Douglas Alfredo Elías González no quiere perder la tradición de elaborar farolitos para su comercialización, aunque la venta de las pequeñas estructuras no han superado sus expectativas este año debido a la pandemia provocada por el COVID-19.
En el 2020 no elaboró farolitos por las restricciones que hubo para la celebración de la víspera del Nacimiento de la Virgen María, o Virgen Niña, que se celebra cada 7 de septiembre.
En su pequeño taller de carpintería, ubicado en el barrio La Vega, de Concepción de Ataco, Ahuachapán, inició hace 15 días con la elaboración de los farolitos.
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A la fecha confeccionó 600 pequeñas estructuras; pero hasta la mañana del lunes apenas había vendido 48, contó.
La situación contrasta con la del 2019 cuando elaboró 1,500; para ese entonces, las ventas fueron mejores respecto al 2021.
“El año pasado por la cuestión de la pandemia no se elaboraron, no hubo venta. Este año hemos preparado un poco para ver cómo está (el movimiento), primero Dios se logre vender lo que hemos hecho. Tenemos la visión de que la venta sea mejor porque la inversión que hacemos no es porque nos encarguen el producto. Lo que esperamos es recoger lo que hemos invertido y tener un poco de ganancia”, expresó Elías.
Relató que la tradición de fabricarlos inició hace siete años, paralelamente cuando comenzó con su taller de carpintería, ubicado contiguo al Complejo Educativo Antonio J. Alfaro, de Concepción de Ataco.
En ese entonces sólo era para adornar su hogar; pero ante la interrogante de muchas personas si hacía para vender, surgió dicho negocio que se resiste a desaparecer a pesar de las circunstancias actuales.
Ahora no sólo hace farolitos tradicionales; sino que también ha innovado elaborando de frutas, como manzanas, piñas y peras. Además de estrellas o como el cliente demande.
Para armar sólo la estructura de madera de cien farolitos se tarda un día; mientras que para forrar la misma cantidad con papel celofán, es otra jornada de trabajo similar.
Los costos para elaborar los farolitos también se han incrementado, por lo que actualmente está usando madera de eucalipto cuya vara tiene un valor de $3.
Anteriormente usaba madera de conacaste, ciprés o pino, que cuesta $4.
Para fabricar cien estructuras debe de utilizar diez varas de longitud de madera.
Mientras que el pliego de papel celofán también ha sufrido un incremento, pues el pliego lo compra a $0.50; en años anteriores valía $0.17.
El ciento de farolitos sin forrar los comercializa a $65 y con papel celofán, la misma cantidad, a $80. Por unidad cuestan $0.65 y $1, respectivamente.
“Las ventas han estado bien calmadas; esperamos que este día (lunes) y mañana (martes) se vea más movimiento. A los habitantes y turistas les ofrecemos el producto, es de buena calidad (y) bien fabricado”, dijo Elías.
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