Economistas temen que gobierno de Bukele desvíe dinero destinado a mipymes

Economistas advierten que el gobierno tendrá “discrecionalidad” para entregar fondos.

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Para comerciantes del sector informal afectados por el confinamiento destinarán $100 millones dentro del fideicomiso, de los cuales la primera parte que planea facilitar Bandesal son $20 millones. Foto EDH / archivo

Por Katlen Urquilla

2020-09-20 8:20:18

Que el gobierno disponga de $600 millones de un fideicomiso que será administrado por Bandesal y que se entregará a las mipymes cuando se está a las puertas de la campaña electoral abre el camino a posibles arbitrariedades en la distribución de ese dinero, advierten economistas.

Tatiana Marroquín, Romel Rodríguez y Rafael Lemus explican a El Diario de Hoy que en el contexto en el que está el país y así como han quedado los requisitos para entregar los fondos puede ser que el dinero quede en otras manos y no en las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que urgen de ayuda financiera.

“La ley da grandes espacios para que hayan arbitrariedades al momento de la colocación de créditos. Por ejemplo, en la parte de los créditos para empresas formales no le dice cuánto es el máximo que le pueden entregar a una sola empresa o que no sean empresas relacionadas con políticos o relacionadas entre sí, entonces al final sí se presta… para que beneficien a unas personas más que a otras y la ley no dejó muchos candados”, señala Marroquín.

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La profesional agrega que por ley Bandesal debe informar en qué sectores se está colocando el dinero para que la población pueda rastrear a dónde van los fondos, pero considera que “sí hay grandes espacios para que haya arbitrariedades en la colocación de ese dinero”.

Bandesal administrará un fideicomiso de $600 millones, de los cuales primero usará $150 millones distribuidos así: $70 millones para el primer mes de subsidio de empleados de empresas afectadas por el confinamiento ante la pandemia; $60 millones para capital de trabajo de las mipymes formales y $20 millones para comercios informales.

Cómo y a quiénes será distribuido ese dinero, que al final será pagado con fondos públicos, es lo que genera las advertencias de los economistas.

De allí que Marroquín apunta: “la única manera que considero que se podría restringir esas arbitrariedades es transparentar a quiénes se les está entregando esos créditos cuando se comiencen a entregar”.

Rommel Rodríguez, economista e investigador del área de Macroeconomía y Desarrollo de Funde, indica que “tampoco se trata de entregar el dinero por entregarlo sin ver un récord (crediticio), porque se espera que el dinero sea canalizado a las personas que tienen más graves problemas de liquidez, que van coyol quebrado, coyol comido”.

Para él, debería existir una lista de prioridades para asignar los fondos porque “son recursos escasos para grandes necesidades” y apunta que los criterios de asignación deben estar explícitos y deben de ser de conocimiento público, por ejemplo, decir en qué zonas se beneficiaron a mipymes, a cuántas personas y con cuánto dinero.

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Ante ello, espera que el comité de veeduría designado por la Asamblea Legislativa para fiscalizar el uso de estos fondos tenga acceso a la información de forma oportuna y completa.

“Lamentablemente en nuestro país siempre hay un espacio para las arbitrariedades, pero ha sido bueno el ejercicio de la Asamblea… es de aprovechar esos espacios para que todo se haga en orden y transparente. De lo contrario será un solo relajo y más ahora que estamos en campaña”, señala.

Rodríguez enfatiza que si bien una parte del fideicomiso es para subsidio, hay otra parte de los fondos que se deben reponer, es decir los que serán para créditos.

El economista Rafael Lemus también destaca que el componente del subsidio “es el que tiene mayor discrecionalidad porque es básicamente un regalo”.

Para él, debido a que el dinero que va para subsidiar pagos de salarios de empleados será insuficiente, “va a haber discriminación y va a haber gente beneficiada y otra que no, allí quedará un margen de discrecionalidad para el que esté entregando los beneficios, que en este caso es el gobierno”.

Sin embargo, Lemus afirma que donde habría más discrecionalidad es con los $100 millones que va a manejar Bandesal para empresas informales, porque a un comerciante informal no se le puede pedir registros de cotizaciones ni habrá una base de datos objetiva.

“Lo que ocurre es que el gobierno está dando la ayuda con un efecto clientelar político con fondos públicos, como las canastas alimenticias… y en este caso de los créditos va a ser algo igual”, apunta.

Pero el presidente de Bandesal, Juan Pablo Durán, al ser consultado en una entrevista televisiva el pasado 7 de septiembre si la entrega de fondos no se convertirá en una “piñata” durante la campaña, respondió: “¿Acaso somos los responsables de ejecutar este fideicomiso en plena campaña? ¿Acaso no pasó más de tres meses entrampado? ¿Acaso los fondos no tienen ratos de estar allí y no los aprueban? Si los aprueban en plena campaña qué tiene que ver el presidente o el gabinete en esto, no es responsabilidad de nosotros”.

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Sin embargo, Durán apeló a la urgencia de tener ese dinero cuanto antes para repartirlo y admitió que una parte del fideicomiso, el que va para subsidios, “es un regalo”.

“Ya deberíamos estar entregando el primer mes de subsidio, de estar canalizando los primeros recursos de capital de trabajo que tanto está necesitando la gente”, afirmó.

Indicó que a diario reciben más de 2,000 llamadas en Bandesal para preguntar por los requisitos para acceder a los fondos y cuándo se los comenzarán a entregar.

Durán:“Ese dinero no tiene que devolverlo, es un regalo”

El presidente de Bandesal, Juan Pablo Durán, admitió sin matices que $140 millones que darán como subsidio a las empresas para pago de salarios de empleados “es un regalo, ese dinero no tiene que devolverlo”.

Primero entregarán $70 millones y luego otra cantidad igual para cubrir durante dos meses el 50% de la planilla de miles de mipymes que resultaron afectadas por el confinamiento.

Durán explica que Bandesal está preparado para comenzar a canalizar estos recursos de la forma más expedita posible, porque la gente se va a comenzar a desesperar si no le dan el dinero. “Si no hay una señal de que va a ser cierto el fideicomiso, de que efectivamente le vamos a trasladar estos recursos… la gente va a comenzar a desesperarse…”, dice.

El funcionario asegura que están a la espera de que les autoricen usar los primeros $150 millones de $600 millones del fideicomiso y afirma que será un financiamiento “muy blando nunca visto en el país” para reactivar a las mipymes.

También dice que para evitar que la entrega de fondos se convierta en una “piñata” solo darán créditos a los comerciantes informales que sean categoría A o B.

“Tengo pleno conocimiento que la gente que es mala categoría no pasa del 5 %, en consecuencia bendecimos al 95 % de la población que es buena paga; la garantía es la moral de pago”, afirma.