeradora está llena de cervezas nacionales y extranjeras, y afuera hay más cajas todavía, o sea que la celebración iba a estar bastante concurrida….Hay sodas, cerveza, licor, droga, en el lugar”, dijo un oficial de la Policía.
La celebración se les habría frustrado a los pandilleros, cuando vecinos de la zona alertaron a la Policía la madrugada del sábado sobre la presencia de hombres armados.
Fuerzas especiales de la Policía apoyados de otras unidades policiales acordonaron el sector, pero cuando los policías se acercaban a la zona, observaron que varios hombres corrían hacia una vivienda del lugar, según la Policía.
Según estadísticas de @PNC_SV cada día del 2016, entre 14 y 15 personas fueron asesinadas en #ElSalvador.
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El oficial aseguró que los hombres les dispararon desde la casa donde se habían ido a refugiar y se registró un tiroteo a eso de las 2 de la madrugada y se prolongó por no menos de 30 minutos, según residentes de la zona.
“Todos andaban cada uno con su arma y todos quedaron con sus armas en la mano o cerca de ellos”, dijo el oficial.
Sin embargo, familiares de Wilfredo Serrano, una de las víctimas, aseguraron que él trabajaba en el sitio como corralero y que además ordeñaba las vacas en el sitio.
Agregaron que no tenía ningún vínculo con pandillas, pero como los pandilleros se habían apoderado de la casa, lo más seguro es que lo tenían amenazado. “El dueño dijo que él obedecía lo que ellos decían”, dijo el oficial.
Uno de los encargados del corral aseguró que Serrano le dijo hace una semana que ya no iba a trabajar en el lugar, porque ya no se sentía bien. Entonces, él presume que los pandilleros lo tenían amenazado.
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Un oficial de la Policía confirmó que Serrano era trabajador del corral, pero ya había sido “reclutado” por los pandilleros que habían llegado a “tomarse” la vivienda.
Parientes de Jonathan Montes, otro de los fallecidos, reconocieron que él pertenecía a la pandilla desde hace unos dos años. Aseguraron que aunque él trabajaba como corralero en una de las propiedades del lugar, él siempre se llevaba con la pandilla.
“Al principio lo castigaba para que no anduviera en eso, pero cuando sacó el DUI, me dijo que ya era libre, y siempre lo aconsejaba, pero no hacía caso”, dijo un pariente de Montes.