VIDEO: Diego, el joven flautista que sueña cambiar el futuro de los niños de su comunidad en San Martín

El talento de Diego Vásquez es igual de grande que sus sueños. A través de la música, el joven flautista quiere transformar el futuro de los niños y jóvenes de su comunidad en San Martín.

Por Marvin Romero

2021-12-19 8:40:31

Las melódicas notas de una flauta irrumpen el silencio de la tarde en una comunidad de escasos recursos, sobre la carretera Panamericana, en el municipio de San Martín. El sonido más frecuente en ese olvidado sitio es el de la necesidad y la pobreza, el de la marginación y el olvido.

Decenas de casas de lámina y tierra se sostienen en la esperanza de un futuro mejor. En una de ellas vive Diego Vásquez, un joven de 18 años. Él es el Intérprete de la melodía que cambia el tono de las callejuelas de aquella comunidad. Sin un trabajo fijo, su familia vive con un par de dólares al día. Aquella tarde se preparaba para ser el flautista principal en el concierto de la Orquesta Sinfónica de la que forma parte.

La Orquesta Sinfónica de Compassion Internacional es un proyecto de educación musical en donde niños y jóvenes de diferentes partes del país se forman en habilidades musicales como parte de un plan de desarrollo integral que persigue el propósito de alejarlos a ellos y sus familias de las consecuencias de la marginación y la pobreza.

La llegada de Diego a la Flauta fue una de esas casualidades que solo se presentan una vez en la vida. A los 14 años se acercó al Centro Integral de Desarrollo (CDI) de la comunidad en donde habitaba y cuando escuchó un ensamble de la orquesta quedó conmovido. Esa misma tarde, de parte de uno de los pastores de la iglesia local, recibió la invitación para dar sus primeros pasos en la música.

Foto EDH / Lissette Monterrosa

“Mi vida cambió, descubrí cómo expresarme”, describe Diego, emocionado, y relata cómo a través de las piezas musicales que interpreta con la flauta ha conseguido transmitir alegría, tristeza y prácticamente toda la gama de emociones que lo embargan. “No encuentro palabras para expresar lo que siento cuándo estoy tocando, es como si estuviera dentro de la canción”, dice el joven.

Desde que comenzó a practicar con la flauta, pasó únicamente un año para que recibiera la oportunidad de formar parte de la orquesta de jóvenes de Compassion International. Es esa fundación la que brinda los recursos para la compra de instrumentos y la capacitación musical de jóvenes en proyectos CDI en iglesias por todo San Salvador.

A pesar que ya pasaron varios conciertos desde su debut en la orquesta, Diego confiesa que los nervios son iguales que la primera vez que se subió a un escenario e interpretó una pieza para la audiencia.

El sueña con replicar los conocimientos que ha conseguido en sus clases y prácticas musicales. Quiere hacerlo en su comunidad, fundando una academia que no solo capacite a una nueva generación de jóvenes intérpretes, sino que también ayude a abrir espacios de desarrollo para los jóvenes que viven en zonas de escasos recursos del municipio de San Martín, al oriente de San Salvador.

El joven flautista es consciente del elevado costo que implica la formación musical en cualquier país del mundo y ese muro, con el que se enfrentan los jóvenes que no pueden costear los precios, es el combustible que impulsa a Diego: permitir que los niños de su comunidad puedan acceder a una educación de calidad de forma gratuita.

Otra de las motivaciones de Diego es su familia, en especial su hermano menor, quien padece una enfermedad que lo mantiene en silla de ruedas, y su madre, de quienes dice haber aprendido el valor de la fortaleza. “A veces la vida nos tira y nosotros decidimos si levantarnos o no”, agrega el joven. “Mi mamá nos ha enseñado eso: pase lo que pase siempre hay que salir adelante, nunca hay que retroceder”, concluye con la voz cortada.

“No encuentro palabras para agradecerle a ella, le agradezco todo lo que ha hecho por mí”, dice al describir la importancia que ha tenido su madre en la vida de toda su familia. Una mujer que debió sacar adelante a cinco hijos, en medio de difíciles condiciones económicas. “Quiero que ella esté orgullosa de mí cuando me vea tocar en un escenario”, afirma Diego. Y en efecto, fue su madre la que aplaudió con más fuerza cuando el joven subió al escenario y comenzó a hablar a través de su flauta.