El autismo en El Salvador: entre el rechazo e ignorancia

En el país no hay datos que determinen cuántas personas padecen de este trastorno.

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Foto/Menly Cortez

Por Evelia Hernández

2018-04-14 6:35:16

La discriminación que sufren las familias que tiene algún miembro con Trastorno del Espectro Autista (TEA) es parte del desconocimiento de la población sobre las complicaciones conductuales que padecen las personas diagnosticadas con este desorden neurológico. En El Salvador, actualmente, no existe un dato estadístico que determine cuántas personas sufren de autismo a nivel nacional.

“Ese número desconocido de personas con autismo es un número de personas que no están recibiendo atención en salud, educación, porque están mal diagnosticados; los padres no aceptan que haya una discapacidad y no hay un censo explícito donde diga un número exacto de personas con discapacidad”, expresa Ana Delmy Álvarez, presidenta de Asociación salvadoreña de Autismo (ASA).

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El autismo es calificado como un amplio trastorno neurológico a nivel cognitivo- conductual que altera tres área específicas del desarrollo: comunicación verbal y no verbal, socialización y las conductas repetitivas que constantemente son características que van a acompañar a los personas en toda su vida, explica Álvarez.

Los niños que son diagnosticados con autismo sufren de limitaciones sociales y de comunicación, lo cual les impide mantener contacto visual, seguir instrucciones, falta de atención al entorno, niños que tienen fijaciones con la comida y objetos, niños que son sensibles a los ruidos, el ambiente, las personas o los lugares; además de realizar movimientos repetitivos involuntarios.

Para la presidenta de ASA, el desconocimiento sobre el trastorno de autismo en la población salvadoreña es una de las principales barreras por la que estos niños son rechazados y sufren exclusión a nivel educativo y social.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que 1 de cada 160 niños tiene un trastorno de autismo. El dato estimado representa una cifra media, debido a que la prevalencia observada varía entre diferentes estudios; sin embargo, en algunas investigaciones se han registrado cifras notablemente mayores.

La OMS sostiene que en algunos países se desconocen los datos sobre este padecimiento y El Salvador es parte de las naciones que no cuenta con este tipo de estudio.

Según la Encuesta de personas con discapacidad del 2015, habían cerca de 385,775 personas con algún tipo de limitación física o mental, pero en el estudio no se detalla los tipos de dificultades que tienen.

Para Ana Alvarez , quien lleva ocho años tratando de concienciar a la población sobre este trastorno, el Gobierno mantiene una deuda en el área de Salud y educación para este grupo de personas.

“Hemos tratado de hacer conciencia a la sociedad salvadoreña pidiendo romper la barrera para el autismo, en las que pedimos tres cosas básicas: inclusión, tolerancia y respeto al derecho de salud”, dijo.

Para que se cumpla el derecho a la salud y los niños diagnosticados tengan un mejor desarrollo de sus capacidades, se ha determinado que “entre más pequeño está el niño, más fácil es el proceso de aprendizaje y hay una mayor evolución”, explicó.

Agregó que la inclusión social es clave para lograr un mejoramiento en la calidad de vida de las personas con TEA y un factor esencial para incrementar las capacidades de adaptación en su desarrollo personal y su calidad de vida.

Según la OMS, con el apoyo adecuado, las personas con trastorno autista pueden aprovechar las oportunidades de participación en entornos comunes, lo que favorece que puedan disfrutar de una vida social integrada y normal, de esa manera contribuir a su desarrollo personal.

Aunque aún se desconoce las causas que originan el espectro autista, la OMS descartó que algunas vacunas infantiles aumenten el riesgo a que los niños padezcan este trastorno. En las revisiones de los datos científicos sobre la posible asociación entre el riesgo de autismo y las vacunas, no tienen fundamento y se descarta que el autismo se adquiera por esa vía.

Mientras se busca información para conocer sobre el trastorno autista, hay muchas madres que se encuentra en una constante lucha para que los niños con este padecimiento no sufran el rechazo de la sociedad.

Las etapas del autismo están clasificadas como en nivel leve, moderado y profundo. Según Álvarez, el trastorno tiene variaciones y ningún diagnóstico se asemeja a otro.