VIDEO: Eduardo llamó a su madre para decirle que iba rumbo a casa y desde entonces no se supo más de él

Eduardo Vargas desapareció el pasado 25 de agosto, luego de salir de su trabajo en Soyapango. A un mes de lo sucedido, familiares denuncian poco interés de las autoridades por buscarlo.

Por Jonathan Tobías

2020-09-26 8:11:56

“No le dieron prioridad a mi hermano”, es el lamento de Nelly Martínez, quien, junto a su madre, buscan a Eduardo Vargas, de 34 años de edad. Él desapareció el pasado 25 de agosto, después de retirarse de trabajar en un taller de torno ubicado en el municipio de Soyapango. A un mes de lo sucedido, la familia denuncia el poco interés que han mostrado las autoridades policiales en la investigación y búsqueda.

El día en que desapareció, Eduardo regresaba a sus labores, luego de la pausa a causa de la emergencia por la pandemia de COVID-19. Su hermano había pasado cinco meses sin trabajar.

Durante el tiempo en que Eduardo se quedaba en su hogar, ayudaba a su madre con las tareas del hogar y en un pequeño negocio de pupusas. “Mi hermano llevaba el maíz al molino. Era muy atento y servicial”, recuerda. Además, Nelly enfatiza que no tenía problemas con nadie y que, desde joven, su única rutina era del trabajo a su casa.

Fue hasta el 25 de agosto, cuando las primeras unidades de buses reanudaron sus labores, que Eduardo se dirigió nuevamente a su trabajo formal. “No encontramos una explicación de lo que paso”, señala Nelly, quien recuerda el momento en que su hermano le hizo una llamada telefónica a su madre para decirle que un amigo, que se transportaba en carro, lo dejaría en el centro de San Salvador para que abordara con más facilidad un autobus que lo llevara directo a casa.

“Luego de eso le escribí y le llame, pero nunca contestó”, recuerda Nelly. Vecinos y otros parientes pensaron que Eduardo no había logrado abordar a tiempo el bus, por lo que una posibilidad era que se habría quedado a dormir en casa de algún amigo. Con la duda, al día siguiente, se dirigieron a buscarlo al trabajo y se percataron que no se había presentado al taller.

La situación llenó de mucha preocupación a la familia, quienes al instante tomaron sus teléfonos y volvieron a llamar al numero de Eduardo, pero el aparato ya estaba apagado. “Todas sus cosas están ahí. Dejó todo como que iba a regresar”, relata Nelly, quien, a pocas horas de lo sucedido, mantenía la esperanza de ver a su hermano atravesar la puerta de su casa.

Familiares de Eduardo buscan ayuda en las autoridades policiales

Pasadas 48 horas de la desaparición, Nelly, junto a su madre, tomaron la decisión de solicitar ayuda a la policía. “Nos dijeron que mejor buscáramos en los hospitales”, recuerda con cierta indignación. Fue hasta pasada las 72 horas que volvieron a contactar a las autoridades, quienes manifiestan dar su ayuda para dar con el paradero de Eduardo.

“Hasta la fecha, no hemos recibido ninguna llamada”, comenta Nelly, quien en repetidas ocasiones ha tratado de comunicarse con el agente asignado para el caso, con la intención de conocer las acciones que está tomando la Fiscalía y la Policía. “Manténgase a la espera”, es la indicación que recibieron.

Los familiares recuerdan que la policía se había comprometido con rastrear el celular de Eduardo y buscar su última localización a través de las cámaras de seguridad ubicadas en el centro de San Salvador, pero a un mes de lo sucedido, aseguran que no se ha realizado ninguna acción para esclarecer la desaparición de su hermano.

Debido a la falta de interés por parte de las autoridades, amigos, compañeros y parientes no han tenido otra opción que denunciar la desaparición de Eduardo a través de las redes sociales. Nelly comenta que habían tomado la decisión de repartir volantes con la foto de su hermano en el centro de San Salvador, pero las mismas autoridades les sugirieron no hacerlo por ser una zona de mucho peligro. “Ya no sabemos si lo vamos a encontrar con vida, ha pasado mucho tiempo”, comenta.

La familia solicita que las autoridades policiales y la Fiscalía den respuesta a los hechos que los mantienen llenos de incertidumbre y zozobra. “Si ya no está vivo, lo único que queremos es enterrar su cuerpo y que descanse en paz”, dice Nelly. La familia ha habilitado un número de teléfono para toda persona que tenga información sobre el paradero de Eduardo: 7967-6668.