El caserío Servando Ortiz, del cantón Amayón, del municipio de Panchimalco, luce abandonado por sus habitantes. Solo un puñado de policías y soldados permanecen en el lugar acompañados de varios perros que han quedado abandonados desde que todos los habitantes del caserío salieron apresuradamente tras una supuesta amenaza, el pasado 24 de mayo.
Mientras que algunos policías afirmaron que hay cuatro grupos familiares que han regresado al caserío, la familia de Arcedo R., ayer al mediodía, desmontaba las láminas de las paredes de su vivienda. Dijo que se marchaba del lugar para siempre a pesar de haber escuchado que en el centro del caserío se quedará de manera permanente un grupo de policías.
Otros dos hombres llegaron ayer al mediodía a sus viviendas. Dijeron que estaban valorando volver pero de hacerlo, lo harían en los próximos cinco días.
“Es todo lo que tenemos”
La mayoría de casas de Servando Ortiz están hechas de lámina reciclada o de bahareque ( lodo y madera rústica); de las 34 familias que según fuentes policiales vivían allí, solo cuatro tenían casas construidas de ladrillo o adobe.
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En la mayoría de construcciones precarias, la gente se llevó las láminas que servían de techo o paredes; son las familias que aparentemente no regresarán al lugar.
Otros, como las dos personas que llegaron ayer al caserío, dejaron sus casas sin desmantelar con la esperanza de regresar porque es lo único que tienen.
“Somos gente que nos gusta trabajar; trabajamos en la tierra sembrando maíz y frijol, eso hemos hecho toda la vida”, dijo una de las personas que el martes anterior huyó con su familia pero que está considerando regresar, tras la promesa que las autoridades les han hecho de poner un puesto permanente de policías.
Algunos policías se muestran empáticos con los vecinos desplazados. Algunos dijeron haber comprobado que algunas familias desplazadas se han ido a la orilla de una playa y están viviendo a la intemperie.
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La mayoría de los desplazados de Servando Ortiz es gente que vive en extrema pobreza. Sus viviendas o los vestigios de estas lo atestiguan.
Pero se fueron para salvar sus vidas luego de que en el caserío se difundiera la amenaza de que todos pagarían por la desaparición y asesinato de Gustavo, un joven cuyo cadáver apareció semi enterrado en una zona boscosa.