“Mamá, ya regreso”: Marcos desapareció hace 32 meses en San Juan Opico y su madre aún lo busca

Marcos desapareció el 30 de julio de 2018 en el municipio de San Juan Opico, La Libertad. El joven fue visto por última vez sacando fotocopias en un “cibercafé”. Su familia ha recibido llamadas falsas indicando que está en hospitales o enterrado en fosas clandestinas. Denuncian la falta de apoyo.

Marcos desapareció en 2018 y durante dos años y ocho meses, su familia lo ha buscado con desesperación. Foto y video: Cortesía de familia de Marcos

Por Jonathan Tobías

2021-04-02 12:51:46

Más de dos años de angustia e incertidumbre llevan los familiares de Marcos Isaac Ramírez, un joven de 19 años, quien desapareció el 30 de julio de 2018, cuando tenía 17 años de edad. Fue visto por última vez en un “cibercafé” ubicado en la colonia El Sitio del Niño, en el municipio de San Juan Opico, La Libertad.

“Mamá, ya regreso. Iré a sacar unas copias para la iglesia”, fueron las últimas palabras que Yanira Vásquez, madre de Marcos, recuerda haber escuchado de su hijo. Eran las 4:00 de la tarde. Era un lunes.

La preocupación incrementó cuando anochecía y Marcos no volvía. Yanira asegura que su hijo nunca tardaba demasiado tiempo fuera de casa y menos cuando se trataba de realizar sus tareas escolares o actividades religiosas.

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Familiares de Marcos relatan que llamaron al número de teléfono del joven, pero su celular se encontraba apagado. En ese momento, con la ayuda de amistades y vecinos, recorrieron las calles de la colonia El Sitio del Niño, con la esperanza de localizarlo.

Yanira recuerda que algunos lugareños comentaron ver a Marcos en la puerta del “cibercafé”, ojeando las fotocopias, minutos antes de salir del lugar. Los trabajadores del local confirmaron la versión. Sin embargo, después de eso, nadie brinda detalles de haberlo visto en otro lugar.

Luego de varias horas de búsqueda, durante esa noche, la familia decidió presentar la denuncia en la delegación policial de San Juan Opico.

Sin embargo, la Policía señaló que no podían iniciar con la investigación hasta cumplida las 72 horas. “Fue terrible no recibir ayuda. Sabíamos que mi hijo estaba en peligro. Él no tenía problemas con nadie”, dice Yanira.

El caso de Marcos se suma al de otros jóvenes desaparecidos. Steven Andrade, de 18 años, Francisco Cedillos y Kevin Cabrera, de 19, quienes siguen sin ser localizados desde inicios del 2021. Familiares de las víctimas denuncian el poco interés por parte de la Policía y la Fiscalía por encontrarlos. “Quiero hacer un llamado al Gobierno. Ya pasaron varios días y no se nada de mi hijo”, lamenta uno de los familiares.

Marcos y su sueño de ser piloto

A más de dos años de su desaparición, Marcos es recordado por su familia como uno de los mejores estudiantes. “Él vivía investigando. Era muy curioso”, dice su madre. Además, Yanira recuerda que sus calificaciones eran “muy buenas”, al punto que sus compañeros de clase le solicitaban ayuda para resolver las tareas.

Uno de los sueños que Marcos tenía a futuro era estudiar aeronáutica y convertirse en piloto para viajar a todas partes del mundo. “Siempre hemos sido de escasos recursos, pero tenía la fe en Dios que lo iba a sacar adelante”, dice su madre.

Luego que terminaban las clases, Marcos se dirigía a su casa. Nunca hacía deporte con sus amigos debido a que de niño fue diagnosticado con poliomielitis y debía de permanecer en cuidados especiales.

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Los días sábados, el joven asistía a reuniones religiosas en una iglesia cristiana de la localidad. Yanira expresa que su hijo era “dedicado a las cosas de Dios”, y que cada año asistía a una convención con otros jóvenes en donde estudiaban la Biblia y realizaban actividades recreativas.

Por otra parte, Marcos participaba en proyectos de alfabetización con la alcaldía municipal de San Juan Opico. En la iglesia cristiana en donde se congregaba, participaba como locutor en radio Abra, la voz de la iglesia de Dios.

Además, Marcos era un apasionado por la vida silvestre. Le gustaba rescatar animales enfermos para luego curarlos y  liberarlos. Según relata su madre, llegaron a tener en el patio de la casa a varios perros, tortugas, peces, palomas, gatos y un novillo.

Muchas preguntas y pocas respuestas

A dos años y ocho meses de la desaparición, Yanira denuncia que nunca recibió una llamada por parte de la policía y fiscalía para esclarecer el caso. “Muchas veces abordé personalmente a los encargados de la investigación y no me decían nada. Creo que por eso muchos no piden ayuda. No revisan los casos”, señala.

Desde el día en que Marcos desapareció, los familiares no han parado de buscarlo y solicitar ayuda con la esperanza de localizarlo. Por sus propios medios, han recorrido cañales, parcelas y los lugares mas recónditos de San Juan Opico, a la espera de una pista que indique lo que sucedió la tarde del 30 de julio de 2018.

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Por otra parte, Yanira relata que, en varias ocasiones, han sido víctimas de burla y equivocaciones, incluso por parte de la misma Policía. Ella relata que una semana después de la desaparición de Marcos, recibió una llamada a su celular del 911 que decía: “vaya al Hospital San Rafael. Su hijo está muerto. Falleció en un accidente de moto”.

Al principio, Yanira dudó que se trataba de Marcos, debido a que él no sabía manejar una motocicleta. Pero, luego de la insistencia por parte de la policía, decidió viajar en bus hacia el hospital. “Pregunté y no existía nadie registrado con el nombre de mi hijo”, recuerda, una situación que la intrigó demasiado.

Los trabajadores de salud del hospital permitieron que Yanira entrara a la morgue para ver los cadáveres y reconociera si alguno correspondía al de su hijo. Sin embargo, no encontraron nada que diera indicio que el cuerpo de Marcos estaba en ese lugar.

Al mes siguiente, la familia recibe otra llamada de un número desconocido para informar que su hijo estaba enterrado en una fosa común. Dijeron que el cuerpo fue encontrado junto a su carnet de minoridad, pero nadie lo había reclamado. “Ha sido duro. Han jugado con el dolor y con nuestros sentimientos. Ahora, ya no sabemos qué creer y en dónde buscar”, lamenta Yanira y solicita ayuda para encontrar a su hijo.