El coronel Guillermo Benavides seguirá guardando prisión tras el rechazo de los diputados de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos a la petición de indulto a favor del reo.
El militar fue condenado a 30 años de prisión por la masacre de cinco jesuitas y dos de sus colaboradoras en 1989 durante la ofensiva final entre la ex guerrilla y el Ejército.
Este hecho violento fue cometido en las instalaciones de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) el 16 de noviembre de 1989. Según el informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas de 1993, Benavides fue el responsable de trasladar la orden a los tenientes que ejecutaron la masacre.
En junio de este año la Corte Suprema de Justicia también había negado al Coronel Benavides el beneficio de la libertad anticipada en la condena que purga de 30 años por la masacre de seis jesuitas, cinco de ellos españoles y dos mujeres en 1989. Se trata de Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Amando López y Juan Ramón Moreno y el salvadoreño Joaquín López; así como Elba Ramos, colaboradora de los religiosos y su hija Celina Ramos.
Benavides fue condenado en 1991 pero salió en libertad en 1993 tras la puesta en vigencia de la Ley de Amnistía, sin embargo, la Sala de lo Constitucional ordenó la anulación de esa normativa en 2016, por lo que el militar fue detenido y enviado a prisión nuevamente.
Esa solicitud explicaba que Benavides ya cuenta con 75 años de edad y que padece de una enfermedad crónica degenerativa. Actualmente, el coronel ya cumplió un total de 8 años y cuatro meses de su condena.
Además, en noviembre de 2019, la Corte Suprema de Justicia se negó a autorizar la conmutación de la pena de prisión que recae sobre Benavides. Su familia también había solicitado a la Asamblea en 2017 el indulto para que recuperara su libertad, pero este también le fue denegado.