Raúl Melara, Fiscal General de la República emitió un enérgico mensaje con respecto al caso de negligencia médica, suscitado en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social, ISSS, en donde la doctora Ana Patricia Mina Miranda murió en diciembre del año pasado.
“No puedo imaginar su dolor, pero sí puedo hacer todo lo posible por investigar lo sucedido y deducir responsabilidades. Y así lo haré”, escribió Melara en su cuenta oficial de Twitter.
Ana Patricia quien trabajaba como médico consultante en el Hospital Nacional Santa Teresa de Zacatecoluca, acudió en compañía de su madre, Margoth, al Hospital General por un dolor que sentía en el abdomen. Y en menos de 48 horas perdió la vida.
El caso ha generado indignación entre la población salvadoreña, quienes han expresado diversas opiniones a través de redes sociales. A continuación compartimos algunas de ellas:
@JorgeAntonioCh7: Eso ya es tradición!!!! Mi vecina fue en la. Mañana con dolores de parto la
mandaron para la. Casa disque aun no nacía la bebe que llegará el. Siguiente día, ella llega el.
Siguiente día y le dicen que su bebé está muerta, y la tienen esperando 9 horas más para
sacárcela.
@Mozotita: Talvez con tristes casos como este escuchan que el seguro es una basura y casi todos
los médicos dentro son unos falsos. A mi papá no lo atendieron de infarto por que era vacación de
agosto y los especialistas todos se van de vacaciones.. Mas de un médico dolido va a saltar acá.
Luis Alarcón Lamentablemente la negligencia médica se ha “normalizado”; a tal punto de escuchar
conversaciones entre médicos allegados e incluso internos y externos que hacen sus prácticas en
los hospitales nacionales, sobre si ya se les “quedó” algún paciente o cuántos se les han “quedado”
en sus turnos. Solo pienso en mi interior, Dios y en manos de estos pseudos profesionales está la
salud pública de este país”
Sofía Marroquín Pésima atención la del ISSS. Yo acabo de pasar una situación semejante de mal
diagnóstico. Una referencia de urgencia que no tomaron en cuenta. Horas de espera, una
medicina que al final tuve que comprar porque ellos no la tenían. Y el diagnóstico equivocado. Tres
médicos diferentes no pudieron hacer una adecuada evaluación. Al final tuve que buscar un
privado porque solo empeoraba. Es una basura la atención en el ISSS.
@minoloquero: No sólo es culpable el ISSS!!! Las escuelas de medicina también, en cómo
preparan al estudiante de medicina pasamos de tener la mejor escuela dé medicina a nivel
latinoamericano y hoy no dan bola de tanto médico mediocre.
Ricky Giron Giron Es lamentable el hecho de que colegas de su hija no le atendieran, y soy de la opinión de que proceda e insista con esa demanda y así se se de por sentado un precedente
porque es demasiada la indiferencia con que somos tratados en esa institución, es necesario que
se les aplique la ley a quienes les corresponde ya que no es una institución de caridad es algo que
su hija pagaba por lo cual merecía una atención de parte de los médicos de turno y Dios mediante
llegue a oídos del gobierno de turno y quiten de una vez toda esa negligencia y ineptitud en esa
institución siga adelante con esa demanda no desmaye hasta que se haga justicia porque se trata
de un ser humano la madre de sus nietos Dios le ayude en todo.
La agonía de Ana Patricia
En un lapso de 48 horas Ana Patricia, en compañía de su madre, Margoth, visitaron el Hospital General en tres ocasiones. En las dos primeras solo le prescribieron medicamento, le realizaron una Tomografía Axial Computarizada (TAC), y le dejaron una cita con un urólogo quien solo le prescribió más medicamento.
Durante el chequeo, Ana Patricia fue diagnosticada. Según se constata en una boleta del ISSS identificada como “solicitud de interconsulta, evaluación preoperatoria, referencia a odontología general y procedimientos”.
Para ese momento el dolor era tan intenso, pues no podía orinar y tampoco retener los alimentos ya que los vomitaba inmediatamente, que optó por asistir a un hospital privado. Le hicieron otros exámenes y le preguntaron si tenían a un urólogo de emergencia. Ana Patricia dio el nombre de un amigo, pero él no podía llegar. Del hospital llamaron a otra doctora, quien dijo que Ana Patricia necesitaba una operación lo más pronto posible, pero que ella no podía en ese momento sino hasta el día siguiente.
En el hospital privado le recomendaron regresar al ISSS ya que necesitaba ser operada urgentemente.
Fue así como Ana Patricia regresó por última vez al Hospital General, y en esa ocasión la dejaron ingresada en una camilla del área de Observación. Desafortunadamente no podían operarla pues ese viernes 13 de diciembre se celebraba el “Día del Sindicalista”, por lo que no estaría disponible la sala operatoria.
Ana Patricia murió en el octavo piso del hospital donde fue ingresada. Otros pacientes relataron la agonía que sufrió.
“Denúncielos, yo he sido testigo”, le contó la otra paciente a Margoth. Le describieron cómo Ana Patricia lloraba y gritaba por el dolor, pidiendo ayuda. La otra paciente incluso le recomendó tomar fotografías, pero Margoth estaba tan impresionada que no pudo hacer nada.
Ana Patricia sufrió tres paros cardiorrespiratorios.
