La coyuntura de emergencia nacional por la pandemia no ha mermado el fervor católico de los salvadoreños. Y, tal como ocurrió en Semana Santa, la cual fue seguida a través de transmisiones en línea y pequeños recorridos en las colonias, los salvadoreños aun en cuarentena no dejaron pasar este 3 de mayo la celebración del Día de la Cruz.
En las puertas de las casas desde temprano amaneció la cruz de palo de jiote, la cual según la tradición se adorna con diversos tipos de papel de colores, especialmente de “china”, en forma de cadenas, cortinas y toallas; además de flores y frutos de la temporada como mangos, “coyolitos”, jocotes, naranjas.
En la parroquia San Francisco, en la alameda Juan Pablo II de San Salvador, algunas personas se acercaron durante para escuchar la misa de las 11 de la mañana dirigida por el cardenal Gregorio Rosa Chávez. Un grupo de feligreses escuchó desde la calle.
Mientras que en Panchimalco, familias católicas celebraron el día de la Santa Cruz con poca gente en casas de los patronos de la comunidad debido a la emergencia.
Lo que en años anteriores significó motivo de reuniones acompaña de música y gritos de alegría hoy fue una celebración con un grupo reducido de personas que se juntaron para rezar por una hora el Rosario.
Dora Menéndez, una de las patronas principales de la comunidad, dijo sentirse triste ya que la fiesta de este año no tuvo la algarabía de años anteriores. Ella aprendió de esta tradición gracias a que su mamá se la mostró cuando era una niña. La tradición se ha transmitido hasta sus nietos.
Pero, ¿por qué cada 3 de mayo miles de salvadoreños católicos celebran el Día de la Cruz? ¿Qué significa? ¿Será cierto que si no se coloca en los hogares el diablo te “llegará a bailar”?
El Día de la Cruz es una celebración religiosa que anuncia la llegada de la época lluviosa y el inicio del período de cultivos que son regalados por la tierra.
El ritual de “adorar” la cruz se hace en el lugar donde ha sido colocada y consiste en arrodillarse y persignarse, hacer una pequeña oración y tomar alguno de los frutos que son colocados para este propósito.
Según la tradición, para poder tomar y comerse un fruto, primero hay que venerar la cruz, si no se hace el ritual completo se cree que el diablo llega a bailar en esos hogares. La cruz se coloca el día 3 de mayo pero se puede dejar todo el mes.
Debido a la pandemia, este año la tradición no podrá celebrarse en centros educativos y otras entidades que también acostumbran a realizar varias actividades culturales y religiosas.
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