El noviazgo de dos militares salvadoreños que terminó en una condena de nueve años de cárcel por maltrato

El subteniente de la Fuerza Armada conoció a su pareja a través de Facebook. La relación se volvió un infierno, y las agresiones se agravaron cuando la víctima quedó embarazada

descripción de la imagen
Foto de referencia/ Archivo / Foto Por elsalv

Por Óscar Iraheta

2018-12-18 5:29:57

Un día de octubre de 2016, el subteniente Erick Jonathan Hernández Silva, de 26 años, destacado en la Brigada Especial de San Miguel, encontró en su cuenta de Facebook el perfil de una mujer con quien tenía amigos en común. El militar envió la solicitud de amistad y en muy poco tiempo, ambos eran amigos.

Su amiga era Lorena (nombre falso), una mujer soldado con dos años de servicio en la Brigada Especial y entrenada para la inteligencia militar.

Un mes después de conocerse sólo por las redes sociales, la pareja intercambió sus números de celular y su relación se hizo más íntima. Se llamaban y se intercambiaban fotografías.

El 23 de enero de 2017, se citaron y se conocieron en persona e iniciaron una relación de noviazgo, ese día Erick se quedó a dormir en la casa de ella, y fue así que cada vez que él salía de licencia (libre) se quedaba con ella, un fin de semana sí y el siguiente no. Los militares comenzaron a vivir juntos desde marzo a septiembre de 2017. Luego de un mes de convivencia empezaron los problemas, porque la celaba mucho, le decía que no le gustaba que sus compañeros la conocieran que ella era su pareja, según el relato de los hechos. 

Además:

Militar condenado por violar a hijastra

La madre de la víctima denunció la agresión

Erick controlaba bastante a su novia en sus redes sociales, y en el teléfono celular, las llamadas y mensajes que recibía. Lorena recibía violencia psicológica ya que Erick la insultaba diciéndole “yo no sé porque estoy con vos si no servís para nada, tengo amigas más bonitas y vos una pinche soldadito que no sabía nada”.

Por su experiencia en el área de inteligencia militar, Lorena se enteró que su pareja mantenía relación con sujetos pandilleros de la 18 y la MS, de los sectores de Izalco y la Colonia Sensunapán, en Sonsonate.

Sentía temor que también a ella la involucraran en esos hechos delictivos. La víctima investigó y supo que Erick fue investigado por sus vínculos con pandilleros cuando estaba en la Escuela Militar como cadete.

También:

Las violaciones sexuales se disparan un 524 % en El Salvador en el 2017

Las cifras dan cuenta que la mayoría de las víctimas fueron los niños entre cero y 14 años, con el 46

Lorena recuerda que cuando comenzaban a andar de novios Erick le mandaba fotos por medio de whatsapp, donde se le veía acompañado de dos pandilleros, este apodado Negro Central y otro que reside en San Miguel llamado Marlon, (a) Melón. En cada fotografía solo le decía “mira donde estoy”.

En junio de 2017 se separó de Erick, pero ella se quedó a vivir en la casa. Aproximadamente un mes no tuvieron ningún tipo de comunicación, hasta finales de julio, ella le envió un mensaje de texto, para manifestarle que ella estaba embarazada, a lo que Erick le respondió el mensaje diciéndole que veía como le hacía para abortar, porque él no se haría cargo del bebé, por lo que ella ya no le insistió. 

Aproximadamente cinco días después Erick la fue a buscar a su casa de habitación para llevarla a un laboratorio a hacerle otra prueba de embarazo, la cual le salió positiva, por lo que en ese momento le llamó a un amigo que está estudiando medicina, para preguntarle qué le podía dar a ella para que abortara, a lo que el amigo le dio varios nombres de medicamentos que podía tomar.

El amigo de Erick le manifestó que le iba a avisar si se las conseguía porque no era fácil y que le podían costar $200.00 aproximadamente, por lo que en ese momento la fue a dejar a su casa de habitación. 

Te puede interesar:

Fuerza Armada investiga caso de cadete que habría sido violada por varios militares

Fuentes allegadas a la investigación han relatado que la agresión presuntamente fue a mediados de este mes dentro de un cuartel de San Salvador.

Desde ese día se agudizó el infierno de Lorena. “Si no aceptas tomarte las pastillas para abortar voy a hablar con los cheros de Izalco (refiriéndose a los pandilleros) y te vamos a sacar de la casa, para hacerte pedazos e irte a tirar al río, bien ves que vos vivís sola y solo te meto en el carro y ya”, a lo que la entrevistada le manifestó que si lo quería hacer que lo hiciera pero aún con ese tipo de amenazas “no la iba hacer abortar a su hijo”.

La privación de libertad

Ante la situación la víctima volvió a la casa de su madre, quien la apoyó, estando con su mamá, Erick llegó y la encontró en la calle, y le dijo que quería vivir nuevamente con ella y hacerse cargo del bebé, que estaba esperando porque no lo podía dejar desamparado y le pidió que lo acompañara a la casa de él, ubicada en la Colonia Montevideo del municipio de Sonzacate, porque la mamá y la abuela de él querían hablar con ella. 

Al llegar a la casa de habitación de él, ya no la dejó salir, la mantuvo encerrada, le quitó el teléfono personal y le quebró el chip. La computadora que ella andaba en un bolso se la quebró para que no tuviera comunicación con nadie, y no la dejaba salir.

El sujeto la mantuvo raptada a la soldado por un mes aproximadamente, ella expresa que asistió a su control de embarazo en dos ocasiones, pero acompañada de la abuela de él, en una noche que él llego ebrio la agredió físicamente, golpeándola en el vientre, lo que provocó que la llevaran al hospital hasta el siguiente día donde con ayuda del médico logró quedarse ingresada, y al salir del hospital se fue a su casa, donde posteriormente lo denunció.

Durante la vista pública en el Juzgado Segundo de Sentencia de Sonsonate, Erick fue condenado a la pena de seis años con un mes de prisión por el delito de privación de libertad agravada, tres años de cárcel por el delito de amenazas agravadas y al pago de  tres salarios mínimos, por el delito de expresiones de violencia contra las mujeres.