Catalina Bernal vive en el municipio de San Pedro Nonualco, en La Paz, y cuenta sobre el pesar causado por la pérdida de su hijo, David Ernesto Bernal, quién a sus 31 años murió al ingerir alcohol adulterado en diciembre del año pasado.
La vida de la señora Bernal no ha sido fácil ya que a pesar de su pobreza tuvo que luchar para sacar adelante a 7 hijos y un nieto de menos de un año, quien se lo dejaron a cargo.
Cuenta que David solía visitar a una tía en Cojutepeque donde conoció a una joven con quién se hicieron novios y luego se acompañó. Después de un tiempo, la muchacha le anunció que esperaban un hijo y le pidió que se casaran. A los nueve meses nació el bebé.
Pero no pasó mucho tiempo cuando la joven dejó a David y a su hijo con la abuela en Cojutepeque, él se regresó triste para la casa de Bernal en San Pedro Nonualco y desde entonces empezó a ingerir bebidas alcohólicas.
Catalina tiene presente las palabras que David le dijo cuando regresó a casa: “´Mamá, yo me vine´, es que la Yenny me dejó y dejó al niño. Ella me dijo: ´trabajás y el pisto que ganes le das a mi mamá y cuiden entre los dos al niño´”.
Catalina cuenta que eso le causó una gran tristeza a David. “Eso nunca lo olvidó David, él siempre decía que ella lo dejó a él y al niño y se fue con otro”, agregó la señora.
En adelante David se sumergió en el vicio del alcohol, se iba al parque y ahí le mandaban hacer diligencias y por eso le pagaban algo significativo, y ahí dormía por las noches.
La señora cuenta que en diciembre anterior, su hijo llegó un día con pescado y camarones, además de un frasco de alcohol. La señora explicó que su hijo preparó el pescado y con los camarones hizo unas tortas. Y luego se fue al pueblo.
La señora explica que cuando David regresó del pueblo, ella le sirvió la comida. Minutos después, un pariente la alertó de que el joven, quien dormía en la hamaca, estaba vomitando. La madre asegura que fue a verlo y que él le pidió agua, ella noto que las piernas de David temblaban. “¿Y qué tenés?, y él me respondió, ´un gran dolor me acaba de dar en el estómago´, sus ojos tenían pringuitas de sangre”, dice la madre.
Minutos después murió. Según toxicólogos, la sangre en los ojos de las víctimas es producto de la intoxicación que provoca el metanol.
“En mis manos murió, mire cómo es mi diosito que me permitió ver cómo moría; si hubiera muerto en la calle hubiera pensado otra cosa”, expresó Catalina.
La señora cuenta que tiene dificultades para oír, y que por el impacto de la pérdida del joven no escuchó bien y no dio los datos correctos, eso le ocasionó dificultades para recibir el cuerpo del difunto.
“Yo le puse mal el nombre, y como yo sola y abatida que casi en mis brazos muere mi hijo, ¿cree usted que no lo voy a sentir?, si yo ni podía dar los datos”, expresó.
Tras la muerte de David llegaron tres patrullas de la policía, y le preguntaron a la madre si había encontrado alcohol. Ella les dijo que junto a la hamaca estaba un botecito, pero que ya lo había tirado a la basura.
“´Búsquelo´, me dijo el policía, lo vamos a llevar a Medicina Legal y vamos a ver qué hacemos con él” le afirmó el agente policial.
La señora explica que los agentes solo le dijeron que el alcohol estaba envenenado y que eso estaba matando a las personas, y que ya habían muerto varios hombres en el lugar.
Sin rastro de quién provocó la muerte de 11 alcohólicos
Familiares de víctimas están en incertidumbre porque las autoridades de San Pedro Nonualco, en La Paz, no dan explicación sobre quién o qué fue lo que mató a sus parientes. Alcalde dice que es “un rumor” que las muertes hayan sido por alcohol adulterado; Policía dice no hubo “mano criminal” y la Fiscalía dice que sigue investigando.