El profe que lucha por rescatar el Náhuat

Desde hace cuatro años, Manuel Coreto imparte clases de náhuat, la lengua de nuestros antepasados. El profesor le enseña a 17 niños de Cuisnahuat, Sonsonate

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Manuel Coreto, profesor de náhuat.

/ Foto Por Carolina Amaya

Por Carolina Amaya

2017-06-22 9:00:00

En tiempos en los que hablar náhuat-pipil es casi un milagro, el profesor Manuel Coreto vence las críticas y obstáculos económicos para enseñar náhuat a un grupo de 17 niños de Cuisnahuat, Sonsonate.

Coreto, al igual que la mayoría de náhuat hablantes del país, aprendió la lengua materna de los “tatas” o ancianos de la comunidad.

“Un día llegué a la casa de mi abuela, ella estaba tejiendo a mano y me dijo: ???Canga yaktok mutugu’, en ese momento no le entendí porque no sabía nada de náhuat y no le hice caso, seguí jugando con los cipotes que andaban ahí”, recuerda.

El profesor asegura que su abuela le repitió la misma frase: ???Canga yaktok mutugu’. “No le hice caso de nuevo; como a las tres veces vino y agarró un garrote, ya más enojada me dijo: ???Canga yaktok mutegu pilsin pala’, y entonces yo le dije: abuela no te entiendo”.


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“???¡¿Que a dónde a ido tu papá, te estoy preguntando?!???, me dijo. En ese momento, lloré no porque me resintió con el garrote sino porque no le entendí lo que me estaba diciendo. Lloré, la abracé y le pedí que me enseñara”, cuenta el profesional.

En su aprendizaje de la lengua también colaboraron su abuelo materno y el tata Eugenio, un anciano que aún vive en Cuisnahuat.

Una nueva herencia

Desde hace cuatro años, Coreto dejo su empleo formal para dedicarse de lleno a las clases de náhuat que imparte en su casa.

Entre sus estudiantes hay niños que aún no saben escribir, pero los tiene para que vayan asimilando la lengua desde pequeños.

“Al principio todo era mal visto, decían que éramos unos indios, que en lugar de ir hacía delante íbamos para atrás. Ha sido algo que ya vencimos. Los niños ya no sienten pena por lo que hacen, se sienten orgullosos por estar recuperando una lengua que estaba muriendo”, dice con una sonrisa el profesor.

Para el maestro ha sido difícil desarrollar las clases porque no tiene apoyo de ninguna institución para mejorar las condiciones de la clase. Sin embargo, día a día los niños asisten a su casa porque tienen muchos incentivos.

Durante las prácticas de náhuat también han incluido canciones. Y cantar en la lengua materna ha llevado al grupo de estudiantes a formar parte del coro FUCORAL YATAWI, con el que hacen presentaciones artísticas en diversos eventos.

Sin embargo, estos incentivos a veces se ven opacados, “para las fiestas patronales de Cuisnahuat el alcalde nos invitó a ir a cantar y fuimos, nos dio una colaboración en un sobre, que mostró al público que era para la escuela de náhuat.  Al regresar acá lo abrimos y eran 20 dólares, entonces los niños me dijeron que hubieran preferido que mostrara los 20 dólares, porque en el sobre quizás el público habría pensado que nos estábamos lucrando, porque en ese sobre podría venir mucho, pero solo eran 20 dólares”, dice

Pese a los inconvenientes, Coreto seguirá dando clases en su casa. “Les he dicho que mientras ellos tengan voluntad de seguir aprendiendo, yo voy a estar con ellos, no hay límite. Mi meta es hacerlo mientras tenga vida y oportunidad”, explica.


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Náhuat, Náhuatl o Nawat

Todas son válidas depende del lugar; están dentro de la familia yuto-nahua que tiene 30 variaciones y se desplaza desde Estados Unidos, México hasta Nicaragua.El náhuat se habla en Centroamérica y el náhuatl en algunas partes de México.

Náhuat está escrito en español, mientras que nawat está en esa lengua de origen.

Cada 21 de febrero se celebra el Día Internacional de las Lenguas Maternas y en El Salvador se festeja el Día Nacional del Náhuat.